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Domingo, 26 de julio de 2015
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El patr贸n financiero y el patr贸n industrial

Modelos de acumulaci贸n

La crisis financiera de 2008, repasada aqu铆 desde sus or铆genes, muestra las consecuencias del patr贸n de crecimiento que impuso Estados Unidos.

Por Nicol谩s Taiariol, Juan Cruz Lucero y Mart铆n Fern谩ndez *
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A partir de 1987, con la gesti贸n de Greenspan en la FED, comienza el denominado 鈥渒eynesianismo del mercado de valores鈥, pol铆tica mediante la cual la Reserva Federal (de Estados Unidos) neutraliza las ca铆das del mercado financiero mediante una baja en las tasas de inter茅s y la expansi贸n monetaria. Esto genera un aumento en el precio de los activos que impulsan la inversi贸n y el efecto riqueza, impactando en un aumento del consumo y del endeudamiento. As铆, se logran efectos sobre la demanda agregada sustentados en la expansi贸n del capital financiero y el incremento de los beneficios, que superan la inversi贸n y el consumo de los capitalistas, favoreciendo la reproducci贸n de capital ficticio (o financiero).

El patr贸n de acumulaci贸n a nivel mundial ha estado signado por el predominio de ese capital ficticio (o financiero) y sustentado en la expansi贸n de la potencia hegem贸nica: Estados Unidos, que bas贸 su pol铆tica monetaria en un estricto control de la inflaci贸n, lo que garantiz贸 a los inversores externos la estabilidad del valor de los bonos del Tesoro y de las obligaciones estadounidenses, y que junto al crecimiento del mercado financiero posibilit贸 el financiamiento de una econom铆a con bajas y decrecientes tasas de inter茅s. As铆 que EE.UU. pas贸 de ser un pa铆s acreedor a ser un pa铆s netamente deudor, sin que ello se tradujera en una balanza de ingresos de inversi贸n significativamente negativa. Esto posibilit贸 definir su pol铆tica econ贸mica en relaci贸n a sus metas de crecimiento, sin importar el desequilibrio en su cuenta corriente, que es casi permanente desde 1980 y que se debe al paulatino deterioro de su competitividad externa.

A causa del poder铆o del capital financiero, la estructura productiva de EE.UU. cambi贸 de tal manera que las empresas pasaron a ser meramente 鈥渃entros de beneficios鈥 y las unidades productivas que no alcanzaran la rentabilidad prefijada eran excluidas de la estructura empresarial.

Esta din谩mica se exacerb贸 a partir de 1995, debido a la expansi贸n de la econom铆a estadounidense en dos burbujas sucesivas.

El surgimiento de Internet gener贸 una ola de inversiones centradas en las telecomunicaciones y la computaci贸n que fueron acompa帽adas de un aumento en los precios de sus acciones cuya relaci贸n precio/ganancia lleg贸 a superar el pico alcanzado en 1929 y el efecto riqueza ligado a 茅sta sobrestimul贸 el consumo. A su vez, el d茅ficit externo se increment贸 aceleradamente. La tasa de ganancia r谩pidamente experiment贸 una ca铆da debido al deterioro de la relaci贸n producto/capital y en la participaci贸n de los beneficios en el producto como consecuencia, en primer lugar, de una reducci贸n en el nivel de utilizaci贸n de la capacidad instalada y, en segundo lugar, de tensiones en el mercado de trabajo derivadas de la mayor capacidad de negociaci贸n de los asalariados en un contexto de reducci贸n de la desocupaci贸n. Esto gener贸 una crisis por sobreacumulaci贸n (excesivo crecimiento de la inversi贸n impulsado por la burbuja especulativa), que en el a帽o 2000 provoc贸 el derrumbe de la bolsa, lo que se conoci贸 como la 鈥渃risis de las punto com鈥.

Ante la recesi贸n, la Reserva Federal redujo sustancialmente la tasa de inter茅s manteni茅ndola durante tres a帽os en niveles reales negativos, mientras que paralelamente se elev贸 el d茅ficit fiscal. Comenz贸 entonces la burbuja inmobiliaria.

El efecto riqueza resultante de la elevaci贸n en el precio de las viviendas aument贸 el consumo en el marco de un ciclo expansivo d茅bil (desocupaci贸n y ca铆da de los ingresos reales) que se sostuvo por el endeudamiento de los hogares tanto para adquisici贸n de vivienda como para el consumo.

Dos factores tienden a otorgar una excepcional amplitud a esta burbuja.

Por un lado, el d茅ficit externo de EE.UU. tiene como contrapartida el excedente de los pa铆ses perif茅ricos, que, inmersos en un proceso de crecimiento v铆a aumento de los precios de los commodities, acumulan parte de ese excedente bajo la forma de reservas, y de algunos pa铆ses centrales, que utilizan ese excedente para financiar su inversi贸n externa. Todo esto genera un exceso de liquidez que se traduce en una ca铆da de la tasa de inter茅s en el mercado mundial y permite que la burbuja de EE.UU. de enormes dimensiones se propague en otros pa铆ses, entre ellos Irlanda, Espa帽a y el Reino Unido, que al igual que EE.UU. pretenden apoyar su crecimiento en los efectos de la elevaci贸n de precio de los activos.

Por otro lado, la demanda de cr茅dito hipotecario encontr贸 una r谩pida respuesta en el sistema bancario, que increment贸 su oferta a sectores con capacidad de pago cuestionable. Los cr茅ditos fueron agrupados en paquetes que a menudo inclu铆an cr茅ditos de otro tipo y cuya estructura les permit铆a obtener la mayor calificaci贸n crediticia. Los t铆tulos resultantes eran vendidos directamente a los inversores. Se trataba de una operatoria altamente rentable que transfer铆a el riesgo al mercado y lo dilu铆a, y que era financiada mediante cr茅ditos de muy corto plazo cuyo bajo costo estimulaba el incremento de su endeudamiento. Esto lleg贸 a representar en los bancos de inversi贸n y en los Hedge Funds hasta 27 veces su capital. La expansi贸n del cr茅dito elev贸 r谩pidamente el precio de las viviendas y el consiguiente incremento de la riqueza de los hogares estimul贸 a su vez su consumo y su endeudamiento. El sistema impulsaba el nivel de actividad mediante el sostenimiento de la expansi贸n del mercado de capitales, pero era necesario que una sola carta del castillo de naipe se cayera para hacer colapsar al todo. En los hechos esto sucedi贸 cuando el precio de las viviendas dej贸 de crecer y se estanc贸, elevando el nivel de incumplimientos. Las reiteradas y masivas inyecciones de liquidez de los gobiernos no pudieron m谩s que retrasar lo inevitable.

Imputar la crisis a errores de pol铆tica monetaria, de regulaci贸n o de incentivos supone dejar de lado el hecho de que lo sucedido refleja la hegemon铆a ejercida por el capital financiero sobre el conjunto del bloque de clases dominantes y la muy limitada autonom铆a del Estado respecto de la fracci贸n hegem贸nica.

La disminuci贸n del dinamismo de la econom铆a de EE.UU. y la paulatina contracci贸n de su d茅ficit externo, entre otros factores, implica el fin de la expansi贸n conducida por las exportaciones que ha experimentado la econom铆a mundial, aun cuando los pa铆ses centrales tengan una recuperaci贸n r谩pida y determine la reactivaci贸n de los flujos internacionales de capital hacia los pa铆ses perif茅ricos.

El comercio mundial crece menos a causa de la crisis del 2008 y el freno en la econom铆a de los pa铆ses centrales, de la ca铆da de la demanda agregada mundial, de la ca铆da de los precios de los commodities (petr贸leo, alimentos y minerales), de la valorizaci贸n del d贸lar y la fuga de capitales desde la periferia hacia EE.UU., de la ca铆da del crecimiento de China, entre otros factores. Esto implica que la periferia para mantener su tasa de crecimiento debe desplazar su eje de acumulaci贸n hacia el mercado interno. Para esto es necesario que se negocie ante la OMC la posibilidad de modificar las tarifas aduaneras y de otorgar subsidios que faciliten el desarrollo de ciertas actividades, adem谩s de constituir organismos regionales de financiamiento capaces de sustituir, o por lo menos contrapesar, a los organismos internacionales de cr茅dito y acotar los movimientos especulativos de capital.

EE.UU. est谩 actualmente siendo desplazado de su rol hegem贸nico de dinamizador de la econom铆a mundial, sin embargo no se observan rasgos que permitan suponer un quiebre inmediato en el modo de acumulaci贸n.

La periferia ha intentado en los 煤ltimos a帽os alternativas (orientaci贸n al mercado interno, regionalizaci贸n del comercio) que permitieron sostener su crecimiento al resguardo de la crisis mundial. Pero para lograr dicho quiebre son necesarios cambios estructurales que permitan doblegar el car谩cter de fracci贸n hegem贸nica que a煤n presenta el capital financiero: regulaci贸n al mismo y su orientaci贸n al financiamiento de la inversi贸n productiva, control sobre la movilidad especulativa de capitales, cuestionamiento y alternativas al sistema monetario internacional basado en una moneda nacional (USD), entre otras.

La discusi贸n sobre el patr贸n de acumulaci贸n, basado en el sector financiero o en el sector industrial, vuelve a estar en la palestra de cara a las elecciones, en donde otra vez se confrontan estos dos modelos. Modelos que no nos resultan extra帽os ni ajenos. Con sus particularidades, el modelo industrial estuvo vigente entre 1930 y 1976, en tanto que el modelo financiero (valorizaci贸n financiera) estuvo vigente entre 1976 y 2001/2.

Esta situaci贸n hace necesario un Estado fuerte capaz de dise帽ar e implementar estrategias de desarrollo econ贸mico y social que reflejen las necesidades de la mayor铆a de la poblaci贸n.

Los candidatos optan y defienden uno u otro de manera abierta y expl铆cita. Ahora ser谩 el turno de cada ciudadano de elegir, mediante el candidato se帽alado, en qu茅 modelo quiere vivir a partir del 2015.

* Centro de Econom铆a Pol铆tica Argentina (CEPA).

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