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Miércoles, 29 de diciembre de 2010
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Se anunció la programación del Complejo Teatral de Buenos Aires para 2011

“Queremos apostar a la experimentación”

Con esa frase, Carlos Elía, director general del Complejo, resumió el espíritu con el que pretenderá guiar los destinos del teatro San Martín. En el encuentro se habló de las obras a mostrar, pero no se abundó en detalles presupuestarios.

Por Cecilia Hopkins
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“Hay que hacer a nuevo cosas que en 1960, en la inauguración del teatro, no existían”, dijo Lombardi.

“Vamos a atender la calidad artística y vamos a afianzar los niveles de excelencia de nuestra institución porque queremos sumar espectadores”, resumió ayer Carlos Elía, director general del Complejo Teatral de Buenos Aires, durante el anuncio de la programación para 2011. Su intervención, que había comenzado con unas palabras en homenaje al recientemente fallecido Alberto Segado (“actor emblemático del San Martín y excelente amigo”), continuó con un reconocimiento a la labor del director saliente, Kive Staiff, presente él también en la sala Cunill Cabanellas, donde se celebró la conferencia de prensa. A su turno, el director artístico Alberto Ligaluppi señaló que la programación venidera –la cual fue en parte también diseñada por el mismo Staiff– fue armada en base a ciertos puntos de vista que pasó a enumerar: “Queremos tener a gente menor de 40 años entre los creadores y entre el público, queremos volver a tener una temporada internacional importante, estamos interesados en el teatro latinoamericano, en aumentar las coproducciones y, en términos generales, queremos apostar a la experimentación”, resumió. De la programación subrayó algunos ítem: “Retornará Philipe Genty y Patrice Chéreau estrenará El gran inquisidor, un monólogo de su autoría”, además de adelantar que se pondrá en marcha un programa por el cual directores visitantes realizarán puestas en escena con actores y técnicos locales. Otra novedad será el programa Rituales de Pasaje, que consistirá en experiencias escénicas de cruce o “ceremonias artísticas” que tendrán lugar en diversos espacios del teatro, con la participación de Cibele Forjaz (Brasil), Guillermo Calderón (Chile), el mismo Chéreau, Lisi Estarás (Ballets C de la B, Bélgica), Esther Ernst (Alemania), Guillermo Heras (España) y Roberto Suárez (Uruguay), a las que se espera incorporar otras opciones. Ligaluppi también anunció dos propuestas novedosas que llevará a cabo el Grupo de Titiriteros: el estreno de Calderós, obra de Pier Paolo Pasolini (“una obra en la cual se anuncia la globalización”) y dos piezas para chicos escritas por Griselda Gambaro, las tres en el Teatro Regio.

También presente en el anuncio, el ministro de Cultura Hernán Lombardi aseguró que “toda transición implica, en parte, una transformación”, y subrayó que “nada podría llevarse a cabo sin un aumento financiero, porque uno podrá tener buenas ideas pero hace falta un respaldo económico”. Varias veces se habló de la necesidad de retornar a las mejores épocas del teatro: “Queremos volver a instalar la idea de que el San Martín es un gran núcleo generador”, afirmó, para luego ampliar: “La construcción colectiva de un teatro público es una herramienta trascendente de la cultura de Buenos Aires, una herramienta de transformación para crear ciudadanía. En tiempos difíciles de desigualdades creemos que no hay estrategia más importante que apostar a la cultura y a la educación”, fueron sus palabras. Asimismo, recordó el anuncio realizado la semana anterior con relación a la temporada de verano del Complejo: “Queríamos estar presentes todo el año, por eso resolvimos tener abiertas todas las salas del complejo durante el verano y darle a la gente la posibilidad de ver dos obras por el mismo precio”. En relación con las obras edilicias, Lombardi puntualizó que “no sólo se trata de obras de mantenimiento, sino que hay que hacer a nuevo cosas que en 1960, año de la inauguración de este teatro, no existían, como lo referido a los actuales requerimientos eléctricos y sistemas de acondicionamiento de aire”. Sin embargo, a pesar de destacar la importancia de los aportes de los sponsors (Banco Ciudad y Galicia y la Fundación YPF), el ministro aseguró que la base con la que el complejo cuenta “son los 72 millones de presupuesto operativo que aporta la ciudad”.

En diálogo con Página/12, Ligaluppi amplió los puntos sobre los cuales basó el diseño de programación que tuvo a su cargo.

–¿Por qué le interesan los creadores y el público de menos de 40 años?

–En la programación hay directores de diferentes generaciones, porque la calidad no es algo que tiene que ver con la edad. Pero hay algo que quería dejar atrás, y es el hecho de que los directores de menos de 40 años, hasta el momento, estrenaran en el Teatro Sarmiento. Yo creo que, si hay un director que la necesita, aunque tenga 20 años, debemos darle la sala más grande que tenemos. La experimentación es algo que hasta el momento no fue tenida en cuenta. Y no tiene que ver con la edad. En cuanto al público, sabemos que el San Martín antes convocaba a estudiantes y que se desataban polémicas. Hoy la realidad es otra: vemos que el público mayoritario está formado por señoras que fueron jóvenes en los ’60.

–¿Por qué cree que la programación no tenía en cuenta propuestas teatrales latinoamericanas?

–Porque en general fue tomado como modelo teatral a lo que se producía en el centro de Europa. Y yo creo que hoy hay discursos muy interesantes que están en el teatro latinoamericano. Es cierto que en otras épocas hubo visitas internacionales importantísimas, como lo fueron Tadeusz Kantor y Pina Bausch. A partir de ahora debemos crecer en ese sentido.

–Otro de los puntos mencionados fue aumentar las coproducciones...

–Esa decisión es importante porque es una forma de que el nombre del teatro salga de gira. Es una forma de agrandar la imagen del San Martín.

–¿Será difícil implementar cambios?

–Kive Staiff dirigió este teatro a lo largo de muchos años con una férrea concepción, y esa marca será muy difícil de cambiar. Tal vez tengan que pasar muchos directores para que eso ocurra. Esa marca está en la organización interna, en el diseño de las salas y hasta en la iluminación. Se trata de una ideología. Yo creo que hoy debemos ir en busca de otras cosas, como la experimentación o lo multidisciplinario. Eso es lo que le falta a este teatro.

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