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Hasta 2013 los vecinos de Parque Patricios apenas se conocían las caras. A partir de una advertencia que uno de ellos hizo mediante Facebook, empezaron a juntarse, a investigar, a formarse e informarse; armaron un “grupo de amigos” y algo más: un movimiento “autónomo” ya bastante conocido, por la recuperación del Cine Teatro Urquiza. En sus últimos tiempos, el edificio fue un supermercado chino; antes, una concesionaria de autos, propiedad de Juan Manuel Fangio. Ellos lo consideran una joya arquitectónica y, a la par, creen que debe ser recuperado para enriquecer la vida cultural del barrio. En cambio, según alertan, sus dueños planean la demolición y la construcción de un edificio de oficinas de nueve pisos. La lucha lleva dos años plagados de obstáculos. Por ejemplo, se han vencido cuatro de cinco proyectos presentados a la Legislatura porteña. Ahora los vecinos esperan que el tema sea tratado en la próxima sesión de la Cámara de Diputados de la Nación.
No bien un grupo reducido de vecinos –algunos de ellos artistas– emprendió la lucha, el barrio entero se fue haciendo eco; las personas más grandes llegaban a las reuniones y compartían historias de este cine inaugurado en 1921 y ubicado en Avenida Caseros 2826. “Nos hablaron de los viernes de cine continuado, de cómo era la vida del barrio en relación con este espacio. Hoy a la vida cultural le falta un espacio para fortalecer lazos sociales. Se está desarrollando el Polo Tecnológico sin consultar al vecino. No queremos que a partir de las 17 se muera Parque Patricios”, dice Octavio Martín, quien dio el puntapié inicial para la creación del movimiento, en agosto de 2013, cuando cerró el supermercado chino. Con frecuencia organizan actividades en las puertas del cine-teatro y han recibido apoyo de distintas personalidades de la cultura.
La parte mala de la historia está plagada de vueltas, al punto que marea. Lo admite Martín: “Si teníamos que elegir un cine para recuperar, creo que éste no era el más indicado”. Entre tantos capítulos, uno central está en la vía judicial: el movimiento por la recuperación del Cine Teatro Urquiza presentó un amparo que continúa su curso y el edificio está protegido por una medida cautelar, a pesar de informaciones “erróneas” que han circulado en diferentes medios de comunicación en los últimos días: las noticias indicaban que Lidia Lago –titular del Juzgado en lo Contencioso Administrativo y Tributario Nº 7– había rechazado el amparo, dato que no es cierto, por eso los vecinos organizaron una asamblea el pasado domingo, con el fin de “despejar fantasmas”. “Esa información desestabilizó, porque empezó a generar en los vecinos una sensación de inminente demolición”, recalca la cineasta Ana Piterbarg. En septiembre la jueza presentó una resolución luego apelada por los vecinos.
Para ellos, esa resolución va en contra de la Ley 4104 Sobre Teatros y Cine Teatros, que determina que cuando una sala se demuele hay que construir otra que contemple el 90 por ciento de las butacas de las que contaba anteriormente. “Esta sala tenía 1600 butacas. Tendrían que construir algo con 1400. En una apelación denunciamos que Lago hace una interpretación totalmente al revés. Nos parece gravísimo, porque en vez de un 90 por ciento, considera un 10”, se queja Martín. El movimiento por la recuperación del Cine Teatro Urquiza se apoya en un conjunto de normas para su objetivo: la 14.800, a nivel nacional. Y en el ámbito porteño, la 4104, Sobre Teatros y Cines Teatros; la 3680, de Protección de Edificios Anteriores a 1941; la 1227, de Protección Patrimonial, artículos 6 y 7, y la de comunas (1777), que alude a “preservar, recuperar, proteger y difundir el patrimonio y la identidad cultural de los distintos barrios”.
“El expediente (o sea, el amparo) y la cautelar continúan; pero esto tiene que avanzar y tener una sentencia de fondo. Porque la cautelar es provisoria”, advierte otra vecina, Karina Cicovin. El histórico edificio pertenece a la firma Establecimiento Campana (uno de sus dueños es el empresario Oscar Campana). Dejó de funcionar como cine-teatro a mediados de la década del sesenta, y por su escenario pasaron estrellas como Tita Merello y Carlos Gardel. En la actualidad, entonces, solamente está protegido por una cautelar. Por eso es que los vecinos decidieron probar suerte, también, por la vía legislativa. Cuatro proyectos de ley se vencieron en la Legislatura porteña en el transcurso de los dos últimos años, “por la oposición del PRO”. En 2015 fueron presentados tres más, uno de ellos de expropiación. “Lo apoyan 15 de los 16 bloques, todos menos el PRO”, detalla Martín. Tras dos años de no obtener respuesta del gobierno porteño, y luego de que una cuadrilla de la Dirección de Emergencias de la Ciudad de Buenos Aires destruyera la marquesina del edificio (en abril de este año), los vecinos reconocen que les queda una salida posible: que el tema sea abordado por el Congreso Nacional.
El subsecretario de Relaciones con la Sociedad Civil de la Presidencia de la Nación, Gustavo López, impulsó un proyecto de ley (2787-D-2015) para declarar “de utilidad pública sujeto a expropiación” al Cine Teatro Urquiza. Carlos Raimundi (Frente para la Victoria) lo presentó en la Cámara de Diputados y lo acompañaron Mara Brawer y Jorge Rivas. El proyecto cuenta con dictamen favorable, por unanimidad y sin disidencias, de las comisiones de Asuntos Constitucionales, Legislación General y Presupuesto y Hacienda, y ya fue girado al recinto para obtener media sanción. Iba a ser tratado el 4 de noviembre, aunque a último momento fue retirado de la orden del día por la presidenta del bloque del FpV, Juliana Di Tullio. “Los tiempos son ahora mucho más cortos, peligra conseguir la sanción completa y la promulgación antes del 10 de diciembre”, explica Martín. El movimiento pretende que la Cámara de Diputados aborde el tema en la próxima sesión, el miércoles 25 de noviembre.
En diálogo con Página/12, López cuenta que mantuvo conversaciones con representantes del Incaa, quienes “acompañaron” la iniciativa. “El objetivo es recuperar la identidad del barrio, que es fundamental, porque hace a su historia. Y también la protección del patrimonio cultural”, sostiene el funcionario. Opina que hay “dos modelos en pugna”: “Uno es el negocio inmobiliario. No se trabaja sobre una planificación del valor de la tierra para que participen los vecinos en el diseño de cómo quieren que sea el barrio. Frente a la inacción de la Ciudad, este proyecto busca que el Cine Teatro Urquiza forme parte del circuito Incaa”, indica. Por su parte, Carlos Raimundi confirmó que la Cámara de Diputados tiene previsto abordar el tema en la próxima sesión. “Esta es una causa que el bloque del FpV ha hecho suya. Pasó rápidamente por varias comisiones. En la Legislatura porteña, el PRO se opuso sistemáticamente. Donde vemos un movimiento social que quiere proteger la cultura y el patrimonio histórico nosotros vamos a acompañar”, aseguró.
“La sesión del 4 de noviembre se complicó con el nombramiento de los auditores, eso puede haber ameritado” que el tema fuera excluido del temario, dijo Raimundi. En aquella sesión, Julián Alvarez y Juan Ignacio Forlón fueron designados como nuevos auditores de la Auditoría General de la Nación, tras un fuerte cruce con la oposición. “Está previsto tratar el tema el 25”, afirmó Raimundi. De ser aprobado por Diputados, el proyecto de ley necesitaría después la media sanción de Senadores. Los vecinos tienen la expectativa de que la nueva norma se promulgue antes del 10 de diciembre. “No podría asegurar esto, porque falta el camino del Senado. Trataremos de que gire de manera inmediata para que tenga la sanción definitiva”, dijo el legislador.
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