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Miércoles, 25 de septiembre de 2013
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La Alvin Ailey American Dance Theater Company en Buenos Aires

Tradiciones en movimiento

Convertida en una de las instituciones más destacadas del arte afroamericano, la compañía ahora dirigida por Robert Battle hará cinco funciones, a partir de mañana, en el teatro Coliseo.

Por Carolina Prieto
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“Ailey formó la compañía cuando no había oportunidades para los bailarines negros”, señala Battle.

Alvin Ailey (1931-1989) es una figura de gran trascendencia en la danza norteamericana del siglo XX. En 1958 fundó su propia compañía, con la intención de abrir un espacio para bailarines y coreógrafos afroamericanos que, como él, no tenían cabida en las estructuras tradicionales de la danza y el espectáculo de la época. Y si bien creó piezas imbuidas de la tradición negra, desde allí se abrió a terrenos de lo más disímiles, como el ballet, la danza más abstracta y el rock. Convertida en una de las instituciones más destacadas del arte afroamericano, nombrada Embajadora Cultural por el Congreso de Estados Unidos, la compañía realiza todos los años extensas giras por el mundo y, desde su creación, tuvo sólo tres directores artísticos: el mismo Ailey hasta su muerte, Judith Jamison (quien fuera su bailarina fetiche) y, desde hace dos años, Robert Battle.

Desde mañana y por cinco únicas funciones en el teatro Coliseo, el grupo desembarca con un doble programa compuesto por cuatro obras cada uno. Mañana, el sábado y el domingo próximos a las 21 horas interpretarán From Before, de Garth Fagan; Strange Humors, de Robert Battle; Minus 16, de Ohad Naharin; y el clásico Revelations, de Alvin Ailey, considerado un tributo a las raíces africanas. El sábado a las 17 y el domingo a las 16 presentarán Petite Mort, de de Jirí Kylián; Takademe, de Battle; Grace, de Ronald K. Brown y repiten Revelations, verdadero emblema del elenco. En diálogo telefónico con Página/12 desde Nueva York, donde reside el elenco, Battle describió las propuestas que darán a conocer y conversó sobre las características de la compañía que dirige. “Son dos programas con coreografías muy variadas, que reflejan la versatilidad del grupo. From Before es una pieza del coreógrafo ganador de un Premio Tony por el musical El Rey León, una combinación de ritmos africanos y caribeños con movimientos pulidos y una estética refinada; Strange Humors es una obra mía, un dúo entre dos hombres que se enfrentan, con una gran influencia del tango. Le sigue Minus 16, a ritmo de mambo y con mucha improvisación de parte de los intérpretes; y Revelations, que cierra los dos programas. Esta pieza es el sello de Ailey y de la compañía, una obra de los años ’60 con música de spirituals sobre las penas y las alegrías de un afroamericano, sus persecuciones y sus esperanzas.” Sobre el otro programa señaló: “Petite Mort es un bellísimo trabajo de Kylián con música de Mozart y muy ballet; Takademe es un solo de mi autoría, rápido y percusivo, con música de origen indio; Grace, una fusión de danza africana y danza moderna; y por último Revelations”.

Battle tiene 41 años recién cumplidos y está muy conmovido por su nuevo rol. Aunque nunca integró la célebre compañía (bailó en cambio en la Parsons Dance Company y creó su propio grupo, Battleworks Dance Company), coreografió muchas obras para la Alvin Ailey y fue además artista residente. “Cuando Judith Jamison me pidió que fuera su sucesor fue un shock –confiesa–. Es una compañía con una gran historia y que además sigue muy viva. Tener la oportunidad de continuar con la herencia de Ailey es muy fuerte, sobre todo en un momento en que los intérpretes están bailando mejor que nunca. Y creo que esto se da porque son conscientes de que forman parte de un nuevo capítulo en la historia del grupo.” Desde su mirada, las marcas centrales del elenco son la apertura y la convivencia de estilos y personas muy distintas. “Ailey formó la compañía cuando no había oportunidades para los bailarines negros –explica–. Quiso que fuera una compañía de repertorio, abierta a distintos coreógrafos y que no se limitara a sus propias obras.” Desde un comienzo, el conjunto que hoy está integrado por treinta intérpretes (en su mayoría negros), manejó un repertorio vasto y con un doble juego: por un lado, con un pie en la tradición negra y, por otro, con sed de incorporar expresiones nuevas y animarse a mestizajes varios. “El desafío es mantener el enorme legado que dejó Ailey, opuesto al anquilosamiento. Es un grupo muy vital que siempre mira al futuro y no al pasado. Este espíritu no ha cambiado”, advierte.

Cada año, los bailarines que quieren sumarse a la compañía tienen que pasar por una audición nada sencilla. Actualmente conviven en la compañía intérpretes que acaban de ingresar y otros que la integran desde hace más de diez años. “Se respira unas sensación de pasar la posta, de continuar con la herencia. Es muy común ver cómo los más jóvenes se quedan en los ensayos para ver a los más experimentados”, advierte el director. Estas diferencias de edades y de experiencias se traducen también en los estilos: desde el ballet, pasando por la danza moderna, la africana, el hip hop “y todo lo que hay en el medio”, cuenta Battle. Además de la compañía central, existe la Ailey II, que reúne a bailarines y coreógrafos de las más nuevas camadas; y The Ailey School, la escuela que forma a miles de estudiantes por año, además de programas de residencia para profesionales de la danza y de educación para un público aficionado.

Consultado sobre si existe un estilo de danza afroamericano, Battle prefiere hablar de influencias que confluyen, principalmente de la danza africana y del jazz. “Son muchas influencias, es difícil definir la danza afroamericana como una única cosa. En las mismas obras de Alvin están estas dos vertientes centrales, pero también el humor y su fascinación por otras formas de danza y de música. Es un verdadero melting pot”, asegura. Habrá entonces que asistir a alguna de las funciones y descubrir esa fusión con los propios ojos. Hay algo más: la fuerte conexión entre artistas y público. “La diversidad genera una gran comunión en cada presentación. Es la expresión del espíritu humano a través del movimiento lo que funciona como aglutinante. El lenguaje del movimiento es universal”, concluye.

* Alvin Ailey American Dance Theater se presenta el 26 y 27 de septiembre a las 21, el 28 a las 17 y a las 21, y el 29 a las 16 en el Teatro Coliseo (Marcelo T. de Alvear 1125).

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