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El primer Festival Beckett del mundo, que nació en Buenos Aires en 2006 a propósito del centenario del nacimiento de Samuel Beckett, cumple diez años y para Patricio Orozco, su director general y programador, sigue manteniendo el mismo espíritu y perfil de siempre: “Nos decían que por ser la décima edición teníamos que tirar la casa por la ventana. Y yo les respondí lo mismo a todos: que no tenemos casa ni tenemos ventana. Somos los que somos, desde el comienzo, y hacemos esto porque nos gusta encontrarnos con el autor una vez por año, no para perseguir un impacto mediático”, dice a Página/12 quien también organiza el Festival Shakespeare Buenos Aires todos los febreros. Con múltiples sedes, la edición que comienza hoy se extenderá hasta el 8 de este mes y traerá propuestas teatrales pero también conferencias, actividades al aire libre y una muestra fotográfica en homenaje al autor irlandés.
Para Orozco, el festival es beckettiano desde su misma concepción. Cuenta que “el camino hasta este punto fue largo y por momentos muy difícil y angustiante”, pero que siempre fue “enriquecedor”. Según el director, algo de los mismos personajes que escribió el autor forma parte de él, y es lo que lo empujó a seguir. “Esos sujetos tienen una fuerza que los lleva a continuar a pesar de todo, a insistir, y creo que ése fue el espíritu que me movió todos estos años. Hay una frase de Beckett que dice ‘No puedo seguir, voy a seguir’, y eso resume perfectamente lo que me pasa a mí”, asegura. Con éste, el también dramaturgo y director teatral acumula veinte festivales en su haber, entre los de este autor, los de Shakespeare y los festivales de humor que organizó durante tres años. “Me gusta el armado de festival porque irrumpe en la agenda de la cultura para proponer un encuentro con una determinada actividad en un momento del año. Es un espacio muy enriquecedor para el intercambio.”
Si mira para atrás, Orozco descubre que lo que sí creció mucho (en contraposición con el presupuesto del festival, que siempre se mantuvo en el off porteño) fue el público. “Antes éramos muchos menos los que podíamos hablar de Beckett. Hoy, en cambio, somos muchos más, y eso fue gracias a la incorporación de los jóvenes.” Ya desde hace dos ediciones, la mayor parte de los actores de los elencos participantes fueron adolescentes o jóvenes de hasta 30 años, lo que hizo que el despliegue de público también se extendiera a esa franja etaria. “Es muy emocionante ver cómo los jóvenes se vienen a ver entre ellos y van conociendo a Beckett, algo que antes no sucedía porque se creía que era un autor hermético y para pocos”, dice el curador, quien destaca además la participación de los jóvenes en las Jornadas Académicas, un espacio moderado por Jorge Dubatti que reúne a investigadores de distintas universidades nacionales en un intercambio de puntos de vista sobre el autor.
En la apertura que se realizará esta tarde a las 19 en el Museo de Arte Contemporáneo de Buenos Aires (Av. San Juan 328) quedará inaugurada la muestra fotográfica de John Haynes, quien al poco tiempo de decidir especializarse en fotografía de teatro se convirtió en el fotógrafo de los teatros Royal Court Theatre y Hampstead Theatre. El artista tuvo la posibilidad de ser testigo de la intimidad del proceso de trabajo de Beckett, asistiendo a ensayos y estrenos de sus obras en Londres, por eso la selección que se presentará en el festival alberga fotos de esos encuentros con el autor y sus elencos, muchos de ellos jamás exhibidos. En la misma ceremonia se entregarán, además, los Premios Godot, un “mimo” que reconoce a distintas personalidad por su aporte al saber becketteano. En esta oportunidad, los distinguidos serán el periodista Carlos Pacheco y el teatrista Pompeyo Audivert (habrá un tercer premio, sorpresa, que no se puede revelar antes del evento).
El Tinglado Teatro será sede de la presentación de Los días felices, con dirección de Juan Washington Felice Astorga, que se verá también esta noche a las 22. El viernes y el sábado a las 20 en Teatro Pata de Ganso será el turno de la visita internacional, la obra mexicana Borrador para radio, que se exhibirá junto a Contrapasso, una obra inspirada en textos de La Divina Comedia de Dante (trabajo de gran inspiración para Beckett), que será representada por Mónica Maffía. Una hora y media más tarde, los mismos días y en el mismo teatro, se verá De una obra abandonada, con Gonzalo Urtizberea y dirección de Gonzalo Martínez, y a las 23 será el turno de Pavesas, una pieza compuesta por tres obras de Beckett combinadas e interpretadas por Anabel Ares, Marisel Jofré y Emilio Regueira, con dirección de Maximiliano Galin. Por último, el martes 8, a las 20.30, de nuevo en El Tinglado, será el turno de Esperando a Godot, con un elenco integrado por Gerardo Baamonde, Carlos Lipsich, Eduardo Lamoglia, Héctor Díaz y Sebastián Mouriño.
“Los festivales son como las relaciones, hay que fogonearlas para que sobrevivan”, resume el director. “De a poco nos vamos metiendo en nuevos munditos. Ya empezamos con la fotografía, ahora queremos ir por el cine para el año próximo, y siempre firmes con el teatro. Para que todo el mundo conozca la obra del gran Samuel Beckett, que es un autor excepcional”, celebra. Y aunque hoy ya exista otro festival como éste en el mundo (hace tres años comenzó a hacerse uno en Irlanda del Norte), se enorgullece porque “todavía no hay ningún otro lugar en el que durante cuatro o cinco días haya congresos, teatro, actividades y un mundo entero para empaparse de este autor”.
* Las entradas para las obras de teatro se pueden adquirir en las boleterías de cada sala o en www.alternativateatral.com
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