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Domingo, 8 de junio de 2003
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COMO MARCHA LA EVOLUCION DE LOS DEPOSITOS BANCARIOS

Termómetro sin fiebre

Los depósitos dejaron de crecer en los últimos meses, incluso registraron un leve retroceso. Pero se abrió el corralón y dominó la incertidumbre electoral. En ese contexto, el saldo es positivo.

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Entre 60 y 65 por ciento de los inversores que desprogramaron los ahorros dejó el dinero en los bancos como nuevos plazos fijos.
Por Claudio Zlotnik

Nada se parece al primer semestre de 2002, en medio del caos y la incertidumbre generado por el colapso de la convertibilidad. Una fuga de depósitos de unos 5000 millones de pesos mensuales, y que recién se empezó a revertir en agosto de aquel año, de la mano de la estabilidad del tipo de cambio. La ola positiva duró hasta febrero. Pero en los últimos tres meses, las colocaciones bancarias se estancaron.
La situación puede tener una primera lectura negativa: aquella por la cual se infiere en que el freno a la expansión de los depósitos estaría relacionada a factores desalentadores. Como la desconfianza de los inversores en el sistema financiero, en la marcha de la economía o en el nuevo gobierno. Después de todo, existe una relación directa entre la salud del sistema y la expectativa de los financistas y del público en general. Pero lo cierto es que no existe una única mirada para analizar ese tema.
Tomando en cuenta el efecto del CER y la diferencia con el precio del dólar en el caso de los amparos, en marzo los depósitos cayeron 404 millones de pesos. Se quebraba así la suba de 2200 millones en el primer bimestre del año. En abril también se registró una caída de las colocaciones: esa vez, de 154 millones. Y en marzo se notó otra vez una suba, pero muy modesta, de apenas 130 millones de pesos. Sin embargo, ese aparente estancamiento en la evolución de los depósitos no debería observarse como una mala noticia.
Debe recordarse que en abril fue abierto el corralón. Así, quedaron a disposición de los ahorristas unos 16.000 millones de pesos. A pesar de la estafa de fines de 2001, se calcula que entre 60 y 65 por ciento de los inversores que desprogramaron los ahorros dejó el dinero en los bancos como nuevos plazos fijos. El resto se llevó la plata a su casa. Es decir, de los 9000 millones que salieron del corralón, unos 6200 millones quedaron en las entidades financieras.
Como a los datos preliminares informados por el Banco Central hay que ajustarlos (aplicando el efecto del CER y de los amparos), el saldo de abril quedó negativo en 154 millones de pesos, mientras que el de mayo fue positivo en 130 millones. Si además se toma en cuenta que el levantamiento de las restricciones coincidió con el proceso electoral, el resultado final no debería generar alarma. Incluso, durante este período, las tasas pasivas cayeron del 20 al 12 por ciento anual en promedio.
Ahora, ya con lo que quedó del corralón otra vez clausurado, con la única salida en cuentagotas de los amparos, y el proceso electoral terminado con normalidad, la evolución de los depósitos vuelven a ser el termómetro ideal para medir la marcha de la economía.

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