El candidato es el proyecto suele escucharse en las filas oficialistas. M谩s all谩 de la necesaria y coyuntural ambig眉edad de la frase, en l铆neas generales hay acuerdos y consensos, aun en las huestes de la oposici贸n, sobre de qu茅 se habla cuando se refiere al 鈥淧royecto鈥 kirchnerista. Sin intentar ser exhaustivos, se puede mencionar que el proceso iniciado en 2003 ha elegido distribuir para crecer antes que crecer para distribuir. Ante el tr谩gico panorama social dejado por m谩s de dos d茅cadas de neoliberalismo, en vez de incentivar el crecimiento esperando que este 鈥渄erramara鈥 sus frutos en 鈥渁lg煤n momento鈥 en toda la sociedad, se opt贸 por distribuir, a trav茅s de una fuerte y permanente pol铆tica de transferencias sociales hacia los m谩s desfavorecidos (AUH, Progresar, Procrear, Argentina Trabaja, Ellas hacen, Conectar Igualdad), lo que llev贸, a trav茅s del aumento del consumo (p煤blico y privado), a a帽os de crecimiento sostenido y nuevas distribuciones.
En l铆nea con lo anterior se ha otorgado al Estado un rol activo, soberano e interventor en el mercado a trav茅s de una serie de nacionalizaciones (AFJP, Aerol铆neas, YPF, Ferrocarriles), cambios en las regulaciones (Carta Org谩nica del BCRA, intervenci贸n en el comercio exterior, control del mercado de cambios), y procesos de desendeudamiento crecientes (que incluyen el pago total de lo adeudado al FMI).
El proyecto y sus actores protag贸nicos han resistido tanto tomar los atajos conservadores y sus recetas de ajuste para frenar la inflaci贸n como las presiones devaluadoras como pol铆tica excluyente para recuperar el deterioro de la competitividad cambiaria provocada por la misma. Asimismo supieron articular una pol铆tica exterior con una clara visi贸n latinoamericanista, encarnada en el 鈥渘o al ALCA鈥, con una pol铆tica interna de reconocimiento y ampliaci贸n de derechos.
No obstante, o precisamente por todo ello, el proyecto populista, como otros a lo largo de la historia argentina, se enfrenta no solamente a una oposici贸n representante de una derecha liberal sino principalmente consigo mismo.
El economista Adolfo Canitrot escribi贸 en 1975 que la alianza pol铆tica del populismo nace de la recesi贸n y proponi茅ndose un programa expansivo, asalariados y burgues铆a industrial tienen intereses complementarios dejando a los empresarios rurales en la oposici贸n. El mismo 茅xito del programa destruye la alianza dado que al aproximarse al pleno empleo, en un contexto inflacionario, los intereses conflictivos reemplazan a los complementarios. Las expectativas distribucionistas del proyecto nacional y popular se enfrentan ahora a un empresariado industrial que no quiere seguir 鈥渁portando鈥 a la distribuci贸n del ingreso a costa de su propia rentabilidad. Al final del proceso, la burgues铆a industrial se inclina hacia una nueva alianza con la burgues铆a rural presionando por una devaluaci贸n que baje sus costos y proteja su producci贸n al tiempo que genere ganancias extraordinarias para los ahora aliados empresarios rurales. El populismo, sentencia Canitrot, termina enredado en sus propias contradicciones y un nuevo programa de orden y recesi贸n emerge.
驴Qu茅 tienen de distinto los proyectos populistas (distribucionistas, en sus palabras) que describe Canitrot con el actual proyecto populista kirchnerista? Aunque parezca evidente es necesario mencionarlo: el futuro. El porvenir no est谩 escrito en los libros de historia y mucho menos en los de econom铆a pol铆tica.
Cuando se habla de la necesidad de profundizar el proyecto no s贸lo se est谩 frente al presente sino principalmente frente al futuro que todav铆a no se ha construido.
Profundizar implica romper con la cadena que presenta Canitrot, entre otros autores, como inevitable, como l铆mite absoluto de los proyectos distribucionistas. Como menciona el grupo Carta Abierta en su 煤ltimo documento, continuidad es profundizaci贸n, es avance o no es. Resulta pues imperioso dotar de contenido a la no siempre bien entendida profundizaci贸n.
El proyecto populista necesita en esta etapa, para no sucumbir por las citadas contradicciones, pol铆ticas de la trascendencia de la ya implementada nacionalizaci贸n de fondos jubilatorios, la asignaci贸n universal por hijo, la ley de servicios audiovisuales o la nacionalizaci贸n de YPF.
Por un lado, la restricci贸n externa, exige del Estado herramientas que le permitan transferir recursos del sector con m谩s productividad (rural) al sector que se pretende desarrollar (industrial). Luego de la fallida resoluci贸n 125, urge la creaci贸n de instituciones que tengan la facultad de controlar el comercio exterior y los puertos a fin de efectivizar dicha transferencia.
Al mismo tiempo, el desarrollo industrial nacional debe ser apalancado con el ahorro local. De tal modo, si bien la reforma de la Carta Org谩nica dot贸 de nuevas facultades al Banco Central, la ampliaci贸n de dichas competencias y el acceso a nuevas, solo puede lograrse con la reforma de la ley de entidades financieras, herencia de la 煤ltima dictadura militar. Entre las 鈥渄eudas鈥 del proyecto kirchnerista est谩 la nula o escasa modificaci贸n del patr贸n de acumulaci贸n el cual sigue siendo preponderantemente agroexportador y dotado de una matriz industrial insumo dependiente del exterior.
Para sostener el nivel de inversi贸n social y en infraestructura es necesario ampliar la base tributaria. En este sentido, el actual nivel de imposici贸n a la renta minera, herencia del menemismo neoliberal y de la renta financiera, deben ser revisados y modificados, complement谩ndose con nuevos tributos progresivos, que pesen, por ejemplo sobre la propiedades ociosas. Asimismo, se necesita crear mecanismos sustentables de mejora en las condiciones de los trabajadores que no dependan de transferencias directas del Estado. La participaci贸n de los trabajadores en las ganancias es un proyecto que deber铆a volver a ponerse en agenda si se pretende que la redistribuci贸n no caiga s贸lo sobre los hombros del Estado; al tiempo que, el control ejercido por los trabajadores, ahora actores interesados, sobre los balances de las empresas, ayudar铆a a transparentar sus n煤meros lo que implicar铆a una mejora indirecta en la recaudaci贸n impositiva.
Las pol铆ticas descriptas no intentan ser exhaustivas ni de ning煤n modo excluyentes de otras tantas necesarias que las complementen o las mejoren. Su menci贸n tiene por finalidad dar cuenta de la envergadura de la tarea que depara el porvenir si, en los t茅rminos de los intelectuales de reunidos en Carta Abierta, se quiere dar continuidad al proyecto nacional y popular.
Como dec铆a el escritor uruguayo, la historia es un profeta con la mirada vuelta hacia atr谩s: por lo que fue, y contra lo que fue, anuncia lo que ser谩. La econom铆a depende de la pol铆tica y esta de las relaciones de fuerza. El presente ser谩 la historia de un futuro que a煤n no existe.
* Docente UNLZ FCS. Colectivo Educativo Manuel Ugarte.
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