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Domingo, 17 de mayo de 2015
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Negociaci贸n paritaria y aristocracia obrera

Durmiendo con el patr贸n

La propuesta es profundizar las paritarias con un reparto de las rentas originadas en mercados poco abiertos a la competencia, en sectores con ganancias de productividad o con la regulaci贸n estatal.

Por Alberto M眉ller *
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鈥淓l mecanismo de paritarias, tal como est谩 ahora, da lugar a inequidades importantes鈥, indica Alberto M眉ller.

Nadie duda de que la reinstauraci贸n de las paritarias ha sido un factor decisivo en la recuperaci贸n salarial ocurrida durante el ciclo kirchnerista, luego no s贸lo del derrumbe de 2001-2002, sin tambi茅n luego de una d茅cada de alto desempleo, flexibilizaci贸n y convenios a la baja. La recuperaci贸n del salario m铆nimo ha sido tambi茅n un factor importante, pese a los sistem谩ticos alegatos de que fomenta el desempleo. Ah铆 est谩 la d茅cada del 90, como ejemplo, con un salario m铆nimo inofensivo y un desempleo rampante.

Pero lo cierto es que el mecanismo de paritarias tal como est谩 ahora, da lugar a inequidades importantes. Esto ocurre no solo porque hay sectores que logran incrementos sustancialmente mayores que otros. Hay otros aspectos a considerar.

La parte trabajadora suele alegar que la patronal est谩 鈥済anando bien鈥, y por lo tanto hay espacio para buenos ajustes salariales. Si no se los otorga, es por mera codicia empresaria; no se puede alegar que esto pone en duda la viabilidad empresaria. Una postura simple, y si se basa en cifras ciertas, inapelable. Pero veamos esto m谩s de cerca.

Supongamos por ejemplo que cierta patronal 鈥済ana bien鈥 porque usufruct煤a una posici贸n dominante en su mercado, por v铆a de la supresi贸n de empresas competidoras (o de acuerdos con ellas, tanto da). Lo que los trabajadores pretender谩n, en ese caso, es apoderarse de parte de una renta monop贸lica. Lo que ser铆a deseable es que esa renta se redujera todo lo posible, beneficiando al conjunto de la gente, y no que se distribuya entre patrones y empleados. Un buen ejemplo de esto es la banca. Se trata de un sector donde la colusi贸n es una pr谩ctica diaria (los bancos est谩n fuertemente asociados entre s铆 por la propia naturaleza de la actividad); y hoy impera en Argentina una banca transaccional de bajo volumen de negocios y elevad铆sima rentabilidad. El sindicato, asociado a esta rentabilidad, ya no pelea con la patronal, sino con el Estado, por el Impuesto a las Ganancias.

Supongamos que la patronal 鈥済ana bien鈥 porque pertenece a un sector donde hay fuertes aumentos de productividad y mercados en r谩pido crecimiento, por innovaciones tecnol贸gicas o econom铆as de escala. De ser as铆, apoderarse de parte de esta renta puede obstaculizar que ella se derrame a los usuarios, a trav茅s de precios m谩s bajos. Es verdad que en principio la renta queda en poder de la empresa; pero salarios altos significan costos altos, y por lo tanto el proceso de derrame de las ganancias al resto de la sociedad 鈥搗铆a menores precios鈥 se hace m谩s lento. Y si tal derrame no ocurre, es preferible que el Estado se apodere v铆a Impuesto a las Ganancias de parte de ese incremento de productividad y lo redistribuya.

Esto significa, claro est谩, una fuerte inequidad para los trabajadores que no tienen la suerte de pertenecer a sectores concentrados o en r谩pido crecimiento, y que representan la mayor parte del empleo. El comercio y la educaci贸n emplean muchas m谩s personas que la industria o el sector financiero. El argumento de que tienen que lograr lo mismo con sus convenios no vale, porque all铆 las empresas (o el Estado empleador) no 鈥済anan bien鈥.

Apoderarse de estas ganancias parece ser el objetivo de estos sectores privilegiados. Esto explica quiz谩 su nula preocupaci贸n por los trabajadores no registrados, y es la base de formaci贸n de aut茅nticas 鈥渁ristocracias obreras鈥, que duermen con el patr贸n o se benefician con la presi贸n sobre el Estado. Aqu铆 tenemos, entre otros, el caso de los trabajadores aceiteros, los bancarios o los conductores del autotransporte.

Con relaci贸n a estos 煤ltimos, vale un relato poco conocido. En 2009, una muy discutible reforma en el marco regulatorio de los 贸mnibus de larga distancia (resoluci贸n 257/09 de la Secretar铆a de Transporte) estipul贸 una suerte de desregulaci贸n tarifaria de facto, sin entrada de nuevos operadores. Se produjo un pronunciado (y muy esperable) aumento de tarifas, por el usufructo de una posici贸n dominante en el mercado. Algo que los usuarios han percibido claramente, y de lo que las asociaciones de defensa del consumidor no se han ocupado. Hoy d铆a la tarifa en d贸lares es m谩s alta que durante la Convertibilidad.

Los trabajadores se asociaron al proceso 鈥搇a patronal 鈥済anaba bien鈥濃 con aumentos salariales de orden similar. El incremento salarial fue de 41 por ciento al a帽o (300 por ciento entre 2010 y 2014), seg煤n calcula la Direcci贸n Nacional de Vialidad. El conjunto de los asalariados, mientras tanto, se conform贸 con el 28 por ciento anual, seg煤n indica el Ministerio de Econom铆a. Un aut茅ntico caso de 鈥渁ristocracia obrera鈥. Incrementos de productividad, no hubo; esto es mero poder de mercado.

Pero el proceso de aumento de tarifas choc贸 con la realidad que impuso el transporte a茅reo: ya no hay espacio para la espiral tarifa-salario. Entonces, la postura sindical cambi贸: ahora se trata de evitar el deterioro del salario por la inflaci贸n; y la presi贸n va hacia la obtenci贸n de un subsidio del Estado, mano a mano con la patronal. De esta forma, se busca que el Estado convalide la participaci贸n de los trabajadores en la renta regulatoria que obtuvieron las empresas. Un aut茅ntico absurdo.

Es necesario un reparto de las rentas, originadas en mercados poco abiertos a la competencia, en sectores con ganancias de productividad, o con la regulaci贸n estatal. Como la solidaridad no es lo que abunda en este campo, de esto tiene que ocuparse el Estado, a trav茅s de negociaciones m谩s centralizadas, que incluyan los precios de las empresas con poder en el mercado y las regulaciones estatales. Esto es complejo; y no puede lograrse en las condiciones pol铆ticas e institucionales de la Argentina de hoy.

Por el momento, entonces, paritarias y un Impuesto a las Ganancias relevante sobre las empresas y sobre los salarios altos y su redistribuci贸n es la 煤nica v铆a. Con relaci贸n a este impuesto, debe reemplazarse la actual acumulaci贸n de parches por una formulaci贸n coherente (ser铆a un primer paso hacia una reforma tributaria que no est谩 en la agenda de nadie, lamentablemente). Un sustituto imperfecto, pero plenamente justificable, si lo que deseamos es una sociedad con una distribuci贸n equitativa del ingreso y la riqueza. Porque en definitiva, esos trabajadores tambi茅n 鈥済anan bien鈥; bastante m谩s que el resto, por cierto. Y el argumento de que 鈥渆l salario no es ganancia鈥 y por lo tanto no debe ser tributable, es risible. Parece a medida de la media y alta gerencia de las empresas privadas, que son qui茅nes en definitiva negocian las paritarias con los sindicatos.

* Cespa-Fceuba

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