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Sábado, 20 de marzo de 2004
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ECONOMISTAS LAVAGNISTAS CUESTIONAN LA POLITICA DEL BCRA

Apunten al modelo Prat Gay

El modelo de “metas de inflación” de Alfonso Prat Gay para su política monetaria es cuestionado por economistas cercanos a Lavagna. Se debate cuál debe ser el nivel del tipo de cambio.

Por Claudio Zlotnik
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El Banco Central conducido por la dupla Alfonso Prat Gay y Pedro Lacoste se presenta como abanderado del inflation targeting.
La pelea no es nueva y promete recrudecer en el corto plazo. Por un lado, la cúpula del Banco Central (Alfonso Prat Gay y Pedro Lacoste). Por el otro, el ministro Roberto Lavagna. El motivo central de la puja es el nivel del tipo de cambio. El titular del Palacio de Hacienda quiere un dólar alto, que no sólo resguarde la competitividad de la economía sino que también asegure la solvencia fiscal. En medio de las presiones del Fondo Monetario para que el peso se revalorice, y así facilitar la compra de divisas para pagar la deuda, el estado de alerta en el Palacio de Hacienda sobrevino porque se acerca el lanzamiento del modelo monetario de “metas de inflación” por parte del Banco Central.
Desde la semana pasada, Lavagna cuenta a su favor con el flamante think tank (Cefid-AR), conducido por una incondicional suya: Felisa Miceli, titular del Banco Nación. El flamante centro de estudios no será ajeno a la pelea con el Central. ¿Qué le imputa Lavagna al esquema de política monetaria de inflation targeting al que adhiere la dupla Prat Gay-Lacoste?

Que es un modelo ortodoxo: toma a la inflación como objetivo primordial al que debe combatirse y coloca como cuestiones secundarias otras variables de la economía real, como el mercado laboral. En teoría, si el Banco Central se fija una meta inflacionaria del 5 por ciento anual pero luego se constata que los precios podrían subir 9 o 10 por ciento, una de las herramientas a mano para tratar de cumplir con el objetivo sería elevar las tasas de interés. La receta tendría un efecto indeseado: el enfriamiento de la economía. Nada peor para un país con dos millones de desempleados y la mitad de su población sumergida en la pobreza.

Por contraposición, el modelo de inflation targeting deja librada a su suerte al tipo de cambio. Cerca del ministro aseguran que ese esquema juega en contra del modelo económico, ya que tiene un sesgo apreciador del peso.

Los técnicos cercanos a Lavagna advierten también que, una vez cerrada la renegociación de la deuda, es muy probable que arriben a la Argentina fuertes flujos de capitales. Les temen a las denominadas “inversiones de capitales calientes”, de corto plazo, que provocarían una revalorización de los activos argentinos. Incluido el peso. ¿Qué hará el Central llegado ese momento?, se preguntan los íntimos del titular de Hacienda. ¿Defenderá la actual paridad o dejará caer al dólar?

Los lavagnistas se refieren despectivamente al modelo de “metas de inflación”. Dicen que “está de moda” en el mundo financiero y que por eso lo importó Prat Gay. Y destacan que ello ocurrió en un contexto internacional de baja inflación, lo que no habría permitido una real percepción de su eficacia. Algunos, incluso, se arriesgan a asegurar que “una inflación moderada puede coincidir con una situación más expansiva de la economía que en un contexto de inflación baja”.
El Banco Central tiene previsto lanzar el nuevo modelo en la última parte del año. Se vienen tiempos calientes en la relación entre Economía y el Banco Central.

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