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Sábado, 9 de agosto de 2014
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LA COMPAÑIA KIM BOCK HEE EN EL SAN MARTIN

Renovación con fuerte simbolismo

Por Carolina Prieto

La danza contemporánea de Corea del Sur vive un presente de expansión con varias compañías que giran por el mundo, además de sólidos bailarines que se sumaron a importantes elencos de Europa y Estados Unidos. Aunque aún tiene un público limitado, el género marca una diferencia clara en relación con las formas tradicionales de la danza de ese país, con un grado de libertad mucho más amplio para sus intérpretes. En este marco, la Kim Bock Hee Dance Company, referente de la danza moderna y contemporánea, llega por segunda vez al país con Perfume de danza, un espectáculo que promete transmitir el estilo de renovación cargado de un fuerte simbolismo, que distingue el elenco. Primera agrupación creada por fuera del ámbito estatal en 1971 por la bailarina y coreógrafa Kim Bock Hee, la compañía debutó en Buenos Aires hace diez años, en el Cervantes, con una versión de Bodas de sangre, de Federico García Lorca, que articulaba elementos de la cultura occidental y oriental. En su nueva visita actuará en la sala Martín Coronado del Teatro San Martín con un programa triple.

La primera obra tiene un título extenso –La flor de la existencia - La flor de la vanidad III - La novia– y es un dúo creado por Bock Hee a partir de un poema inscripto en la sociedad tradicional coreana. Se centra en una mujer abandonada por su novio en la noche de bodas. El regresa mucho tiempo después y se encuentra con una imagen congelada en el tiempo. Ella permaneció sentada con el vestido blanco, a la espera, aunque su cuerpo transformó su materialidad y está hecho de cenizas. La música está compuesta de melodías tradicionales y del Concierto en La mayor del compositor barroco Giuseppe Tartini. Le sigue Espacio Plus - Vestigio VIII, otro dúo de Son Kwan Jung, el coreógrafo que dirige el elenco formado por los intérpretes más jóvenes de la Kim Bock Hee Dance Company. La pieza narra el viaje imaginario de un hombre cincuentón a su pasado, cuando no pudo expresar sus deseos, quedando encerrado en sus propias limitaciones. La música experimental y minimalista fue especialmente creada por dos músicos belgas para una coreografía de la prestigiosa Anne Theresa De Keersmaeke. Para el cierre llega el plato fuerte, La razón que dejó volar los pájaros, de Bock Hee, una obra para quince bailarines con música del polaco Henryk Górecki. Se basa en la novela Jazz, de Toni Morrison, la primera escritora negra ganadora del Premio Nobel de Literatura, y pinta un mundo de personajes criados en un ambiente hostil con carencias afectivas y materiales, que la coreógrafa condimenta con notas de la sociedad tradicional coreana. El sometimiento de la mujer soltera al padre, de la casada al marido y de la viuda al hijo primogénito son centrales en su pieza.

De religión budista, la directora cuenta con una muy extensa producción marcada por la reinterpretación de la tradición, la modernización de elementos típicos de la cultura coreana y la reelaboración de relatos de culturas lejanas enmarcados en el contexto asiático. En este sentido, atraída por García Lorca, dio forma a versiones de Yerma, La casa de Bernarda Alba y Bodas de sangre, que refuerzan el carácter universal de los dramas lorquianos. En sus obras suelen aparecer iconos como tambores, carros utilizados en los funerales, máscaras y telas de lino en tonos claros. El público local podrá descubrir su fusión de tradición, lenguaje contemporáneo y simbología en las funciones de hoy y mañana a las 20 en el Teatro San Martín (Corrientes 1530).

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