Dentro del menú de inversiones que ofrece el mercado bursátil a nivel global, las materias primas se presentan como opción atractiva. En los primeros meses de este año los valores de los commodities revirtieron su tendencia decreciente. Si bien los problemas en las economÃas desarrolladas persisten, la demanda de commodities se mantiene elevada. De acuerdo con datos del Banco Central, el precio promedio de las materias primas se ubica un 75 por ciento por encima del promedio histórico, con base 1996.
Este buen desempeño se encuentra sostenido por la elevada liquidez y las bajas tasas de interés en el mundo, contrarrestando incluso la corrección registrada por la incertidumbre sobre la deuda europea. Las materias primas cerraron el primer trimestre del año en niveles similares a los máximos de las últimas tres décadas. Las agrÃcolas mostraron resultados disÃmiles, destacándose la soja, que llegó a cotizar en su nivel más alto desde su máximo histórico de julio de 2008. Esta situación asegura un significativo volumen de divisas por exportación, ciclo que el Banco Central aprovechará para recomponer reservas.
El análisis de varias consultoras –incluyendo el estudio que realiza el Banco Central– coincide en que los precios se mantendrán, aunque no prevén un recorrido alcista desproporcionado sino que acompañe a condiciones más estables de producción y a la demanda de alimentos y energÃa. Tampoco descartan que, en un contexto de incertidumbre global, los cambios en la evolución del clima o la profundización de tensiones geopolÃticas renueven la volatilidad en las cotizaciones. Las dudas en las plazas financieras se habÃan transmitido al precio de los commodities a partir del comportamiento de los mercados cambiarios, donde la depreciación del dólar frente a las monedas de sus principales socios comerciales a inicios de año presionó al alza, exhibiendo posteriormente un efecto inverso desde fines del primer trimestre. A diferencia de la energÃa, los metales y minerales, los productos agropecuarios exhiben una menor volatilidad.
Los inversores que decidan aprovechar este contexto cuentan con un menú de alternativas, que van desde contratos a futuro, Ãndices de petróleo y gas –que replican los cambios en los precios internacionales del commodity– o combinados de ambos, hasta compra de acciones de compañÃas relacionadas con estos sectores. Sin embargo, no siempre la correlación entre los Ãndices bursátiles y los precios de las materias primas es tan lineal. De hecho, la mayorÃa de los futuros, incluyendo Ãndices y divisas, fueron más rentables que los activos subyacentes. Este divorcio entre lo financiero y la economÃa real derivó en la generación de burbujas que culminaron en crisis.
Otra opción es negociar con divisas teniendo en cuenta la relación que existe entre el paÃs de origen de la moneda y su carácter de exportador o importador de materias primas. Un exportador neto podrÃa tener una relación directa con su moneda local, mientras que un importador tendrÃa una vinculación inversa. Por ejemplo, Canadá es uno de los principales exportadores de petróleo, mientras que Japón se destaca entre los mayores importadores. En este caso, existe una fuerte relación entre el dólar canadiense y el yen. Pero, como las cotizaciones internacionales del crudo son en dólares, los arbitrajes que pueden aprovecharse se componen de dólar-dólar canadiense y dólar-yen. Una fuerte relación directa podrÃa convertirse en una fuerte relación inversa, a medida que los paÃses cambian sus exportaciones o importaciones primarias o sus gobiernos modifican la administración de su tipo de cambio
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