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Domingo, 31 de julio de 2005
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Finanzas

¡Qué fácil es ganar plata!

Las utilidades regaladas por los títulos públicos ajustados por la inflación atraen a inversores locales e internacionales. Brindan las rentas en bonos más elevadas del mundo financiero.

Por Claudio Zlotnik
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Los corredores están entusiasmados por incorporar bonos con CER a sus carteras de inversión.

El actual escenario se parece mucho al que existía hace casi una década. Durante 1996 y principios del año siguiente también se registraba una bonanza de los mercados financieros, especialmente en los emergentes. Los inversores internacionales se mostraban ávidos por los activos de mayor riesgo. Todo fue color de rosa hasta que las economías de los tigres y tigrecitos asiáticos cayeron en dominó y se empezaron a suceder las crisis. El terremoto financiero impactó en Rusia, Brasil, Ecuador, Turquía y la Argentina. En total duró cuatro años, pero tuvieron que pasar un par más para que los financistas volvieran a apostar por los emergentes. Ahora la ola está bañando a la Argentina.

Los fondos estadounidenses especializados en emergentes invirtieron la semana pasada un total de 132 millones de dólares en esos mercados. Y aunque el monto se encuentra por debajo del promedio de las últimas cuatro semanas, de 239 millones, la tendencia indica que podría batirse el record de principios de año. Precisamente, fue bajo este contexto que el Gobierno impuso restricciones a la entrada de capitales especulativos.

Parece paradójico, pero los financistas se están aprovechando de dos aparentes fortalezas de la economía argentina. Una es la pesificación de la deuda. Sin embargo, como la emisión de los bonos surgidos del canje se hizo con el ajuste por el CER –para garantizarles a los inversores que no perderían el poder adquisitivo–, la aceleración inflacionaria volvió muy tentadores a esos papeles. Al 1,2/1,5 por ciento de inflación prevista para este mes, los operadores estiman que hasta fin de año el índice rondará el 0,7/0,8 por ciento mensual. El cálculo de los inversores es simple: como no se espera una devaluación del peso, sino lo contrario, la rentabilidad en dólares puede ser una de las más altas del mundo. En julio, sin ir más lejos, el bono Par en pesos subió un 20 por ciento y la cotización del dólar no se movió.

La otra fortaleza tiene que ver con que nadie espera un nuevo default. La Argentina reestructuró su deuda y, con una economía en plena expansión, el Gobierno seguirá cumpliendo puntualmente. Es más, así como se les están haciendo pagos netos a los organismos internacionales, lo mismo ocurre con los acreedores particulares: hoy en día existen más desembolsos que nuevas emisiones, lo contrario de lo que sucedía en los ‘90.

Para entender lo que sucede en el mercado, hay que mencionar que la decisión de dejar de emitir papeles en pesos indexados potenció los bonos que ya se habían lanzado. También dar cuenta del favorable contexto internacional. El hecho de que la tasa de los bonos del Tesoro estadounidense se mantiene en 4,0/4,2 por ciento anual es clave para comprender la elevada demanda que vienen teniendo los fondos internacionales más especulativos.

En este contexto, en la city creen que hay fiesta para rato. Y si bien esa bicicleta puede quitarles ímpetu a las inversiones productivas, en el Gobierno destacan que este rally alcista permitirá conseguir financiamiento más barato en el mercado voluntario para seguir desendeudándose con el Fondo.

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