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AGRICULTURA
Los medios de comunicación han aludido al sector agropecuario focalizando su mirada en sus grandes y medianos representantes, cuyos mundos se encuentran caracterizados por los congresos internacionales, el e-mail y el acceso a Internet, la presencia del teléfono celular y de las máquinas de última generación que forjan el espectacular aumento de la producción agrícola. Entiendo este incremento de la producción como un dato importante y no puedo dejar de ver con admiración este proceso que significó una modernización importante para el sector. Creo, sin embargo, que es necesario dar cuenta también de aquellos sectores que no han sido beneficiados por este proceso modernizador y que son, sin lugar a dudas, la “auténtica Argentina rural profunda”. Me refiero a esa Argentina conformada por miles de pequeños productores, obreros rurales y comunidades indígenas que han sido relegados de esa instancia modernizadora y a los que el modelo de la agricultura-capital intensiva ha perjudicado seriamente por no haberlos tenido en cuenta. Debe reconocerse que la tecnología de la siembra directa, de las cosechas de algodón, azúcar y otras formas de cultivo intenso de recolección por medio de tecnologías avanzadas tienen un componente negativo, que es el de comportarse como netas expulsoras de población. Considero que el modelo hay que acompañarlo con reconocimientos, apoyos y tecnología a la Argentina profunda señalada. Hay que tratar de brindar a esa otra parte de la Argentina rural, soluciones para generar en ella una capacidad de trabajo que le permita obtener producción alimentarias en pequeña escala y satisfacer así las necesidades de miles de familias. Creo que se hace necesario reflexionar juntos para la superación de este problema y reconocer que en la Argentina no hay una sola agricultura que produce y exporta, sino que hay varias. No todas han tenido la misma suerte, por el contrario, muchas se ven sumergidas en la peor de las miserias.
Jorge Augusto Pereda
Ex presidente del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas