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Domingo, 2 de agosto de 2015
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El proceso de reindustrializaci贸n en un punto cr铆tico

Construir la tercera etapa

Hubo dos momentos bien definidos: el primero, desde 2003 hasta 2010/2011, con un fuerte crecimiento, y el siguiente hasta ahora, donde los indicadores son m谩s mezquinos. El que empieza es el del replanteo de los fundamentos de una estrategia de reindustrializaci贸n sustentable.

Por Daniel E. Novak *
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El Estimador Mensual Industrial (EMI) del Indec desestacionalizado aument贸 67 por ciento desde 2003.

Uno de los grandes logros de los 煤ltimos doce a帽os fue el de revertir el proceso de desindustrializaci贸n que hab铆a tenido lugar en la d茅cada de los 鈥90 con la pol铆tica neoliberal de apertura irrestricta de la econom铆a acompa帽ada de retraso cambiario y endeudamiento externo extremo. El denominado 鈥渙vershooting鈥 cambiario post crisis 2001, es decir la fuerte elevaci贸n del precio de las divisas por encima de los precios internos, fue el primer gran envi贸n para que la industria recuperara la rentabilidad perdida con un cierto margen de sobreprotecci贸n derivado de ese 鈥渙vershooting鈥.

Todo iba sobre patines hasta que sucedieron dos cosas que fueron terminando con el idilio inicial: una fue la recesi贸n que empezaron a vivir algunos pa铆ses, especialmente Brasil en nuestro caso, como consecuencia de la crisis financiera global desatada a partir de 2008; la otra fue el aumento del ritmo de aumento de los precios internos, bastante por encima de la evoluci贸n del tipo de cambio, derivado de las pol铆ticas expansivas contrac铆clicas que se fueron aplicando para neutralizar la presi贸n recesiva que ven铆a del exterior.

As铆, tenemos dos per铆odos bien definidos en la evoluci贸n de la industria argentina de los 煤ltimos a帽os: el que va desde 2003 hasta aproximadamente 2010/2011, en el que todo era 鈥減oom para arriba鈥, y el que arranca desde entonces hasta ahora, en el que los indicadores son m谩s mezquinos y llevan a la necesidad de replantearse los fundamentos de una estrategia que tenga por objetivo lograr en serio una reindustrializaci贸n sustentable a largo plazo. Veamos los principales indicadores, de fuente oficial, para tener una idea m谩s clara del panorama.

- El Estimador Mensual Industrial (EMI) del Indec, desestacionalizado y ajustado por tendencia-ciclo, indica que la actividad de este sector creci贸 casi 80 por ciento desde mayo 2003 hasta diciembre 2012, aunque en mayo de este a帽o volvi贸 al nivel de septiembre 2010, con un aumento de 67 por ciento sobre 2003.

- As铆, la tasa de crecimiento acumulada de la actividad industrial entre mayo 2003 y diciembre 2012 (durante 9 a帽os y medio) lleg贸 al 6,4 por ciento anual, pero tomando el lapso de 12 a帽os que llega hasta mayo 2015, con la retracci贸n de este 煤ltimo per铆odo, la tasa de crecimiento promedio se redujo al 4,4 por ciento anual.

- Tomando la evoluci贸n del Valor Agregado Bruto en valores constantes seg煤n el Indec, el de toda la econom铆a creci贸 en los 10 a帽os que van de 2004 a 2014 a una tasa anual acumulativa del 4,9 por ciento, mientras que el de la Industria lo hizo al 4,7 por ciento en ese mismo lapso. Sin embargo, hasta 2011 esas tasas de crecimiento anuales fueron del 6,5 por ciento en el VAB total y del 7,3 por ciento en el industrial, lo que indica que fue uno de los sectores que lider贸 la recuperaci贸n econ贸mica, hasta que se produjo la retracci贸n de los 煤ltimos a帽os.

- La participaci贸n de la industria en el valor agregado total se mantuvo entre 22,7 y 22,3 por ciento entre 2004 y 2014 en valores constantes, porque en ese c谩lculo se toma en cuenta la estructura de precios del primero de esos a帽os; sin embargo, esa participaci贸n baja en valores corrientes porque la evoluci贸n de los precios relativos en ese per铆odo fue desfavorable para la industria.

- Efectivamente, si tomamos la evoluci贸n de esos agregados en valores corrientes, lo que incluye el efecto de los precios, se observa que mientras el valor agregado total creci贸 a una tasa anual promedio del 23 por ciento acumulativo, el de la Industria lo hizo al 17,6 por ciento, lo que implic贸 que la participaci贸n de este sector en la generaci贸n de valor agregado baj贸 en realidad del 22,7 al 14,5 por ciento en los 煤ltimos 10 a帽os.

- El Indice de Precios Impl铆citos (IPI) que elabora el Indec con base en las Cuentas Nacionales revela que mientras el nivel general se increment贸 en 388 por ciento (casi se quintuplicaron) entre 2004 y 2014, el 铆ndice correspondiente a la Industria 鈥渟贸lo鈥 se triplic贸, con un aumento del 217 por ciento; esta proporci贸n del 65 por ciento entre el nivel de los precios industriales y el del IPI general es casi la misma que la que hay entre la participaci贸n actual de la industria en el VAB y la que hab铆a en 2004 (64 por ciento).

- Teniendo en cuenta que casi todos los dem谩s sectores de la econom铆a, que implican costos para la industria, mostraron incrementos de precios impl铆citos superiores a los de 茅sta, y considerando adem谩s que, seg煤n el Ministerio de Trabajo de la Naci贸n, el ingreso medio de los asalariados de ese sector se decuplic贸 con creces (aument贸 950 por ciento) entre 2004 y 2014, contra un incremento de los precios industriales del 217 por ciento, se puede concluir que esta variaci贸n de precios relativos signific贸 un deterioro importante para el margen bruto de explotaci贸n de esta actividad y, por ende, para sus oportunidades de inversi贸n.

- La evoluci贸n de los precios industriales est谩 bastante correlacionada con la evoluci贸n del tipo de cambio oficial d贸lar/pesos; efectivamente, mientras aqu茅llos aumentaron 217 por ciento en dos a帽os, 茅ste se increment贸 en 198 por ciento en el mismo lapso. Dicho en t茅rminos anuales, mientras los precios impl铆citos de toda la econom铆a crecieron a un ritmo promedio del 17,2 por ciento anual en esos diez a帽os, seg煤n las estimaciones del Indec, los de la industria lo hicieron al 12,2 por ciento y el tipo de cambio oficial al 11,5 por ciento anual.

- Esta evoluci贸n de la industria hizo que su contribuci贸n a la generaci贸n de empleo, si bien importante, se viera limitada en su alcance potencial; seg煤n las estad铆sticas del Ministerio de Trabajo, en doce a帽os el empleo registrado industrial aument贸 alrededor del 66 por ciento, con una tasa anual acumulativa del 4,3 por ciento. En ese mismo lapso el empleo registrado en toda la econom铆a creci贸 casi un 80 por ciento, con una tasa de crecimiento acumulativa del 5 por ciento anual.

- Por esta evoluci贸n dispar con respecto a los dem谩s sectores, la participaci贸n de la industria en el empleo total de la econom铆a baj贸 del 21,4 por ciento a principios de 2003 a menos del 20 (19,8 por ciento) a fines de 2014. De todos modos, de los 2,83 millones puestos de trabajo registrados que se generaron en la econom铆a argentina entre principios de 2003 y fines de 2014 la industria contribuy贸 con algo m谩s de 500 mil, es decir casi el 18 por ciento.

Todo esto implica al menos dos cosas: 1) que la etapa 鈥渇谩cil鈥 de la recuperaci贸n industrial, basada en un tipo de cambio exageradamente rentable y el est铆mulo permanente al consumo, ya no est谩 disponible y habr谩 que pensar, si realmente estamos convencidos de la necesidad del desarrollo industrial, una estrategia que se focalice mucho m谩s en el avance tecnol贸gico, la innovaci贸n y la competitividad, tanto en el mercado interno como en los internacionales, y 2) que tampoco queda ya margen para m谩s retraso cambiario con respecto a los precios internos porque, si no, no habr谩 estrategia de competitividad que pueda compensar el aumento de los costos en d贸lares para el sector m谩s expuesto a la competencia internacional.

La primera conclusi贸n es de pol铆tica sectorial y la segunda de pol铆tica macroecon贸mica, de lo cual se deduce que el futuro de la industria no se define en un solo ministerio sino que requiere una estrategia integrada entre la pol铆tica macroecon贸mica general, la pol铆tica monetaria y cambiaria y las pol铆ticas sectoriales espec铆ficas. Al Gobierno que asuma a fin de a帽o de nada le va a valer contar con un/a superministro/a de Industria si en el Ministerio de Econom铆a y en el Banco Central no hay convicci贸n de la necesidad del desarrollo industrial sustentable a largo plazo. Y esa sustentabilidad a largo plazo depende crucialmente de una industria que pueda competir internacionalmente no s贸lo para conservar el mercado interno sino sobre todo para exportar y generar las divisas que su propio desarrollo requiere de manera creciente, porque de lo contrario seguir谩 siendo uno de los factores cr铆ticos de la restricci贸n externa verdadera, que es la comercial y no la financiera

* Ex subsecretario de Coordinaci贸n Econ贸mica. Docente de la Universidad Nacional Arturo Jauretche.

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