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Domingo, 8 de noviembre de 2015
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La formaci贸n de los economistas en la UBA

Burbuja de expertos

El conservadurismo en las ideas y la pr谩ctica siguen dominando el pensamiento econ贸mico. El plan de estudios en la FCE-UBA se distrae con lo auxiliar y se concentra en lo irrelevante.

Por Mariano Arana *
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A mediados del siglo XX se produjo un consenso generalizado sobre la falta de economistas formados para los tiempos de posguerra. Las ideas nuevas sobre el desarrollo econ贸mico y el keynesianismo fueron las plataformas de demanda profesionales id贸neos para gestionar el ciclo econ贸mico en Am茅rica latina y en los pa铆ses centrales, respectivamente.

En 1948 se cre贸 por primera vez la Licenciatura en Econom铆a en la Universidad de Buenos Aires en la Facultad de Ciencias Econ贸micas (FCE-UBA). Esta Facultad 鈥搒e dijo鈥 no hab铆a contribuido al progreso de la teor铆a econ贸mica nacional debido a la falta de economistas. Las especializaciones propuestas dieron cuenta de los perfiles buscados. Entre ellas se encontraban el economista de 鈥淓stado鈥, el de 鈥淓mpresa鈥, el 鈥淧uro鈥.

Por diversas razones, el plan creado en 1948 no se hizo efectivo. Cinco a帽os despu茅s se instrument贸 otra licenciatura donde estudiaron muy pocos y con contenidos no muy diferenciados de los Contadores P煤blicos, hasta que en 1958 la FCE-UBA volvi贸 a disponer de un plan de estudios para formar economistas modernos. Aquel plan tuvo una influencia anglosajona importante, y ciertamente abraz贸 al paradigma modernizador, sin embargo, el enfoque universalista extranjero se combin贸 con ideas del estructuralismo latinoamericano reciente. El resultado fue un perfil de economista conocedor de las teor铆as dominantes de las hegemon铆as en transici贸n y de las contribuciones de las formaciones sociales sovi茅ticas, pero tambi茅n, de los principales problemas regionales y locales. Un estudiante de aquel tiempo conoc铆a los instrumentos de gesti贸n econ贸mica, su territorio y pod铆a elegir especializarse en los distintos sectores de la producci贸n. Los economistas de la UBA tuvieron los instrumentos elementales para oponerse al creciente monetarismo dominante que hab铆a desembarcado en otras universidades argentinas hacia 1962.

Esa llamada edad dorada de los economistas no dur贸 mucho. Pocas d茅cadas despu茅s hab铆an pasado de ser parte de la soluci贸n a contribuir al problema. En los a帽os ochenta, Wassily Leontief 鈥揺l creador del An谩lisis Econ贸mico Input-Output鈥 realiz贸 una peque帽a investigaci贸n sobre art铆culos publicados en las principales revistas cient铆ficas de econom铆a y decidi贸 dejar de publicar luego de encontrar en la American Economic Review 鈥搇a revista m谩s consultada de la econom铆a moderna鈥 una investigaci贸n emp铆rica que buscaba demostrar la aplicabilidad de la teor铆a del consumidor para predecir comportamientos de las palomas. El art铆culo lleva el payasesco t铆tulo de 鈥淚ncome-Leisure Tradeoffs of Animal Workers鈥.

En pocas d茅cadas los economistas pasaron de ser escasos a abundantes y, en lugar de concentrarse en pensar para la sociedad en la que viv铆an, empezaron a su solucionar sus propios excesos de oferta de mano de obra. De este modo cambiaron su lenguaje, haci茅ndolo poco accesible al resto de las ciencias sociales y crearon sus mercados de reputaci贸n con las bater铆as de premios en honor a alg煤n difunto, sus rankings y sus exclusivas asociaciones profesionales. Hicieron de su disciplina el 鈥渕茅todo para fijar creencias鈥 por excelencia y con ello legitimaron en una parte de la sociedad sus conocimientos expertos.

Esta reapreciaci贸n de los economistas pareci贸 verse limitada por la 煤ltima gran crisis econ贸mica mundial. Sin embargo, ya han pasado casi siete a帽os y el conservadurismo en las ideas y la pr谩ctica siguen dominando el pensamiento econ贸mico. La burbuja de los expertos parece seguir su curso.

Los planes de estudio de educaci贸n superior para los economistas acompa帽an estas generales. En Argentina, como en tantos pa铆ses, la creciente internacionalizaci贸n de la profesi贸n y su pretensi贸n de universalidad fue moliendo los contenidos locales que se encontraban en los primeros planes de estudio. Si a mediados del siglo pasado lo moderno signific贸 relegar el derecho, la contabilidad y la matem谩tica en pos de profundizar la investigaci贸n y aplicaci贸n econ贸micas, desde el neoliberalismo y sobre todo desde los infelices a帽os noventa, la pr谩ctica modernizadora fue dejar de lado la historia, la geograf铆a y la investigaci贸n.

En 2011 el entonces decano (y hoy rector) de la FCE-UBA, Alberto Barbieri, anunci贸 que los docentes ser铆an convocados a participar de los debates para una nueva reforma del plan de estudios. Hasta el 2012 el debate estuvo diluido entre convocatorias oficiales espor谩dicas y propuestas de borradores de sectores cr铆ticos de las autoridades. En un caso se habl贸 de una simple actualizaci贸n del perfil del graduado, en el otro caso de un cambio radical del plan de estudios. Ni una ni otra posici贸n se materializ贸 las expresiones recientes de las autoridades, que hacen pensar que, de existir un cambio, se conservar谩 una parte importante del curr铆culo de los economistas de la UBA y, por lo tanto, que seguiremos las pr谩cticas del plan de estudios modernizador que se distrae con lo auxiliar y se concentra en lo irrelevante, que enaltece el retoque macroecon贸mico, con la ilusi贸n, ya no de ser un economista 鈥渄e Estado鈥, sino un analista de pol铆ticas p煤blicas.

La universidad tiene la dif铆cil tarea de construir contenidos significativos, de tomar la delantera en el cambio social, de dejar de mirar que es lo convencional, porque ello fracas贸 鈥搉o una, sino muchas veces鈥, para animarse a construir algo que tenga sentido para la sociedad, para los trabajadores y para los estudiantes. Es probable que la oportunidad de la efervescencia cr铆tica generada por la 煤ltima gran crisis est茅 perdiendo intensidad. El mundo est谩 dejando de escuchar las voces alternativas y en Am茅rica latina existe un freno al progresismo, cuando no un giro conservador. Notablemente el parco escenario mundial logra reafirmar las voces de la tradici贸n. Esperemos que no sea demasiado tarde para cambiar

* Licenciado en Econom铆a (UBA). Especialista en Econom铆a Pol铆tica con menci贸n en Econom铆a Argentina (Flacso). Especialista en Docencia Universitaria para Ciencias Econ贸micas (UBA). Docente de Historia del Pensamiento Econ贸mico (FCE-UBA).

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