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Viernes, 16 de septiembre de 2016
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EL DRAMATURGO BARCELONES DAVID DESOLA

“Soy una ‘rara avis’”

El autor proviene del cine y apenas tenía contacto con el mundo teatral, pero desde su primera obra empezó a acumular premios. Ahora presenta su puesta Un charco inútil en El Tinglado.

Por Cecilia Hopkins
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Desola también está involucrado en Proyecto Brújula.

En Un charco inútil, obra del barcelonés David Desola, un profesor acepta darle clases particulares al hijo de una mujer que vive envuelta en las fantasías que se ha creado para tolerar el dolor de la soledad y la pérdida. La pieza, que desde hace 10 años se representa continuamente en España y en algunos países de Latinoamérica, se refiere a la locura “como mecanismo de autodefensa para encontrar la felicidad”, según explica el autor en la entrevista con Página/12. Y viene a saldar, según cuenta, una deuda que tiene pendiente con los maestros que debieron lidiar con su propia desidia adolescente. La pieza está inspirada en un episodio de agresión de un alumno a un profesor, el cual formó inmediatamente parte del circo mediático de las cadenas informativas españolas. Interpretada por Gustavo Bonfigli, Manuel Feito y Marisa Provenzano, la obra puede verse en El Tinglado, bajo la dirección de Matías Puricelli.

“Soy una rara avis porque provengo del cine, de hacer cortometrajes y crítica”, se define Desola. Y si hasta los 20 casi no sabía qué era el teatro, cuenta que leyó una obra para conocer sus reglas básicas cuando decidió presentarse al premio Marqués de Bradomín. Lo obtuvo con Baldosas, una pieza que linda con lo fantástico, que habla sobre la vida de una pareja en la época de la burbuja inmobiliaria. “Se estrenó en Madrid y se abrió para mí un mundo desconocido”, continúa el autor y subraya: “Era la segunda vez que iba al teatro en la vida y estaba yendo a un estreno mío”. El siguiente premio fue para Almacenados, obra que habla sobre el enfrentamiento entre dos generaciones, convertida en éxito por José Sacristán que la llevó por toda España, aunque se sigue montando en diferentes formatos y países. En México, por ejemplo, se representa desde hace cinco temporadas.

Desola, que se pensaba un intruso en el mundo del teatro, debió convencerse que los demás no lo veían del mismo modo cuando recibió en 2006 el prestigioso premio Lope de Vega por su obra Siglo XX que estás en los cielos. “Ahí recién me sentí dramaturgo”, confiesa, aunque afirma que semejante distinción le dejó “una sensación agridulce por el miedo a no hacer luego otra obra mejor”. Mientras tanto, el autor continúa escribiendo. Aparte de viajar para asistir al estreno de Un charco…, está en Buenos Aires participando de una singular experiencia de creación. Se trata de Proyecto Brújula, ideado por Carolina Calema, directora argentina residente en Madrid, el cual se propone escribir, ensayar y montar una obra en apenas un mes. Desola ya tiene escrito el texto que tres actrices de diferentes nacionalidades que residen en el exterior están ensayando para presentarla el 17 de septiembre en ElKafka, Espacio Teatral.

–¿Cómo se veía a sí mismo cuando recibió el primero de los premios?

–Me sentía como un intruso. Pero luego de recibir el primero de los premios comencé a leer mucho teatro. Porque me decían que Baldosas tenía influencias de Dario Fo y yo ni sabía quien era. También me hablaban de Esperando a Godot y tampoco sabía quién era Beckett.

–Blanca Portillo dirigió Siglo XX que estás en los cielos. ¿Qué temas planteó allí?

–Allí hablo acerca de dos temas que me tocan de cerca. La Guerra Civil Española, tal vez porque mi abuelo había sido anarquista y me siento cerca desde lo ideológico. El otro es el tema de la movida española de los 80 y el drama que vivieron muchos jóvenes con el consumo de heroína. La obra habla, entonces, de un antes y un después de una larga dictadura.

–¿Un charco… es una historia de amor?

–De amor y de misterio. Es una obra que plantea que no siempre es fácil detectar quién es el loco y quién el cuerdo. Y que tal vez sea aconsejable dejarse llevar por la locura si se trata de lograr la felicidad.

–Proyecto… parece poner acento en la celeridad con que se monta un espectáculo. ¿Por qué la velocidad sería un beneficio?

–Creo que las limitaciones en el teatro son interesantes. Escribir una escena por la mañana, verla montada por la tarde y modificar lo escrito en base a lo que se está viendo, es un privilegio. La obra hablará acerca de mujeres luchadoras que tienen que comenzar una nueva vida por causa de una migración. Será un trabajo en equipo sobre el exilio, la dictadura y la represión, situaciones que, para las mujeres, tienen el sufrimiento añadido del maltrato y la violación.

* Un charco inútil, Teatro El Tinglado (Mario Bravo 948), jueves a las 21.30.

* Proyecto Brújula, ElKafka Espacio Teatral (Lambaré 866). Estreno: sábado 17 de septiembre.

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