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Cuando la Cámara de Diputados dio media sanción a la creación del Instituto Nacional de Artes Gráficas, los promotores del proyecto se mostraban cautos sobre su paso por el Senado nacional. En el colectivo Dibujantes Trabajando y en el despacho de la diputada María del Carmen Bianchi, impulsora de la ley, se confiaba en las virtudes del proyecto y la aceptación de los miembros de la Cámara alta del Congreso, pero no había seguridad de que fuera a tratarse en 2014. A última hora del miércoles les llegó la buena noticia: el Senado trató sobre tablas y aprobó el proyecto en su última sesión.
En diálogo con Página/12, quien se mostró exultante fue Gustavo Mazali, una de las caras más visibles de Dibujantes Trabajando, el colectivo de artistas que agrupa a la gente de la Asociación de Dibujantes de la Argentina (ADA), del Foro de Ilustradores y de Banda Dibujada. “Es emocionante, hace un año hacíamos la exposición Dibucracia en el Salón de los Pasos Perdidos, para visibilizar nuestro trabajo”, recordó.
El INAG, recién aprobado por el Congreso, cobijará a la ilustración, el humor gráfico, la historieta y el arte tipográfico, dependerá del Ministerio de Cultura de la Nación y tendrá por funciones la promoción, defensa, preservación y difusión de las artes gráficas argentinas, tanto apoyando publicaciones como conservando obra, montando exposiciones y contribuyendo a la capacitación de los autores. El proyecto de ley surgió de los propios dibujantes, que trabajaron la idea con la diputada Bianchi y luego abrieron un nuevo debate con el conjunto de sus colegas a través de Internet, como contó este diario en noviembre de 2013.
Tras el paso por comisiones de Diputados, empujado por los propios dibujantes, se aprobó en esa cámara por unanimidad con 194 votos a favor. En el Senado se trató sobre tablas y también contó con el voto unánime de los 59 legisladores presentes. Aquí el trámite fue mucho más rápido de lo que esperaban los ilustradores. Según contaron, “Bianchi habló con Aníbal Fernández para que apadrinara el proyecto” y el senador del Frente para la Victoria los recibió. “Es innegable que el tipo leyó historieta en su niñez”, señaló Mazali, “hablamos de la profesión, de que detrás de los dibujos hay gente laburando y que vive de eso, y él nos dijo que no veía ningún drama, que todos los senadores de chicos habían leído historietas”. Unos días después les confirmaban el dictamen de comisión y, el miércoles a la noche, la sanción del proyecto.
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