Roberto Lavagna la estaba corriendo a Felisa Miceli por derecha, ejercicio que al ex ministro se ve que no le cuesta demasiado. Le cuestion贸 el relajo fiscal como causa de amenaza inflacionaria y critic贸 la forma brusca de enfrentar el alza de la carne con el cierre de las exportaciones.
Sin duda alguna, la ministra sali贸 muy airosa del desaf铆o. Harta de morderse la lengua, explot贸 y con permiso presidencial le record贸 a su antecesor que si hay peligro inflacionario lo hered贸 de 茅l, y que si escasea la oferta ganadera se debe, entre otras cosas, a que 茅l se desentendi贸 del tema durante toda su prolongada gesti贸n.
Pese a las diferencias de experiencia y peso espec铆fico, la verdad es que Lavagna lleva todas las de perder si pretende desmarcarse por derecha de la actual pol铆tica econ贸mica. Por la sencilla raz贸n de que, m谩s all谩 de diferencias instrumentales, metodol贸gicas o de forma, Felisa Miceli se ha colocado en una l铆nea de continuidad con lo que ven铆a de arrastre. Y as铆 se encarg贸 de dejarlo bien en claro el lunes pasado, cuando todav铆a sin mencionarlo sali贸 a responder las primeras declaraciones de Lavagna con un discurso pronunciado en un seminario sobre comercio exterior. Dijo textualmente: 鈥淓l super谩vit fiscal es, hoy m谩s que nunca, un elemento central del programa econ贸mico, y un ancla fundamental para las expectativas frente al desaf铆o de la inflaci贸n鈥. Heterodoxia pura o, si se quiere, Lavagna plus. Por si quedaban dudas, agreg贸 Felisa: 鈥淨uiero ser enf谩tica, el super谩vit no es una variable de ajuste sino una meta prioritaria para este gobierno鈥. Y la verdad es que se nota. M谩s a煤n: aunque (tal como se coment贸 en esta columna hace unas semanas) Miceli sigue sin querer institucionalizar o explicitar un criterio fijo para el manejo del Fondo Antic铆clico como reclama Lavagna, el lunes consider贸 鈥渋mportante鈥 dicho fondo, 鈥渆n el que desde enero se est谩n ahorrando los excedentes fiscales鈥 para usar en momentos de vacas flacas. Por supuesto que tambi茅n reafirm贸 como herramientas clave un tipo de cambio competitivo que permita seguir con el super谩vit comercial y de cuenta corriente, y una pol铆tica monetaria prudente. Por alguna raz贸n dif铆cil de comprender, Lavagna ha optado por escupir para arriba hablando de econom铆a, cuando la l贸gica ser铆a que en todo caso se desmarque hundiendo el dedo en las fallas institucionales y pol铆ticas del gobierno.
Dejando al ex ministro de lado, cuando Felisa mira para adelante revela que continuar谩 en la misma l铆nea. En esa misma exposici贸n enumer贸 como 鈥渓os cinco ejes prioritarios, promover la inversi贸n privada y mejorar la competitividad del sector transable, la performance de las exportaciones, el financiamiento a la producci贸n, y combatir activamente contra la informalidad鈥. No es un men煤 como para etiquetar ni siquiera de heterodoxo. Nueve de cada diez economistas lo suscribir铆a con los ojos cerrados. Y si Lavagna intentara presentar un listado a la derecha, quedar铆a muy inc贸modamente ubicado si lo que pretende es ganar elecciones.
La pol铆tica econ贸mica de Lavagna-Miceli es m谩s f谩cil de correr por izquierda. Argumentando, por ejemplo, la insuficiente traducci贸n en mejoras sociales del espectacular crecimiento econ贸mico, o la ausencia de reformas estructurales.
Con un Presidente convencido de que el 煤nico riesgo desde lo econ贸mico para su proyecto es un desborde inflacionario, toda la pol铆tica econ贸mica ha quedado subordinada a cuidar ese flanco, y muy tranquilo puede dormir Lavagna si lo que le preocupa es que Kirchner deje de ser obsesivamente conservador con la caja.
En cuanto a la lucha contra la exclusi贸n y por una m谩s justa distribuci贸n del ingreso, el abordaje que predomina en el gobierno y que Felisa adopt贸 por convicci贸n u obediencia (guardando lo que ella misma propon铆a como integrante del Frente Nacional contra la Pobreza hace pocos a帽os) es que hay que confiar principalmente en el derrame macroecon贸mico m谩s el aporte de la pol铆tica social focalizada en el n煤cleo duro de los m谩s postergados que est谩n al margen del derrame.
Las reformas estructurales han quedado expresamente archivadas. La tributaria porque, esgrimen, ser铆a abrir una caja de Pandora y echar le帽a al fuego a una demanda agregada de por s铆 sostenida. 驴Pero por qu茅 asumir que los cambios impositivos son necesariamente expansivos? Algunos impuestos deber铆an subir y, por ejemplo, el IVA bajar.
Respecto de la reforma previsional, es parad贸jico y a la vez pat茅tico que quien se帽ale los enormes abusos del sistema actual sea quien a partir de abril de 2002 estuvo tres a帽os y medio al frente del Ministerio de Econom铆a.
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