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La 21ª edición de la Feria del Libro Infantil y Juvenil se llenará de personajes con súper poderes, mundos fantásticos y un sinfín de propuestas gráficas con estéticas diversas. Es que el Centro Municipal de Exposiciones (Figueroa Alcorta y Pueyrredón) convoca hoy y mañana al 2º Festival de Historieta Superheroico, una propuesta alternativa más que interesante para jóvenes y niños en estas vacaciones de invierno. Una excusa para difundir entre las nuevas generaciones un arte que viene en alza y promover el mercado editorial, que aún está en pañales. “Mucha gente se está dando cuenta del extraño poder de la historieta de inducir a la lectura a generaciones de chicos que cada vez leen menos”, interpreta Andrés Accorsi, coordinador del encuentro y especialista en historieta.
En esta ocasión, el festival contará con la visita de un invitado especial que llena de orgullo a sus organizadores: Marv Wolfman, un reconocido guionista estadounidense que se desempeñó como editor de DC y Marvel Comics y es el creador de Blade, el cazavampiros, entre otros personajes. “Lo más destacable es haber logrado que la Embajada de los Estados Unidos patrocine la visita de un autor de renombre –dice Accorsi en diálogo con Página/12–. Esto sienta un precedente importante para que el ejemplo cunda entre otras embajadas que tienen una relación fluida con la Fundación El Libro. Así, el año que viene podremos darle al Festival un perfil más internacional, que es algo que siempre enriquece la experiencia.” Y, claro, no faltarán los talleres de historieta, las charlas con los autores locales ni las exposiciones. Nando Gómez y Clemente Montag, de Banda Dibujada, Luciano Saracino, Chanti, Calvi, Max Aguirre, Darío Brizuela, Ariel Olivetti, Dante Ginebra y Mauro Serafini “El Bruno” serán algunos de los autores que charlarán con el público y revelarán el detrás de escena de las viñetas.
Esa gama de dibujantes y guionistas es una muestra de la diversidad de estéticas que presenta la producción local. Accorsi analiza las razones de esa “interesante” variedad. “Tiene que ver con el hecho de que la mayoría de los autores importantes de hoy crecieron y se formaron en la época post-industria, o sea, sin imposiciones editoriales que los forzaran a adoptar estilos o temáticas que no fueran las que les interesaban más a cada uno. Cada uno hizo la suya, ‘pobló su planeta’, por así decirlo, y el resultado es esa sana diversidad.” Aunque el encuentro está pensado para que convivan diversos géneros, el eje estará puesto en los clásicos cómics de superhéroes. Para A-ccorsi, el eje tiene pros y contras: “Sin dudas, tiene la ventaja de que los chicos conocen de antemano a un montón de personajes por la tele y el cine. Y la desventaja de que cuando los nenes de hasta ocho o nueve años quieren comprar cómics de Batman o Superman hay que explicarles que no están pensados para lectores tan jóvenes y que no los van a entender hasta dentro de unos años”.
Por eso, los talleres serán fundamentales para que los niños hagan sus primeras armas. Uno de los que se pondrá al hombro un taller será el dibujante y guionista Fernando Calvi, quien entrega cada mes su historieta El maquinista del General en la revista Fierro, que publica este diario. “Este festival es importante porque permite acercar la historieta a grandes públicos, no sólo al especializado. Porque lo que falta es difusión. Hay cosas buenas, pero el grueso del público no se entera. Es más fácil acercarte a la historieta de chico que de grande”. El Bruno, quien dará una charla de humor gráfico, coincide con esa idea: “Es súper importante que los pibes se acerquen de chicos a este material, porque los acerca a la lectura en general. A mí me pasó de chico: pasé de la Condorito a la Patoruzú, y de ahí a todo tipo de historieta. Después a Mafalda y a Elsa Bornemann. Si un pibe lee de chico, es muy raro que después de grande deje de leer”.
Si bien en la última década creció el mercado editorial comiquero, lo cierto es que sigue siendo incipiente y acotado. La escasez hace que autores con renombre y amor por este tipo de lenguaje aporten un granito de arena. Un caso es Editorial Común, un proyecto ideado por el dibujante Liniers. “Acá no hay laburo con encargo como en Estados Unidos, donde equipos de dibujantes producen una historieta. Sería bueno que hubiera un mercado más grande y que les encarguen a los autores trabajos de diversos géneros”, apunta Calvi. El Bruno señala que “el mercado está medio muerto y va a seguir así hasta que no haya editores serios. Hoy se encuentra más material publicado, pero a costa de una ecuación nefasta para el artista: solo si el libro vende vas a ver algo de dinero. No existe un pago o adelanto, como se le paga a cualquier laburante de otro rubro, y en el caso de haberlo es algo meramente simbólico. Y la verdad que así la cosa solo funciona para el editor y el lector”.
Informe: Sergio Sánchez.
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