Domingo, 2 de noviembre de 2003
COMO ES LA EXTRAÑA RECUPERACION NORTEAMERICANA
Retengan las cervezas
¿Y si George W. Bush tenÃa razón con su polÃtica económica? El surgimiento del 7,2 por ciento del PBI sugiere esa posibilidad. Pero también puede ser un efecto temporario.

Una familia que no habla de los Ãndices macroeconómicos.
Por Claudio Uriarte
Se recupera la economÃa de Estados Unidos? De ser asÃ, cambiarÃa todo el horizonte internacional, tanto económico como militar y polÃtico. En principio, la recuperación virtualmente asegurarÃa la reelección de George W. Bush en noviembre de 2004. El anuncio del Departamento de Comercio de un aumento del 7,2 por ciento del Producto Bruto Interno durante el tercer trimestre podrÃa apuntar en esa dirección. TodavÃa, es cierto, falta que esto se verifique en una baja de la tasa de desempleo, que después de todo es la variable polÃtica clave: nadie muere por el Producto Bruto Interno, y es difÃcil imaginarse a Homero Simpson y su familia departiendo excitadamente sobre, digamos, el fin de los déficit de cuenta corriente. (aunque si, como resultado de la recuperación, el dólar sigue valorizándose, lo más probable es que estos déficit sigan creciendo). El desempleo, que permanece sin movimientos en una tasa del 6,2 por ciento, es, pues, lo próximo que deberÃa bajar si el surgimiento del PBI, que es el más alto desde 1984, hace también espejo con lo que ocurrió ese año, con la reelección triunfal de Ronald Reagan –el Ãdolo admitido de George W.– después de años también parecidos de recesión y déficit presupuestario.
Pero las mediciones del Departamento de Comercio de Bush deben ser tomadas con cautela. Porque son, después de todo, mediciones del Departamento de Comercio de Bush. Es decir, de una administración que no dudó en mentir descaradamente sobre los vÃnculos de Saddam Hussein con AlQaida y sobre un supuesto programa de desarrollo de armas nucleares. Pero, por lo menos en la superficie, los datos parecen apuntar en la dirección correcta. La inflación, contrariamente a los temores deflacionistas de la Reserva Federal, ha subido un punto. El número de solicitantes de seguro de desempleo ha caÃdo. La confianza de los consumidores está en alza. Ninguno de estos tres indicadores marca una mejora radical, pero su coincidencia en el tiempo parece significativa. Pero lo difÃcil es saber exactamente qué ha ocurrido –que es lo que permitÃa conjeturar qué puede pasar–. La administración saltó rápidamente a la conclusión de que el salto es el resultado de su masiva reducción de impuestos, que produjo el déficit fiscal más alto de la historia norteamericana. Pero esa reducción apuntó sobre todo a los sectores más ricos y las corporaciones, lo que puede explicar un aumento de la inversión en bienes de capital pero no necesariamente del consumo masivo, como se ha informado. No es imposible que en unas semanas el aumento del 7,2 por ciento sea revisado a la baja, pero aún asà los economistas favorables a la administración sostienen que la magnitud es correcta, y que eso tiene un impulso propio que le permitirá tener un cuarto trimestre aún más fuerte.
En todo caso, lo que debe temerse la Casa Blanca es que su paquete de estÃmulos impositivos haya cobrado un excelente resultado de corto plazo que no pueda sostenerse en el mediano. Hay temores de que éste sea el resultado de estÃmulos fiscales y monetarios que desaparecerán cuando el efecto de los cortes de impuestos se agote y la gente vuelva a gastar de sus propios ingresos y no de los regalos del Estado. Y, por supuesto, ese horrendo déficit fiscal de casi 400.000 millones de dólares sigue estando allÃ, y parece un precio demasiado caro por lo que todavÃa es muy poco. Pero, por el momento, la noticia es buena, y no sólo para Estados Unidos: uno sólo necesita imaginarse lo que serÃa una deflación como la del ‘30 pero multiplicada por 10 por la enorme interdependencia económica.
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar|República Argentina|Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.