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Sábado, 17 de octubre de 2015
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ALEJANDRO GUEVARA Y LA PUESTA LOCAL DEL MUSICAL DE BROADWAY SMOKEY JOE’S CAFE

Clásicos del rock, pero con historia

El director señala que esta puesta es “poco tradicional”, pero cree que Buenos Aires “está lista para estos materiales”.

Por Paula Sabatés
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Smokey Joe’s Cafe se estrenó en Broadway en 1995 y ya se representó en 36 países.

¿Un espectáculo que fue celebrado en Broadway u otras plazas teatrales, tiene el éxito asegurado en la Argentina? Desde luego que no. Por eso fue arriesgada la apuesta de un grupo de artistas y productores que hace un tiempo decidió montar en Buenos Aires Smokey Joe’s Café, una obra que se estrenó en la capital mundial del teatro musical en 1995 y que luego se representó en 36 países. Se trata de un “tributo al rock and roll”, según sus creadores, que mezcla situaciones de humor, nostalgia y romance través de temas clásicos de las décadas del ‘50 y ‘60. La “historia” (generada únicamente por los climas que crea la propia música) se desarrolla a lo largo de casi cuarenta canciones interpretadas por nueve cantantes y bailarines, acompañados en vivo por la Smokey Band. La obra se verá todos los jueves de octubre a las 21 en el Teatro La Comedia, Rodríguez Peña 1062.

En diálogo con Página/12, Alejandro Guevara, director general de esta versión local de la obra, la define como una pieza “muy vertiginosa, que tiene muchos climas y momentos atractivos”. Para él, “la música que se muestra representa a todas las generaciones, porque las canciones atravesaron de alguna u otra forma a cualquiera que las escuche”. Y si bien dice que le generó incertidumbre la respuesta del público, cuenta que decidió junto a su equipo montarla en Buenos Aires porque la escena estaba “lista” para eso: “Si bien no consideramos que Smokey sea un musical tradicional, es decir con texto y música, como los que se suelen hacer acá, nos parecía que el escenario estaba listo para que los intérpretes argentinos, que tienen mucha preparación, pudieran encarar el desafío de montar esta obra que es muy compleja vocalmente”, asegura.

Para el equipo creativo –además de Guevara, Daniel Landea en la dirección musical y Delfina García Escudero en coreografía– el mayor desafío fue mantener el idioma original, es decir el inglés, pero que lo que se viera en escena no fuera totalmente ajeno a la idiosincrasia local. “Consideramos que son canciones icónicas que a todos nos atravesaron, sin importar del idioma. No queremos contar una historia más allá de la que cuentan las canciones, así que decidimos darle protagonismo a lo vincular que se genera al oírlas, a lo emocional, a lo sentimental, y no al hecho de que estuvieran en inglés o en español. El espectador engancha muy bien porque la música trasciende cualquier lenguaje”, sostiene Guevara, que a la vez reivindica el haber elegido a intérpretes argentinos (Belén Cabrera, Cristian Centurión, Daniela Flombaum, Diego Jaraz, Emmanuel Degracia, Mariano Condolucci, Patrissia Lorca, Sebastián Zillotto y Sofía Val) para hacer el espectáculo, ya que considera que son los indicados para hacer “propios” esos temas.

Para resaltar ese espíritu, además, el director decidió respetar “lo más fielmente posible” la puesta del espectáculo original, que incluye una escenografía muy básica, casi minimalista, y un cuidado trabajo de luces que subrayan los climas cambiantes. “Me interesaba mantener la atmósfera, seguir ese lineamiento del original. La puesta es austera porque la escenografía y las luces no tienen un protagonismo superior, sino que acompañan a la música”, cuenta Guevara, que enumera algunos de los temas que se pueden disfrutar durante el show, entre ellos “Hound Dog”, “On Broadway”, “Charlie Brown”, “Love Potion #9”, “Jailhouse rock”, “There Goes My Baby”, “Yakety Yak”, “Kansas City”, “Spanish Harlem”, “Poison Ivy” y “Stand by me”. “Además hay todo un material menos conocido que ocupa su lugar con orgullo al lado de los hits, y que aporta a la obra una serie de sorpresas musicales que mantienen el ritmo vertiginoso hasta el final”, agrega.

Sumergido por primera vez en un espectáculo de esta magnitud (dice que nunca había dirigido un musical a nivel comercial, ni tampoco uno “tan complejo”), Guevara da además su visión de la escena local: “Creo que en los últimos años ha habido un aumento en los estilos de comedias musicales que se hacen, lo que generó un interés mayor y más genuino por parte del público e hizo que la pasión por el teatro musical se expanda más allá de la Capital Federal. Creo que hay cosas que están por pasar aun, pero la escena está muy fuerte y hay que celebrarlo. Para eso también hacemos Smokey”, concluye.

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