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El músico y ex ministro de Cultura brasileño Gilberto Gil confesó que nunca se consideró un político, que la vida pública no le interesa y que, a sus casi 70 años, su único proyecto “es vivir”. Cuando Lula da Silva asumió la presidencia de Brasil, en enero de 2003, lo nombró ministro de Cultura, pero eso –según aclaró el compositor– es una etapa pasada en su vida a la que no le interesa volver. “Cuando estuve en el gobierno lo hice como un gerente público, era un administrador de un ministerio. Pero no tengo interés por la política”, disparó. Por lo pronto, su única preocupación pasa por cuidar su salud y, claro, sus canciones.
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