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Domingo, 19 de octubre de 2003
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Los financistas buscan alternativas de inversión

Apuesta a bonos post default

Con dólar planchado y tasas bajas, los grandes inversores se están volcando a comprar títulos públicos en pesos ajustados por la inflación. Los bonos elegidos son los emitidos luego de la cesación de pagos.

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Los activos financieros nominados en pesos se han convertido en los favoritos de la city.
Por Claudio Zlotnik

Alguien lo habrá imaginado en aquellos críticos días iniciales de 2002? En esas jornadas de angustia, testigos del colapso irremediable de una década de convertibilidad, el dólar se había transformado en el refugio preferido. Las largas filas frente a las casas de cambio eran una postal decadente del terremoto económico y social. Los billetes “convertibles” con los rostros de San Martín, Roca, Sarmiento o Rosas quemaban en las manos de grandes inversores y de pequeños ahorristas. Ahora, el panorama es el opuesto. Los activos financieros nominados en pesos se han convertido en los favoritos de la city.
Ese comportamiento no es simplemente un caso más de la tradicional ciclotimia del ahorrista argentino. A casi dos años de la devaluación, la estabilidad del tipo de cambio restó atractivo al billete verde. Y en el microcentro creen que ese escenario se mantendrá también a lo largo de 2004. Los principales bancos de inversión prevén, para entonces, una banda cambiaria de 2,80 a 2,90 pesos por dólar.
En este marco, la apuesta de los financistas se volcó hacia los títulos públicos en pesos, que además ajustan por el CER. Sostienen que ésa es la mejor manera de enfrentar no sólo la lenta apreciación del peso sino también resguardarse de la inflación. Remarcan que el propio Gobierno estima una inflación del 10 por ciento para el próximo año, por encima de la proyección de 3,5 por ciento para este año.
Los bonos preferidos están incluidos en la serie de obligaciones lanzadas por Roberto Lavagna. Es decir, ninguno de ellos se encuentra en cesación de pagos, pertenecen a la era del post default, y la Secretaría de Hacienda gira periódicamente los fondos para hacer frente a los respectivos vencimientos.
La nómina de esos bonos es la siguiente. Todos son en pesos y ajustan por la evolución del CER:
n Boden 2008, distribuido entre los agentes públicos y los jubilados a quienes la Alianza les había recortado el 13 por ciento de los haberes. Cada día se negocian entre 15 y 20 millones de pesos, constituyéndose en el título público más operado.
n Bono Pro 12. Fue entregado este año a proveedores del Estado para pagar deudas antiguas, con vencimiento en 2012. El volumen operado en el mercado ronda entre 1 y 2 millones de pesos diarios.
n Bono Pre 8. También fue otorgado a jubilados. Se transan entre 500 mil y un millón de pesos cada jornada.
En los próximos días se sumará el Bogar 2018, el bono surgido del canje de deuda provincial ideado por Domingo Cavallo, por el cual el Estado nacional se hizo cargo de un pasivo total de unos 27.000 millones de pesos.
¿Quién se había imaginado? En la city brilla la estrella del peso.

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