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Martes, 13 de octubre de 2015
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Maite Velo, Florencia Suárez Bignoli, Verónica López Olivera y los propósitos del ELTI

“Hoy hay nuevas maneras de contar el mundo”

La tercera edición del Encuentro exhibe un crecimiento que entusiasma a sus hacedoras, que mantienen la producción artesanal de los comienzos. Andamio 90, Timbre 4 y La Carpintería Teatro serán las sedes, con entradas gratuitas o un bono contribución.

Por Sebastián Ackerman
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“¡Son tantos los que quieren estar, que hasta pensamos en hacer todo un día completo con las obras!”

“El teatro es una excusa para poder encontrarnos, repensarnos como latinoamericanos y convivir para generar más preguntas sobre quiénes somos y cómo vemos el mundo buscando miradas desde el teatro”, dicen a Página/12 Maite Velo, Florencia Suárez Bignoli y Verónica López Olivera, integrantes del grupo teatral UmaMinga y organizadoras del tercer Encuentro Latinoamericano de Teatro Independiente (ELTI), que este año cuenta con la coproducción del Centro Cultural Kirchner y participantes de México, Cuba, Bolivia, Ecuador, Uruguay, Perú, Chile y, por supuesto, Argentina. En esta edición, además de las obras teatrales, habrá recitales, ciclo de cine documental, un campeonato de creación espontánea, talleres y una muestra fotográfica. Este “desborde” de arte latinoamericano podrá verse desde el jueves y hasta el domingo en Andamio 90, Timbre 4 y La Carpintería Teatro, con entrada gratuita o bonos contribución entre 80 y 200 pesos.

La apertura, como siempre, será una intervención urbana que esta vez partirá de La Carpintería Teatro. Velo asegura que “el teatro es una disciplina artística que intenta comunicar, necesita de otro que esté ahí, porque es parte también del hecho artístico”, y justifica: “Siempre nos interesó que parta de la vía pública. Los festivales vienen de la fiesta popular, que surgían en la calle. Y el ELTI es un espacio de fiesta, por eso está bueno que arranque en la calle”. En ediciones anteriores lo hicieron en el Obelisco, pero como este año la apertura es en La Carpintería, “vamos a ir a la avenida Corrientes y Jean Jaurès a cortar la calle”, advierte Velo entre risas, y López Olivera lo sostiene en términos artísticos: “Está presente la necesidad de salirse de los límites que plantea una sala de teatro y ocupar la calle como un lugar donde también se puede hacer arte”.

–¿Notan algún cambio en la oferta escénica en Buenos Aires respecto de lo latinoamericano?

Maite Velo: –Hay una cuestión política que permite esta mayor fluidez. Siento que hay una necesidad en los últimos años de empezar a apelar a la propia autoría, a la dramaturgia propia. Algo de salir, de contar y de viajar a través de temas comunes que empiezan a circular. Por ejemplo, Pilar Ruiz tiene en este encuentro una obra sobre la trata de personas, y vimos varias obras que tienen que ver con esta temática. Hay algo ahí que empieza a vincularnos, hay temas que empiezan a ser necesarios de contar, de encontrar nuevas maneras propias de contar el mundo desde nuestra mirada.

Verónica López Olivera: –No se puede hablar en general, pero tengo la sensación de que acá en Buenos Aires da mucho miedo caer en la demagogia o lo panfletario al hablar de cuestiones políticas vinculadas con problemáticas que se puedan denunciar. Acá las historias que se cuentan son internas: tienen que ver con lo psicológico, algo de snobeo del teatro under que no se anima a hablar de ciertas cuestiones como la que mencionó Maite. Hay distintas maneras de contar para no ser obvio, y que sea artístico, bello... A veces se vuelve todo extremadamente psicoanalizado, de problemáticas muy de Buenos Aires, la ciudad más psicoanalizada de la Tierra.

Florencia Suárez Bignoli: –Cuando armamos UmaMinga a veces nos decían que el trabajo en grupo era algo más de los 70. Será porque no es lo más habitual, no lo sé, y se acostumbra más a armar grupos para algún trabajo y después cada uno sigue con la suya, pero nosotras queremos crecer como grupo. Tenemos como referente al Grupo Cultural Yuyachkani, que han pasado miles de crisis, de diferentes momentos históricos en Perú, han soportado bombas, amenazas, tener que mudarse porque los estaban persiguiendo... No porque queramos eso (risas), sino por la fortaleza del grupo. Está bueno que vuelva esta experiencia de grupos: nosotras de esta forma crecemos como artistas y como personas.

Las tres organizadoras remarcan una y otra vez que el ELTI intenta “borrar fronteras” desde una concepción plural del teatro independiente. “Desde el primer ELTI venimos reafirmándonos en la decisión de ser independientes. Reivindicamos lo independiente porque es una manera de contar que se elige, de poder tomar decisiones, de no depender de otros para elegir qué contar y qué no”, reflexiona Velo.

–¿Cómo arman la programación que se ofrece al público?

V. L. O.: –El ELTI va creciendo, y nosotras seguimos siendo las que nos juntamos en lo de Maite el lunes, en lo de Flor el miércoles, en mi casa el jueves, y seguimos con nuestros trabajos (risas). Que te escriban tantos que quieren participar es hermoso por un lado, y un desafío por el otro. Este año, para generar más espacios para encontrarnos, generamos la muestra de fotografía y cine documental. Esto surgió porque los artistas no podían venir, por cuestiones de fechas o de plata, y queríamos que estuvieran presentes de alguna manera. Y surgió la posibilidad de hacerlo a través de videos documentales, y eso también se define por lo que es posible.

M. V.: –Nos seguimos preguntando de qué manera habilitar que gente que no conozcamos se acerque, y la manera que encontramos es ponernos en contacto directo, viajando o a través de Skype. Es vincularnos a través de lo humano y transmitirle el espíritu del encuentro, empezar a tejer redes. Nosotras también nos acercamos a los artistas que nos interesa que participen, ya sea porque nos gusta su trabajo o nos lo recomendaron... La sección Menudas Obras (un formato de obra breve) tiene que ver con encontrar otra forma de hacer accesible el encuentro. Fue encontrar la forma para que pudieran contar sus historias en el encuentro, por eso el formato de relato breve.

F. S. B.: – Cada ELTI es empezar de cero, pensar de qué manera es posible hacerlo. ¡Son tantos los que quieren estar, que hasta pensamos en hacer todo un día completo en continuado con las obras! Para nosotras es muy importante poder abrir los espacios, pero también que la gente que venga, pueda entender cuál es nuestro espíritu, porque no es un festival para pasar un rato y listo.

Las nuevas propuestas del Encuentro muestran el crecimiento que tuvo desde su primera edición; hacen que lo teatral desborde y el borramiento de fronteras no sea sólo geográfico sino también artístico. Suárez Bignoli destaca que, para poder recuperar esa mirada latinoamericana en diferentes formatos, este año ofrecen el ciclo de documentales con trabajos de Puerto Rico, Nicaragua, Chile y Argentina. Y López Olivera argumenta que sea sobre las tablas, con instrumentos musicales o proyecciones sobre la pantalla “son las mismas temáticas contadas a través de sus vivencias, de su cultura. Hay conflictos muy actuales”, adelanta (ver recuadro), y remarca la importancia del apoyo del Estado a estas producciones independientes: “Más allá de los subsidios que podamos haber ganado, que el Estado esté apoyando estas movidas es muy importante. Y además, necesario. La cultura es un derecho.”

* Toda la programación y actividades, salas y reserva de entradas en www.elti.com.ar.

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