Hace 200 a帽os Napole贸n intentaba someter a Inglaterra prohibiendo la entrada de productos ingleses en el continente europeo. La situaci贸n inspir贸 diversos escritos de autores ingleses. Uno de ellos fue el de James Mill (1773-1836), Commerce Defended (1808), autor en 1821 de Elementos de Econom铆a Pol铆tica, libro por el que se ense帽贸 econom铆a por primera vez en 1824 en la UBA. En dicho folleto Mill enunciaba la 鈥渓ey de las salidas鈥, como 鈥渓as compras y ventas anuales siempre se equilibran鈥, o 鈥渓o que se produce anualmente se consume anualmente鈥. La oferta excedente de un bien se balanceaba necesariamente con la demanda excedente de otros bienes. O mejor aun, la sobreproducci贸n de un bien s贸lo era posible tomando capital de otros bienes, los cuales, necesariamente, deb铆an producirse en menor cantidad: 鈥淯na naci贸n puede f谩cilmente tener m谩s de lo necesario de una mercanc铆a cualquiera, aunque no puede tener m谩s de lo necesario de todas las mercanc铆as. La cantidad de cualquier mercanc铆a puede f谩cilmente aumentarse m谩s all谩 de su debida proporci贸n, pero eso mismo implica que alguna otra mercanc铆a no se abastecer谩 en proporci贸n suficiente. 驴Qu茅 se quiere significar al decir que el mercado est谩 excedido de una mercanc铆a? No es que una parte de la misma no encuentre nada con lo que intercambiarse. Pues de las dem谩s cosas la proporci贸n es demasiado peque帽a. Una parte de los medios de producci贸n que se han empleado para producir esta mercanc铆a superabundante debieron haberse empleado en la producci贸n de aquellas otras mercanc铆as hasta que se restableciera el equilibrio entre ellas. Cuando este equilibrio se preserva adecuadamente, no puede existir superfluidad de mercanc铆as, para alguna de las cuales el mercado no est茅 谩vido鈥. Un a帽o despu茅s, Ricardo, en The High Price of Bullion (1809) mejorar铆a la formulaci贸n por Mill de la ley de las salidas o ley de Say, concebida como la adecuaci贸n de las proporciones en que se efect煤a la producci贸n con las proporciones en que se gastan los ingresos: 鈥淣unca un pa铆s puede tener una sobreoferta (glut) general de todas las mercanc铆as. Esto es evidentemente imposible. Si un pa铆s posee todas las cosas necesarias para el mantenimiento y la comodidad del hombre, y esos art铆culos se distribuyen en las proporciones en que son habitualmente consumidos, es seguro, por abundantes que sean, que encontrar谩n salida en el mercado鈥.
Otro folleto fue The Economists Refuted (1808), de Robert Torrens (1780-1864), un coronel de marina en actividad, originador de la teor铆a de los costos comparativos, en Ensayo sobre el comercio exterior de cereales (1815). Por ejemplo, si en el pa铆s A cuesta capturar un ciervo 1 d铆a de trabajo y un castor 陆, se cambiar谩n 2 castores por 1 ciervo: 1 d铆a de trabajo del cazador de ciervos por 1 d铆a de trabajo del cazador de castores. Un ciervo vale 2 castores. En el pa铆s B, cuesta capturar un ciervo 1 d铆a de trabajo y un castor 录: se cambiar谩n 4 castores por 1 ciervo. Un ciervo vale 4 castores. Si el pa铆s A fuera m谩s eficiente que B en una l铆nea de producci贸n, y el B m谩s eficiente que A en la otra, hay una base para intercambiar. Pero si el pa铆s B no es menos eficiente que el A en ninguna producci贸n, y el pa铆s A no aventaja al B en ninguna producci贸n 驴no hay base para comerciar? Torrens sostuvo que pod铆a ser ventajoso importar, aun cuando las condiciones locales para producir los bienes importados fuesen m谩s ventajosas que las prevalecientes en los pa铆ses de donde proven铆an. 鈥淪upongamos, dec铆a, que en Inglaterra haya distritos con tierras que no han sido objeto de mejoras, en las que pueda cultivarse trigo a un costo de trabajo y capital tan reducido como el de las llanuras f茅rtiles de Polonia. Si es 茅ste el caso, y todo lo dem谩s igual, la persona que cultive en nuestros distritos no mejorados estar铆a en condiciones de vender su producto a una tasa tan baja como la del cultivador de Polonia; y parece natural concluir que, si se permite a la industria elegir su orientaci贸n m谩s lucrativa, el capital se invertir铆a en sembrar trigo en el pa铆s, y no traerlo de Polonia al mismo costo primo, y a un mucho mayor costo de transporte. Pero esta conclusi贸n, por obvia y natural que parezca a primera vista, si se examina con m谩s detalle puede resultar enteramente err贸nea. Si Inglaterra hubiera adquirido tal grado de habilidad en manufacturas que, con cierta porci贸n de su capital, pudiera elaborar una cantidad de indumentaria, a cambio de la cual el cultivador polaco entregase una mayor cantidad de trigo que la que Inglaterra, con la misma porci贸n de capital, pudiese cosechar en su propio suelo, entonces, sectores de su propio territorio, aunque fueran iguales a las tierras de Polonia, o m谩s aun, aunque fueran superiores, ser铆an abandonadas; y una parte de su oferta de trigo se importar铆a de dicho pa铆s.鈥
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