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Sábado, 27 de febrero de 2016
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EL PRIMER ENCUENTRO NACIONAL DE MUSICA Y EDUCACION

“Cada vez hay más muestras de los mosaicos culturales”

Los organizadores del encuentro no ocultan el orgullo por lo conseguido, pero se plantean nuevos desafíos. Entre ellos, propiciar que lo mucho y valioso que sucede en la Argentina en materia de música para chicos encuentre nuevos canales de difusión.

Por Karina Micheletto
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Diego Marioni, uno de los participantes, de la provincia de Catamarca.

Comenzó como una idea de encuentro acotada, entre pedagogos y músicos dedicados a la infancia, para compartir experiencias en una jornada de trabajo y, claro, de música. Poco a poco, y como suele ocurrir cuando está de por medio el motor de la pasión y del amor por lo que se hace, lo que era una idea pequeña se fue agrandando, y agrandando. Y así se multiplicó en un encuentro que abarca no solo la siempre presente Buenos Aires: se extiende de Salta a Puerto Madryn, de Catamarca a Bariloche, de Córdoba a Rada Tilly, en Chubut, de La Pampa a Concordia, de Reconquista a City Bell, pasando también por Mar del Plata y Rosario. Y, además, surge desde estos lugares, con impronta propia. En todos estos puntos del país, hoy y mañana el Primer Encuentro Nacional de Música y Educación reunirá a músicos y especialistas de estas áreas con la idea de siempre: pensar un proyecto común. Organizado por el Momusi (Movimiento de Música para Niñas y Niños), el mega encuentro propone una serie de actividades para los que hacen esta música y también para sus receptores, los chicos y las familias (ver aparte). Todas con entrada gratuita o con precios accesibles.

Propuesto como “un espacio de encuentro de músicos, compositores, autores, intérpretes y docentes de la Argentina dedicados a la creación, transmisión y difusión de la música para niños”, el Momusi viene llevando adelante esta tarea sostenidamente desde 1997. Se han organizado entre ellos y han organizado una cantidad de ciclos, conciertos y espacios de formación para docentes y músicos, algunos que marcaron época, como aquellos conciertos gratuitos de los domingos en el hall y en la Sala Alberdi del San Martín, en mejores épocas para el teatro. En “la recuperación de los sonidos, las voces, las canciones y los juegos y en la promoción e impulso de nuevas propuestas musicales”, surge una propuesta como esta.

“Cuando empezamos a pensar este encuentro ingenuamente lo imaginamos como un comienzo. ¡Y para diciembre ya teníamos muchos talleres con el cupo cubierto!”, se ríen los organizadores, sin ocultar cierto bien ganado orgullo. El primer objetivo, entonces, está cumplido: coronar con un gran encuentro todo el trabajo que viene haciendo el Momusi en muchos años de existencia. El segundo está en marcha: “Queremos ser, cada vez más, un movimiento, con todo lo que ello significa. Que los compañeros de todo el país sepan que pueden opinar, aportar, modificar y repensar”, destaca Julio Calvo, integrante de Los Musiqueros, uno de los grupos fundadores de esta historia.

“Sabemos que el federalismo tiene dos caras: está la idea de llegar verdaderamente a todo el país, pero también esa costumbre de que desde Buenos Aires estemos bajando línea. O sea, se hace algo en todo el país, pero pensado y llevando contenidos desde Buenos Aires”, advierte Calvo, pedagogo de larga experiencia y el creador de esos extrañísimos instrumentos que suenan en Los Musiqueros. “Es difícil, pero creo que logramos dar vuelta ese criterio: en este encuentro, en cada uno de los puntos en que se hace se pensaron las actividades y los contenidos desde cada lugar, con sesgo y forma propias. Se eligió hacer talleres, o conciertos, o ambas cosas, o que los protagonistas sean también los chicos”, cuenta.

La gran riqueza que se verifica en todo el país en materia de música para chicos sigue siendo el verdadero motor de movidas como ésta. “No dejamos de asombrarnos, y queremos aportar para que toda esa producción tan rica, cada vez más amplia, se encuentre con su público y con sus canales de circulación”, dice Calvo. “En esa riqueza hay también mucha diversidad. Cada vez hay más manifestaciones que representan los diferentes mosaicos culturales. Nuestro afán no es que si sos de Catamarca toques solamente chayas: ¡tocá lo que quieras, pero siempre vas a ser catamarqueño!”, marca el músico.

Además, todo esto es preparación para lo que va a ocurrir el año que viene: Argentina fue votada en Chile, por unanimidad, como próxima sede para el Encuentro de la Canción Infantil Latinoamericana y del Caribe, el evento más importante a nivel continental en la materia. Y en este “envión” que los que hacen música para chicos están tomando, el otro desafío próximo es el de retomar aquellos conciertos de “La música en domingo”: que el público sepa que en un determinado lugar, a una determinada hora, puede ir con sus chicos sabiendo que va a encontrar propuestas musicales de calidad.

Desde el encuentro de City Bell, “Galle” Alvarez, ilustre integrante de La Banda de las Corbatas, es otro de los entusiastas organizadores de este encuentro que recuerda: “Cuando muchas personas se mueven, se crea un movimiento”. “Para todos los que hacemos música y pensamos en la infancia, encuentros como éste significan mucho. En nuestro caso, significan, en principio, conocernos con colegas que quizás teníamos cerca, pero nunca antes habíamos podido compartir un lugar común, una charla, un cruce de experiencias”, comenta. “A lo mejor somos diferentes en cuanto a lo que hacemos, pero nos damos cuenta que en el fondo la búsqueda es la misma: capacitarnos y hacer lo mejor posible lo que hacemos, respetando por sobre todo al que tenemos enfrente, que en definitiva es el chico”.

En un repaso por las propuestas del encuentro, ese parece ser el denominador común: son docentes y músicos profesionales, que se capacitan –sin que nadie los mande, sin que medie un “puntaje” a cambio–, y que acuerdan, sobre todo, en una mirada que valora al niño y la niña a los que se dirigen. Desde ese presupuesto en común, las formas que adoptan son de lo más variadas.

Un último motor de toda esta movida, como suele suceder, es la vida misma. Dice Calvo: “En este momento tan triste y descorazonador que estamos viviendo, con este golpe social tan fuerte que estamos recibiendo, sentimos que tenemos que militar desde lo que más profundamente somos. nosotros somos músicos, y hacemos música para chicos. Nos encontramos en lo que somos y en lo que hacemos. Desde ahí, buscaremos cambiar las cosas”.

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