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Lunes, 11 de junio de 2012
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Empieza hoy el festival de literatura policial BAN!

Especial para reducidores de libros

Hasta el próximo domingo, el Centro Cultural San Martín será escenario de un encuentro que abordará el género con un enfoque multidisciplinario. Habrá teatro, fotografía, cine, arte e historieta vinculados con la literatura policial.

Por Andrés Valenzuela
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Ernesto Mallo es el curador de Buenos Aires Negra.

Ernesto Mallo necesitaba cómplices. Consiguió los primeros en embajadas, juzgados y ministerios. Encontró muchos entre ex convictos, comisarios y periodistas. Al cabo, Mallo se salió con la suya: entre hoy y el domingo se realizará el festival de literatura policial BAN! (Buenos Aires Negra). El principal aguantadero de la tramoya será el Centro Cultural General San Martín (Sarmiento 1551, Capital Federal), aunque el tugurio del Centro Cultural de España en Buenos Aires (Florida 943) albergará su cuota de ilícitos.

Como fechoría literaria, Buenos Aires Negra es una particularmente extraña. A los circuitos viles de las mesas redondas, conferencias y entrevistas públicas, o a la habitual tarea de los reducidores de libros, hay que sumar puestas en escena teatrales de distinto género y calibre que incluyen hasta la simulación de un juicio oral en vivo y en directo. Orgullosos de lo que han hecho, estos marginales de las buenas letras se expondrán toda la semana en fotografías, films, pinturas, historietas y arte –callejero, claro.

“Uno de mis editores, francés, asegura que la novela policial es uno de los mejores medios para comprender a la sociedad”, excusó su accionar Mallo, solo ante la prensa, cuando le tocó presentar el festival, hace algunos días. Sólo porque lo había abandonado su cómplice, el ministro de Cultura porteño, Hernán Lombardi, quien dejó una asistente como campana en la puerta de la sala y no se acercó a la escena, pese a estar rondando el edificio. “Yo creo que los pueblos tienen los criminales que se les parecen”, continuó su defensa Mallo, “y que por eso en los países industrializados hay tantos asesinos en serie, y en España, que es profundamente machista y conservador, asesinan a tantas mujeres”.

Mallo suele afirmar que la “novela policial es una excusa para hablar de otras cosas”. Por eso, señaló que “es natural que el BAN también sea una excusa para hablar de otras cosas”. Así celebró el inusual enfoque multidisciplinario del festival, dedicado a uno de los géneros literarios con menos prestigio académico, pero con más vigencia y popularidad. “El escritor cuando es bueno y está comprometido con su arte debe reflejar lo que sucede”, advirtió ante los anotadores de la prensa el curador del encuentro.

Para concretar su plan, Mallo reunió a ochenta cofrades. La mayoría de ellos son escritores como él –por supuesto–, pero no le faltan representantes de otras disciplinas. En su asociación ilícita habrá periodistas contando sus propias investigaciones, forenses explicando la rutinaria tarea de despanzurrar cadáveres, historiadores para ofrecer algo de perspectiva, sociólogos buscando explicar el crimen y psicólogos para explicar al criminal. No faltarán los críticos literarios (esa otra clase forense), comisarios discutiendo su trabajo diario, historietistas evaluando la viscosidad más adecuada para que la tinta emule una mancha de sangre.

Si todo ello no bastara, a las películas habrá que sumarles más actores, que interpretarán en vivo lo que otros escribieron. Las conexiones internacionales traerán cómplices extranjeros: autores de México, España, Francia, Uruguay y otros países, para ver qué se está escribiendo más allá de la custodia fronteriza. No faltan los condenados (de verdad) en el festival. Allí estará Hugo “La Garza” Sosa, entrevistado y contando su experiencia como prófugo.

De las muchas actividades que se realizarán hasta el 17 de junio, Mallo eligió destacar la simulación del juicio oral (mañana a las 19 en el San Martín). “El ámbito judicial es una puesta en escena, todos tienen que creer en el rol que están jugando, por eso nadie hace chistes, y por eso en Estados Unidos hay una tradición de películas de juicios”, discurrió.

¿Y qué hace buena a una novela policial? Si acaso eso se podrá descubrir en estos siete días, Mallo no aclaró nada. Sí deslizó algunas pistas. “Hay tres temas en los que todas las personas piensan: comida, sexo y muerte, los tres están en toda novela policial”, apuntó y advirtió que la corrección política, tan enemiga del relato negro como del humor, parece, “impide decir ciertas cosas que a veces es necesario decir”, sugirió.

“El BAN no es una cosa muy estructurada, por eso les dije a los invitados que los títulos de las mesas son una excusa, que hablen de lo que tengan ganas y que la idea es transmitir conocimientos”, acotó Mallo. “Sólo teníamos que tener una mínima estructura como para poder transgredirla”, aludió, finalmente, a Jorge Luis Borges, con aquello de que el género “vive de la delicada transgresión de sus propias reglas”. Y así, sus cómplices romperán esta semana con todos los códigos y confesarán su parte en este maravilloso delito.

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