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Viernes, 30 de diciembre de 2011
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MAXIMILIANO GUERRA HABLA DEL ESPECTACULO QUE PRESENTARA EN ENERO EN MAR DEL PLATA

Cómo coreografiar a “Iván el Terrible”

“Es un personaje que tiene mucho jugo, muchos modos de encarar su vida”, dice el notable bailarín y coreógrafo, enfrentado al desafío de condensarlo en cuarenta minutos. La pieza es parte de un espectáculo integral que incluye a Hotel de Inmigrantes.

Por Paula Sabatés
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El 10 de enero, Maximiliano Guerra presentará en el Teatro Auditorium de Mar del Plata el estreno mundial de Iván el Terrible, ballet basado en la historia de vida de Iván IV Vasílievich, zar de Rusia entre 1547 y 1585, “el único que supo gobernar con el apoyo de su pueblo”, según el reconocido bailarín. Además de ser el primer intérprete (el resto del elenco está conformado por los integrantes del Ballet del Mercosur, compañía que dirige), Guerra es responsable de la coreografía junto a Gabriela Pucci y trabajó en la dramaturgia, que estuvo a cargo de Manuel Callau y resalta los momentos más importantes del político, considerado uno de los creadores del Estado ruso y un hombre que luchó por la inclusión de todos los agentes sociales de su país.

“Iván es un personaje que tiene mucho jugo, muchos modos de encarar la vida desde distintos lugares. Hay un ballet de Yuri Grigoróvich de los ’70 que habla de su historia, pero ésta es una versión nueva que resalta sobre todo la parte heroica y pasional del personaje sobre su locura, decadencia y muerte. No se hizo nunca antes”, cuenta Guerra, que en 2012 también será nuevamente jurado de Talento Argentino (Telefe). Previo a esa pieza, sin embargo, Guerra y el Ballet del Mercosur dan vida a otro ballet, primer plato del espectáculo, llamado Hotel de Inmigrantes. En este caso, la dramaturgia está a cargo de Claudio Grillo y la coreografía es de Nicolás Cobos y Paola Jean Jean, aunque los bailarines son los mismos que los de Iván... Separada de los clásicos relatos que sitúan a los recién llegados en un conventillo ruidoso y desprolijo, esta pequeña pieza hace foco en los hoteles de inmigrantes, grandes espacios donde se agrupaban los extranjeros, previo a las viviendas compartidas, en busca de un futuro mejor que el que podían encontrar en sus países natales.

De todos modos, el espectáculo se centra principalmente en la segunda parte (el nombre del espectáculo global, homónimo a ésta, lo indica), que cuenta con música original, responsabilidad del compositor Daniel García, aunque también con fragmentos de los clásicos Sergéi Rachmaninov y Ni-ccolò Paganini.

–¿Cómo hizo para sintetizar la vida de un personaje como Iván en un ballet de cuarenta minutos?

–Esa fue la parte complicada, hacer la selección. Yo quería contar su aprendizaje con su madre, su visión sobre la muerte, su conquista para poder gobernar, cuando conoce a Anastasia (Románovna Zajárina, la primera de sus al menos siete esposas)... Es que el arco iris de historias que tiene Iván es maravilloso. Por eso trabajamos mucho la dramaturgia, para ver cómo conjugábamos las ideas para que fuera claro. Y resultó de ese trabajo una performance sobre el recuerdo que tiene Iván sobre su vida en los últimos momentos de ella. Imaginé que en medio de los dolores que le provocaba la enfermedad, y las alucinaciones causadas por las drogas que le aplacaban esos dolores, él debe haber hecho un flashback y debe haber visto toda su vida en un segundo. Ese momento me lo imaginé muy tortuoso, sentí que le daba mucho miedo abandonar ese proyecto de gobierno y de humanización que había creado. Y eso es lo que decidimos contar.

–¿Le resultó más fácil interpretar a Iván tratándose de una coreografía propia, a la que puede amoldar a sus necesidades?

–Fácil no es, porque fácil hubiera sido contar la historia literalmente, pero ahí hubiera surgido un ballet de cinco horas. Mi exigencia coreográfica conmigo mismo siempre va a ser a partir de lo que tenga que contar como cuento, independientemente de si es mía la coreografía o no. Lo que pongo va en función de ese contar, y va para todos los bailarines de la compañía. Entonces lo que hago es buscar formas y fórmulas que tengan que ver con representar a los personajes importantes del ballet y darles la característica diferencial que cada uno tenga. Esa es la parte fantástica de la creación.

–¿Cómo trabajó la estética del espectáculo, siendo que los personajes reales eran del 1500 y dueños de posturas, formas y actitudes totalmente diferentes de las de sus bailarines?

–Es una mezcla, porque a mí me gusta revisar todas estas cosas. Cuando elijo un personaje y ciertos capítulos para recrear, me gusta hacer un análisis sociológico de la época en la que éste vivía, primero, y luego un análisis verdadero sobre qué pasaría con ese personaje hoy en día. Quién sería, cómo viviría, cuál sería su necesidad. Particularmente con Iván pensé en cuál sería su necesidad de recuperar el poder, y me di cuenta de que hoy hay poderes de su época que se han perdido, como el respeto y la buena educación. Entonces, una vez que ya lo había traído para acá, porque es lo que yo conozco, lo que yo vivo, me lo llevé de nuevo para atrás, pero no del todo, no a su época, sino a un punto intermedio, que es de donde surgió la estética del espectáculo. Con la música pasó algo así. Me pareció que Paganini tenía esta ambigüedad que tiene Iván, de la cosa tremendamente loca y avanzada por un lado y por otro una sistemática melódica que le da una poesía muy especial.

–¿En qué se unen Hotel de Inmigrantes e Iván el Terrible?

–Son la comedia y la tragedia, si se quiere. Iván... es una pieza muy dramática, aunque no está estructurada. Evidentemente hay partes que son como escenas, pero no lo pensé así, sino que simplemente se le plantea al público dónde empieza y dónde termina. Y éste tiene que estar muy concentrado para seguirla, no porque sea difícil sino porque se goza de esa forma. Hotel de Inmigrantes, en cambio, es un ballet con candombes, tangos, milongas, flamenco y folklore. Un homenaje a nuestros abuelos, donde quisimos contar historias de compañerismo y de solidaridad, todas cosas que pasaban en ese lugar al que llegaban los inmigrantes con tantas ilusiones, y que todavía existe.

* Iván el Terrible se estrenará el 10 de enero a las 21 en el Teatro Auditorium, Boulevard Marítimo 2280, Mar del Plata.

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