鈥淢e preocupa que se use la plata de los trabajadores y de los jubilados para destinos que no tienen nada que ver con la seguridad social, como es la compra de computadoras鈥, dijo Sergio Massa en campa帽a. Si bien en relaci贸n con el Programa Conectar Igualdad el titular de la entidad, Diego Bossio, rectific贸 que los fondos provienen del Tesoro Nacional, esa cr铆tica se suma a una serie de planteos en relaci贸n con el rol de la Anses.
En su momento, el l铆der del FAP Hermes Binner sostuvo al anunciarse el Pro.Cre.Ar que 鈥渟acar los recursos de un lado para destinarlos a otro es injusto鈥 y propuso sancionar 鈥渦na ley de intangibilidad de los fondos de la Anses, para que no se puedan tocar para otra cosa鈥. Cuando se implement贸 la Asignaci贸n Universal por Hijo, en 2009, Carri贸 afirm贸 que 鈥渆s sacarles a los pobres jubilados para darles a los chicos鈥. Para el radical Ernesto Sanz, la AUH 鈥渄ebe financiarse con el Tesoro Nacional y no con la plata de las jubilaciones鈥 (dichos que se suman al ya famoso: 鈥淟a plata de la Asignaci贸n Universal por Hijo se est谩 yendo por la canaleta del juego y la droga鈥). A ello se agregan las constantes denuncias hacia la utilizaci贸n de la Anses como 鈥渃aja clave del Gobierno鈥 (La Naci贸n, 1/8/2013).
Cada uno de estos cuestionamientos es una discusi贸n clave con diferentes concepciones en pugna: 驴cu谩les deben ser los alcances de la seguridad social en la Argentina?
Durante los 煤ltimos 25 a帽os del siglo pasado, a partir de la implantaci贸n del patr贸n de valoraci贸n financiera y de una creciente liberalizaci贸n y desregulaci贸n, la protecci贸n y la seguridad social fueron conceptos de los que era necesario desprenderse, como un lastre de las sociedades tradicionales y de sus aparatosos y costosos Estados de Bienestar, a los que hab铆a que insertar en un proceso de 鈥渕odernizaci贸n鈥. Se introdujo entonces, a partir del consenso neoliberal, una forma de organizar la sociedad y la vida que premi贸 los atributos de la autosuficiencia y la productividad. La demanda de protecci贸n se convirti贸 en un signo de debilidad individual o grupal, o una resultante, desde las teor铆as econ贸micas neocl谩sicas, de una ineficiencia sist茅mica.
Desde esa matriz de pensamiento, los sistemas de protecci贸n social fueron el foco de las transformaciones de las reformas de mercado neoliberales y de los ajustes estructurales. No s贸lo se convirtieron en un blanco a ser eliminado sino que, al mismo tiempo, constituyeron un medio de acumulaci贸n para el poder concentrado, siendo un ejemplo de ello la creaci贸n del sistema de AFJP en 1994.
Marcando un fuerte contraste, la estatizaci贸n del sistema previsional en 2009 鈥損recedida por importantes reformas entre 2005-2008, como la moratoria previsional y la posibilidad de traspaso desde capitalizaci贸n a reparto鈥 puso estos principios en el centro de la discusi贸n, cristalizando la hist贸rica pugna sostenida en el capitalismo por determinar si la protecci贸n social y el bienestar constituyen un asunto colectivo o individual.
La opci贸n pol铆tica en pos de la ampliaci贸n de la protecci贸n social, entendi茅ndola como un asunto colectivo, se manifest贸 en la creaci贸n de prestaciones 鈥渘o contributivas鈥 como la Asignaci贸n Universal por Hijo hacia fines de 2009, revelando una profunda ruptura con el esquema sesgado y privatista neoliberal.
Luego se avanz贸 en modificaciones de corte cualitativo en esta concepci贸n redistributiva, entre las que se destaca la implementaci贸n desde 2012 del Programa de Cr茅dito Argentino (Pro.Cre.Ar) financiado por la Anses y el Tesoro Nacional, que brinda soluciones habitacionales a trav茅s de cr茅ditos con tasas subsidiadas. Que un trabajador activo pueda tener su propia casa es tambi茅n seguridad social, derecho que ha sido claramente establecido por el constitucionalismo social que inspir贸 la Constituci贸n de 1949 y que se ha incorporado en 1957 en el citado art铆culo 14 bis.
Con el esp铆ritu de ese primer peronismo, hoy fundamentalmente se trata de colocar en el centro al trabajador, el cual tiene derecho a salud y educaci贸n de calidad, a un trabajo en blanco con salario digno, y tambi茅n a tener una buena jubilaci贸n al retirarse. En este marco, tanto el derecho a una vivienda como el acceso a computadoras para todos los estudiantes de escuelas secundarias con la finalidad de reducir la brecha digital y mejorar la calidad de la educaci贸n p煤blica expresan avances significativos en la cobertura de la seguridad social y adem谩s dan cuenta de una clara 鈥渂atalla de ideas鈥 contra el pensamiento neoliberal.
Esta senda de ampliaci贸n de las protecciones choca una y otra vez con concepciones (de pol铆ticos, intelectuales, y tambi茅n constitutivas del 鈥渟entido com煤n鈥 dominante) que defienden el uso restrictivo de los fondos de la Anses al tratarse de 鈥渓a plata de los jubilados鈥. Se desconoce, al mismo tiempo, que la financiaci贸n de la entidad no s贸lo se sostiene a partir de aportes de contribuyentes directos 鈥搕rabajadores y empleadores鈥, sino que utiliza parte de la recaudaci贸n impositiva (IVA, Ganancias, combustibles, cigarrillos), aportes del Tesoro y de la coparticipaci贸n, convirtiendo as铆 en aportantes indirectos al conjunto de la poblaci贸n.
La reaparici贸n de la noci贸n de seguridad social restrictiva pretende volver a colocar al Estado en la funci贸n de seguro ante eventualidades (que se enra铆za en las originarias funciones de las cajas de seguro y mutuales all谩 por el siglo XIX), retir谩ndolo de su rol de garante del bienestar y de los derechos sociales, que son derechos constitucionales.
En definitiva, el debate sobre el origen de los fondos de la Anses no puede ocultar las concepciones ideol贸gicas en pugna, que son las que verdaderamente sustentan los cuestionamientos. La puja entonces es seguridad social 鈥渄e mercado鈥 o seguridad social inclusiva, que defienda el conjunto de los derechos de los trabajadores
* Centro de Econom铆a Pol铆tica Argentina (CEPA).
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