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Lunes, 7 de noviembre de 2011
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PABLO VASCELLO, AUTOR Y DIRECTOR DE MARGARITAS EN LA VENTANA

Retazos de una cicatriz que no cierra

La obra parte del universo po茅tico de Samuel Beckett, aunque luego se despega. Comparte, sin embargo, con el dramaturgo irland茅s la puesta en foco de la alienaci贸n del sujeto. La pieza se centra en la figura de una mujer autista que fue abusada de chica.

Por Paula Sabat茅s
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Vascello plasm贸 en su montaje la idea beckettiana de la incomunicaci贸n.

Una semana antes de estrenar su puesta de No-Yo, de Samuel Beckett, Pablo Vascello recibi贸 una llamada de la agencia brit谩nica Curtis Brown, que otorga los permisos de escenificaci贸n de obras en ingl茅s del dramaturgo. Del otro lado, un representante le dec铆a que deb铆a suspender el estreno. La raz贸n que le dio fue que no respetaba las indicaciones del autor irland茅s, quien en su testamento pidi贸 expresamente que no se lo reversionara. Vascello no logr贸 convencer a la instituci贸n de que le era imposible respetar esta obra en particular porque all铆 la protagonista es... una boca (que 茅l hab铆a decidido corporizar en tres actrices). Menos caso le hicieron cuando cit贸 otras puestas internacionales que tampoco segu铆an la (imposible) indicaci贸n, y a las que no se les hab铆a obligado a suspender. Sumido en una profunda desilusi贸n, decidi贸 no estrenar para no enfrentarse a un problema judicial, pero al mismo tiempo entendi贸 que algo ten铆a que hacer con lo que ten铆a. Se puso a trabajar, y en menos de dos d铆as escribi贸 el boceto original de Margaritas en la ventana, que hoy exhibe orgulloso en el Teatro Brilla Cordelia, los domingos a las 20.

Si bien Margaritas en la ventana no tiene nada que ver, dram谩ticamente, con No-Yo, ambas comparten gran parte del universo po茅tico de Beckett y hacen foco en la alienaci贸n del sujeto, tan presente en toda la obra del denominado padre del teatro del absurdo. La pieza se centra en la figura de una mujer autista que fue abusada sexualmente de chica y que ahora, a horas de su muerte, revive ese momento desde tres 贸pticas temporales diferentes. As铆, Chabeli Gonz谩lez Pazo, Paula Badariotti y Romina Lettieri 鈥搎ue aportan una exquisitez actoral que termina por definir la obra鈥 interpretan a la ni帽a, la mujer y la anciana de una misma alma sin sanar, que necesita descargar, aunque sea consigo misma, todos los recuerdos que la atormentan.

De marcada textualidad posmoderna, ya que est谩 caracterizada por la sucesi贸n de fragmentos dram谩ticos y la superposici贸n de disciplinas (confluyen la danza contempor谩nea, la t茅cnica cuerpo-t铆tere, la narrativa oral y proyecciones audiovisuales), la obra posee una est茅tica en la que el juego de luces, el vestuario y la escenograf铆a combinan perfectamente con la estructura del texto y la articulaci贸n de los cuerpos de las actrices.

鈥淗oy le agradezco a la Curtis Brown porque nos potenci贸 otra cosa. Ven铆amos entrenando mucho el cuerpo e investigando desde lo intelectual y cuando nos despegamos de No-Yo, que es una obra mucho m谩s filos贸fica, sali贸 una historia que realmente nos interesaba contar鈥, cuenta a P谩gina/12 el autor y director de la pieza.

鈥撀縌u茅 es lo que m谩s le interes贸 conservar de la est茅tica beckettiana?

鈥揕a incomunicaci贸n, la imposibilidad de crear di谩logos reales y plenos. Tambi茅n quise respetar la l贸gica del vaciamiento del espacio y tiempo, del vestuario y la escenograf铆a. Al ser un cubo de madera el 煤nico objeto del decorado, lo que queda es el teatro: la voz y el cuerpo. De todos modos, hacia el final nos separamos de Beckett porque nuestra obra tiene un cierre, aunque hipot茅tico, a diferencia de las suyas.

鈥揂dem谩s incorpor贸 la conciencia, algo que est谩 ausente en los personajes de Beckett. 驴Busc贸 eso?

鈥揝铆, aunque tambi茅n busqu茅 reafirmar cierta distancia, que se manifiesta en el hecho de que el personaje habla de s铆 mismo en tercera persona. Es consciente de los acontecimientos pero no puede comunic谩rselo a nadie ni hacer nada con eso. Y en realidad tampoco es plenamente consciente de la gravedad de los conflictos. Su relato es bastante fr铆o, es la descripci贸n de la violaci贸n, pero no aparece ninguna acusaci贸n.

鈥揇e hecho, el universo masculino est谩 ausente en la obra...

鈥揅ompletamente, porque yo quer铆a hablar de la cicatriz, de lo que le queda a la mujer despu茅s del abuso, sobre todo en un personaje autista que nunca le comunic贸 a nadie lo que le pas贸 y que solamente se lo cuenta a s铆 misma. Poner a la otra parte, al hombre, inevitablemente llevaba a la parte 茅tica, al juicio, y 茅sa no era mi intenci贸n.

鈥撀緾ree que la t茅cnica cuerpo-t铆tere, en la que se disocian diferentes partes del cuerpo, tiene que ver metaf贸ricamente con esa cicatriz?

鈥揝铆, porque la 煤nica manera de mostrar esa cicatriz era contando la historia a trav茅s del retazo, del fragmento. Si la hubiera presentado de forma lineal y ordenada ser铆a una pel铆cula de Hollywood que no me interesa. En realidad, lo corporal era algo con lo que ven铆amos trabajando antes incluso de decidirnos por Beckett. Por eso tiene diversos aspectos en la obra: en algunas escenas una actriz disocia un sector de su cuerpo, haciendo que algunas partes sean t铆teres y otras titiriteras; tambi茅n hay escenas en las cuales una actriz manipula a otra, y por 煤ltimo partes en las que las tres son manejadas por la luz y el sonido. Metaf贸ricamente, esa t茅cnica nos ven铆a perfecta para mostrar la alienaci贸n del personaje y nos parec铆a mucho m谩s interesante que entregarlo de manera m谩s realista.

鈥撀縌u茅 conexi贸n, est茅tica o dram谩tica, encuentra entre lo despojado de la escenograf铆a y el vestuario y la soledad de la protagonista?

鈥揈l vaciamiento del decorado y el vestuario 鈥搎ue no dice nada, sino que realza partes del cuerpo 煤nicamente鈥 hacen que el espectador se fije en lo fino del movimiento y en la tensi贸n de los actores. Permite trabajar cerca del espectador. Es como si ellos vieran a las actrices a trav茅s de una lupa y 茅stas no pudieran defenderse de la exposici贸n, lo que realza la met谩fora de que los abusados no tienen voz.

鈥撀縏ampoco tienen voz para los personajes que aparecen en las pantallas?

鈥揘o, justamente porque esos sujetos simbolizan a oyentes que son una s铆ntesis posmoderna del coro griego, que ahora solamente se sienta en primera fila pero ya no opina. Son personajes que no pueden participar porque est谩n en otro plano. Adem谩s, representan a la gente que deambula y de repente se horroriza por algo, pero que luego de reaccionar durante unos segundos se da vuelta y se vuelve a trabajar. Y todo eso demuestra que hay otros tipos de abusos que no necesariamente son de car谩cter sexual, y que est谩n cada vez m谩s presentes en la sociedad.

* Margaritas en la ventana, del grupo Laferrere se Artaud, se exhibe todos los domingos a las 20 en el Teatro Brilla Cordelia, Tte. Gral. Juan D. Per贸n 1926, Ciudad de Buenos Aires.

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