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Martes, 13 de noviembre de 2012
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Desde hoy, un ciclo de música, literatura y cine

Invasión argentina en Brasil

Organizado por la embajada en Brasilia, el homenaje comenzará hoy en la librería más grande de la capital de Brasil. “Las políticas de promoción cultural son políticas de Estado que buscan conectar, tender puentes”, dice el embajador Luis María Kreckler.

Por Silvina Friera
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“El arriero va, homenaje a Atahualpa Yupanqui” abrirá hoy el ciclo en la capital verdeamarelha.

Noviembre no será un mes más del calendario gregoriano, a pesar del vértigo o la impaciencia que abunda en la recta final del almanaque. En Brasilia, la cultura argentina se desplegará como la protagonista excluyente con epicentro en la Librería Cultura del Shopping Iguatemi, una cadena que ostenta la librería más grande de la capital de Brasil. Los libros traducidos al portugués de Borges y Cortázar funcionarán como puente de acceso a una serie de actividades programadas por la embajada argentina en Brasil. La primera comenzará hoy. A veinte años de su muerte, “El arriero va, homenaje a Atahualpa Yupanqui” contará con la participación de la profesora María García Vinent y el guitarrista Carlos Martínez. Una semana después, el miércoles 21, en “Las marcas que Malvinas nos dejó”, Carlos Gamerro, Patricia Ratto y Guillermo Orsi analizarán el impacto de esta guerra en la literatura argentina. “Nos tocó hacer reír” (Tivemos que fazer rir), muestra de humor gráfico curada por Judith Gociol, se inaugurará el jueves 22 en la galería Rubem Valentin del Centro Cultural Renato Russo, dependiente de la Secretaría de Cultura del gobierno de Brasilia. Sin duda, el broche de oro será con “Salón Favio”, tributo multidisciplinario al creador de Gatica, el mono y “Fuiste mía un verano”.

Luis María Kreckler, embajador argentino en Brasil, dice a Página/12 que el fomento de los vínculos culturales tiene una importancia central en los lineamientos de su representación. “Las políticas de promoción cultural son políticas de Estado que buscan conectar a las instituciones culturales, tender puentes y trabar intercambios duraderos. Y por supuesto, dar a conocer la riqueza de nuestra cultura. Por eso estamos trabajando muy fuertemente, desde la apertura de mercados audiovisuales hasta la promoción de jóvenes artistas plásticos.” En la Librería Cultura se expondrán libros de autores argentinos traducidos al portugués. Aunque Borges y Cortázar encabezan la cantidad de títulos exhibidos –El aleph, Nueve ensayos dantescos, Ficciones y Rayuela, entre otros–, Kreckler cuenta que también hay textos de Juan Gelman, Ricardo Piglia, Martín Kohan y Andrés Neuman. En cuanto a la barrera idiomática, el embajador plantea que la Argentina y Brasil están unidos por “dos lenguas amigables”. Desde Brasilia, Kreckler se refiere al programa SUR de apoyo a las traducciones de la Cancillería argentina. “Es la política de promoción cultural más importante de los últimos años; instrumento que pocos países aplican tan exitosamente”, subraya el embajador, y anticipa que para el próximo año se implementará un plan de acción para llegar a todas las editoriales brasileñas y tentarlas con la traducción de escritores argentinos.

María García Vinent no necesita cerrar los ojos para recuperar en su mente los versos de Héctor Roberto Chavero Haram, el nombre original del cantautor, guitarrista y poeta considerado el músico faro del folklore argentino. Desde 2002, en sus cátedras de Estética en el IUNA (Instituto Universitario Nacional de Arte), viene comprobando el “valor innumerable” de Yupanqui. “Su palabra nos va a interpelar de por vida respecto de la construcción de nuestra identidad cultural, del amor a nuestra patria, de la defensa de nuestra soberanía y de valores como la justicia, la libertad y la solidaridad. Atahualpa fue un testigo de época comprometido con los derechos de sus hermanos, porque ‘lo que a ellos les pasaba, también me pasaba a mí’”, recuerda la especialista en poesía yupanquiana. “En su frase ‘yo tengo tantos hermanos que no los puedo contar, y una novia muy hermosa que se llama libertad’, nos regala una síntesis que pone de manifiesto el amor a sus paisanos y a tantos hermanos que conoció en el camino, así como su compromiso con la libertad.” García Vinent añade que “si pensamos que cuando un empresario inglés, antes de 1982, le preguntó cuánto le cobraba por dar cuatro conciertos en Inglaterra –él le contestó ‘las Islas Malvinas’–, no podemos dejar de valorar su compromiso y la vigencia de su mensaje, tan bellamente expresado en ‘La hermanita perdida’”. En la obra de Yupanqui –“de forma nacional y contenido universal”, apunta García Vinent– habitan grandes temas comunes a la condición humana: la libertad, la justicia, la soledad, el silencio, la solidaridad, el amor, la muerte, “tratados con sentido latinoamericano y con una profundidad, una sencillez y una belleza conmovedoras”.

Otro gigante argentino que no podía faltar en Brasilia es Leonardo Favio. A pocos días de su muerte, la embajada argentina está ultimando los detalles del “Salón Favio” –en su origen, allá por 2004, fue un “impulso íntimo y romántico” de la poeta Tálata Rodríguez y el músico Pablo Dacal–, primer tributo en el exterior que incluye una retrospectiva de su filmografía –subtitulada en portugués– y un show musical con sus grandes éxitos como compositor y cantante, interpretados por Dacal. Crónica de un niño solo, Juan Moreira, El dependiente y Nazareno Cruz y el lobo se proyectarán entre el 27 y el 29 en la Librería Cultura. También se presentarán por primera vez en Brasil su único cortometraje El amigo (1960) –considerado perdido durante tres décadas hasta que La Nave de los Sueños lo recuperó– y el libro La memoria de los ojos, biofilmografía completa de Favio, editada por La Nave. Cris Zurutuza revela que el “Salón Favio” es “un espacio de convergencia y diálogo en el que todas las manifestaciones e influencias de la obra de Favio dibujan el mapa posible del inconsciente colectivo latinoamericano”. Este recorrido por la historia contemporánea, a través del imaginario del cineasta y músico, está pensado como una “experiencia multidisciplinaria”. Si los libros son de quienes los leen, además de la panzada de lecturas que prometen los títulos de Borges, Cortázar, Gelman, Piglia, Kohan y Neuman, artistas como Yupanqui y Favio son de quienes abrigan la emoción entre los pliegues del alma.

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