Domingo, 19 de octubre de 2003
Poroto de culto
Por Alfredo Zaiat

Con tantas crisis y destrucci贸n de riquezas colectivas muchos se terminaron de convercer de que Dios no es argentino. De todos modos, en algunas ocasiones se presenta como un pariente muy cercano que posa su mano redentora sobre ese territorio denominado Argentina. En esta oportunidad, como el man谩 arrojado del cielo al pueblo hebreo en su traves铆a de liberaci贸n de 40 a帽os a trav茅s del desierto, otra semilla es motivo de veneraci贸n por sus virtudes salvadoras. La soja es la receptora de la adoraci贸n de productores agropecuarios, de la devoci贸n de las multinacionales proveedoras de esa semilla y de la idolatr铆a del Gobierno. En la cadena de la felicidad que se construy贸 alrededor del culto a ese poroto, los hombres del campo tiran abajo montes frutales, se olvidan del algod贸n y la ca帽a, destruyen tambos y desplazan otros granos debido a la rentabilidad extraordinaria que brinda la soja. Los abastecedores del paquete tecnol贸gico semilla transg茅nica-siembra directa-agroqu铆mico glifosato han modificado un proceso ancestral de vinculaci贸n del agricultor con su producci贸n, que ya no se aprovisiona de la semilla de su propia cosecha sino que ha perdido autonom铆a al depender de la asistencia de la multinacional proveedora. Por su parte, Roberto Lavagna recauda por las exportaciones de soja, que cotiza en valores record en el mercado internacional, la mitad de los ingresos fiscales por retenciones. A la vez, la abundancia de d贸lares que inundan la plaza local por esas ventas externas mantiene controlada la sensible plaza cambiaria. Ahora bien, 驴ese man谩 del siglo XXI servir谩 para liberar o para esclavizar?
Ese interrogante resulta irrelevante para aquellos que disfrutan de un ciclo extraordinario de ganancias crecientes. El Estado, en cambio, pese a compartir esa bonanza tiene la responsabilidad de abordar esa cuesti贸n. Como bien ense帽a el desarrollo capitalista, no es 煤til una estrategia de enfrentamiento a los cambios tecnol贸gicos que alteran las formas de producci贸n. La habilidad se encuentra en c贸mo aprovecharlos sin caer preso de esos avances de la ciencia. La soja, entonces, a nivel econ贸mico, con el consecuente impacto en lo social, se presenta como un debate urgente. El riesgo reside en que Argentina pase de ser el 鈥済ranero del mundo鈥, con diversificaci贸n de producci贸n, a transformarse en una t铆pica 谩rea agroexportadora especializada en un solo cultivo.
En el voluminoso trabajo realizado por la Cepal bajo la direcci贸n de Bernardo Kosacoff sobre 鈥淯na estrategia nacional de desarrollo鈥, se explica que 鈥渁 lo largo de la d茅cada de los 鈥90, la agricultura argentina experiment贸 un proceso de modernizaci贸n y crecimiento sin precedentes en los 煤ltimos tiempos, en un marco de expansi贸n de la oferta disponible de tecnolog铆as y de profundos transformaciones t茅cnico-productivas鈥. Y se destaca que 鈥渟e incorporaron tecnolog铆as de nivel internacional que estuvieron disponibles en la Argentina s贸lo con un breve retraso respecto de su lanzamiento en los pa铆ses de origen鈥. Pero alerta respecto del monocultivo, al indicar que esa 鈥渟ituaci贸n plantea importantes riesgos en el futuro acerca de la sustentabilidad de los ecosistemas鈥.
El camino del monocultivo soja, racional en la l贸gica de rentabilidad presente del productor individual aunque no tan razonable por el desgaste del suelo que adelanta menor rentabilidad futura, resulta peligroso tambi茅n para la econom铆a en su conjunto. Ya de por s铆 un modelo sustentado en el agro es vulnerable por la tendencia de largo plazo a la baja de los precios internacionales de los commodities. Y si, adem谩s, ese modelo muda a uno de monocultivo, la vulnerabilidad externa alcanza niveles m谩ximos. La econom铆a pasa a ser dependiente del vaiv茅n de la cotizaci贸n de la soja en el mercado de Chicago, del mismo modo que de las plazas de destino de esa oleaginosa. Mientras la ola es positiva, esa amenaza es minimizada. Pero es precisamente en ese momento cuando el Estado debe intervenir para evitar consecuencias desagradables cuando la taba se d茅 vuelta. Basta con realizar un simple ejercicio para construir un escenario econ贸mico preocupante: ante un eventual retroceso del precio internacional de la soja, menos d贸lares ingresar谩n en la plaza cambiaria con su impacto en la cotizaci贸n del verde, caer谩n los ingresos fiscales, se verificar谩 la p茅rdida de los mercados externos de los productos desplazados por la soja y se mostrar谩 la deficiencia estructural de abastecimiento dom茅stico de alimentos b谩sicos, por ejemplo la leche. El cierre de tambos por la preferencia de la soja por parte de los hombres de campo es un caso interesante, pero no el 煤nico sobre el deterioro en la diversidad de la producci贸n agropecuaria. La industria l谩ctea ha retrocedido 12,4 por ciento en lo que va del a帽o, lo que provoca cuellos de botella en la oferta derivando en importaci贸n de leche, con el consecuente impacto en precios.
Ante la bonanza que derrama la soja se muestra como una herej铆a la pretensi贸n de alterar esa situaci贸n de privilegio. 驴C贸mo se abre la puerta de ese fest铆n a una intervenci贸n del Estado? Una posibilidad es influyendo en la ecuaci贸n econ贸mica del productor elevando las retenciones a la soja, disminuyendo al mismo tiempo la de otros granos (trigo, ma铆z, girasol). O apoyando a la producci贸n que la soja desplaza. Para evitar que la soja, actual man谩 del cielo, no sea la soga de la esclavitud futura, no hay que quedar atrapado del culto a ese poroto.
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