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En estos días se realiza el segundo festival de teatro infantil que lleva el nombre de mi papá, en el Espacio Cultural Nuestros Hijos. Varias cosas me conmueven de este acontecimiento, en lo personal y como ciudadano. Primero, el entorno. Este espacio recuperado por la democracia, donde los tormentos más oscuros habían tenido lugar, se llena hoy de luz para que todos los argentinos podamos resignificarlo culturalmente. Segundo, que sean los niños el epicentro de este festival y tantas otras actividades que se realizan aquí a diario. Ellos son los que escribirán la historia a futuro para darle nuevos rumbos a los sueños que aquí se quisieron reprimir. Tercero, que siendo este un lugar donde las Madres recuerdan a sus hijos, yo, como hijo, recuerde a mi padre. Me emociona ese recuerdo, y saludo que la obra de él sea aquí tomada como símbolo y mensaje a las generaciones venideras. En este momento hay mucha oferta de parte de la industria del entretenimiento destinada a los niños y a los grandes, con una amplia gama de géneros y precios. Queda en todos nosotros la posibilidad de elegir qué consumimos y qué les ofrecemos a nuestros hijos. Cabe recordar que aquí la entrada es libre y gratuita, para todos y todas.

* Músico, hijo de Hugo Midón.

OPINION

Símbolo y mensaje