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Jueves, 15 de marzo de 2012
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EMPIEZA HOY EL CICLO OPERAS PRIMAS EN EL CENTRO CULTURAL RICARDO ROJAS

Un espacio para la experimentación

Cynthia Edul viene de la literatura, Luis Garay es coreógrafo y Mariana de la Mata, actriz. Los tres debutan como autores y directores en la sexta edición de este encuentro creado y curado por Matías Umpierrez, que privilegia la variedad en los procesos de creación.

Por María Daniela Yaccar
Soñar despierto es la realidad, debut de Mariana de la Mata, se verá los sábados a las 21.

La dramaturga y escritora Cynthia Edul, el coreógrafo Luis Garay y la actriz Mariana de la Mata celebran el comienzo hoy del ciclo Operas Primas en el Centro Cultural Ricardo Rojas (Avenida Corrientes 2038), del cual participarán. Según ellos, se trata del único espacio que reúne en un mismo cartel los trabajos de jóvenes y noveles creadores, acostumbrados a moverse dentro del ámbito independiente. Por ende, es una alternativa de promoción y de fomento. En la sexta edición de este ciclo creado y curado por Matías Umpierrez, Edul estrenará A dónde van los corazones rotos (jueves a las 21); Garay, La tierra tendrá dos soles (viernes a las 22); y De la Mata, Soñar despierto es la realidad (sábados a las 21).

Más allá de que puedan detectarse ciertas conexiones temáticas entre estos espectáculos, Umpierrez parece haber privilegiado la variedad en cuanto a los procesos de creación: Edul viene del mundo de la literatura. Como dramaturga ya mostró algunos de sus trabajos (por ejemplo, Miami), pero éste es su debut en dirección. Garay, por su parte, es un nombre fuerte en el universo de la danza contemporánea local, un director prolífico y consolidado. Aquí se inicia en teatro, aunque él dirá que hoy no están claras las fronteras entre las disciplinas. Finalmente, Mariana de la Mata tiene una rica experiencia como actriz. Entre sus últimos trabajos se destaca El box, de Ricardo Bartís, uno de sus maestros. La idea del ciclo es juntar a nuevos directores de teatro pero, casualmente, tanto Edul como Garay y De la Mata son también autores de las obras que presentarán. La fusión de esas dos figuras –dirección y dramaturgia– es muy común en esta época.

Los artistas, que rondan los treinta años, consideran que el ciclo Operas Primas es un “incentivo” para la producción. Así lo grafica Edul: “En el teatro independiente tenemos que hacer todo. Estrenar mi espectáculo en el Rojas me permitió concentrarme más en el trabajo que en otros procesos, como la prensa y el diseño. Además, el espacio acerca a más personas y da un marco muy claro a lo que estamos haciendo”. Por su parte, Garay define la propuesta como “un espacio de experimentación”. De la Mata valora el dinero que otorga el Rojas para montar los trabajos. “No cubre totalmente los gastos, pero es una ayuda grande. De otra manera hubiéramos tardado más.”

El universo artístico del que proviene cada uno de ellos define el tipo de espectáculo que estrenarán. En el de Edul, A dónde van los corazones rotos, una playa se presenta como un espacio que invita a los recuerdos, a partir de la historia de un grupo de adultos que solía frecuentarla en el pasado. “En el presente ese lugar se encuentra vacío”, explica la autora. Uno de los puntos de partida de este trabajo fue una frase de la novela La playa, de Cesare Pavese: “Empezaba a comprender que nada es más inhabitable que un lugar en

el que se ha sido feliz”. A dónde van... tiene otro cruce con la literatura. Incluye un fragmento de El faro, de Virginia Woolf, que es leído en escena. “El universo de la obra se devela en esa cita”, concluye Edul, y agrega que construyó esta historia desde la propia.

En cuanto a la bifurcación entre teatro y literatura, Edul –que publicó este año la novela La sucesión– vislumbra un “momento interesante”. “Veo un montón de autores y dramaturgos que cruzan ambos mundos, como Mauricio Kartún, Alejandro Tantanian, Romina Paula, Santiago Loza y Lola Arias. En una época hubo una proliferación de la dramaturgia de actor, de la cual ellos se corrieron. Hacen una gran apuesta al lenguaje escénico, pero también le dan mucho peso al texto”, amplía Edul, quien junto a Tantanian creó en 2010 Panorama Sur, una usina de creación y de formación para autores latinoamericanos.

Garay, colombiano que estudió en Finlandia y cayó en Buenos Aires de mochilero para no irse más, es bien extremo en sus sentencias: “Me causa gracia cuando me dicen que éste es un ciclo de teatro. Todo es teatro y ya nada es teatro”. Como coreógrafo estrenó una docena de espectáculos –se confiesa “adicto” al trabajo: crea desde los 20 años y suele estrenar dos obras por año–. A simple vista, ésta es la primera vez que se aboca al lenguaje teatral. No obstante, él aclara: “No me siento en un terreno distinto aunque haya una actriz. Sigo manejando los mismos intereses. Hoy los rótulos no nos alcanzan”. Las obras de Garay suelen ser ensayos filosóficos, ya que él interpreta a la danza como “un espacio para producir conocimiento alrededor del cuerpo y sus relaciones con el mundo”. Trabaja en base a conceptos, pero también a la poesía.

Tal vez por aquella definición le cueste ponerle una etiqueta a su nueva obra. “Si un performer está quieto cuarenta minutos, no decimos que eso es danza. Pero lo es”, ejemplifica. En La tierra tendrá dos soles, Garay indaga en la relación entre el cuerpo y la actuación. “Es un ejercicio. Quiero que sirva para reflexionar. Todo está infectado por el concepto de actuación, no hay neutralidad posible. Salís a la calle y estás actuando. Me interesó hablar del que está parado en un escenario haciendo eso. Para eso voy a echar mano a lo que consideramos teatro, pero lo mío es más un experimento sobre la tarea de actuar que una historia”, contrasta.

Mariana de la Mata está ansiosa, porque con Soñar despierto es la realidad debuta tanto en dramaturgia como en dirección. “Mi obra es muy sencilla a nivel relato”, adelanta. “Es una especie de periplo doméstico. Se ubica en una tarde de verano en una terraza. Hay una madre, una hija y un vecino que las visita. La hija encontró unas grabaciones de documentales sobre la vida en el mar y está desde hace unos días sin dormir, escuchándolas, en una pileta de lona. A partir de eso y de una particular sensación de asfixia quiere conocer el mar”, cuenta la autora.

Su vuelco a la dirección fue “una decisión egocéntrica”, confiesa De la Mata. “Me encanta actuar y quiero seguir haciéndolo, pero los lugares donde me formé siempre me acercaron a la dirección. Me interesa mucho la actuación desde afuera: mirarla, modificarla y generar procedimientos”, explica. En su primer intento, ella busca pensar el verano de un modo distinto al habitual: “Está ligado a una diversión liviana. Me interesaba trabajar desde la textura del agua y de las mallas y desde la idea del calor”, explica.

Una misma energía –la de la juventud y la de la creación a pesar de las dificultades–, tres artistas y tres intereses distintos: eso es lo que promete la sexta edición de Operas Primas. Intereses que pueden sintetizarse como lo plástico de la escena (De la Mata), la reflexión filosófica y el ritual (Garay) y el peso literario de la palabra teatral (Edul).

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