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Martes, 31 de mayo de 2016
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Luis Scafati habla de Las venas abiertas de América latina, que presenta Página/12

“La cuestión de fondo es la misma”

El notable ilustrador mendocino destaca que la obra de Eduardo Galeano, sobre la que está trabajando para los fascículos que Página/12 publicará desde mañana, está más vigente que nunca. “Desde la colonia a este hoy, con el macrismo en el poder, es el mismo libreto”, señala.

Por Karina Micheletto
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“Es América latina, la región de las venas abiertas. Desde el descubrimiento hasta nuestros días, todo se ha trasmutado siempre en capital europeo o, más tarde, norteamericano, y como tal se ha acumulado y se acumula en los lejanos centros de poder”.
Eduardo Galeano

Cada párrafo de Las venas abiertas de América latina suena extrañamente de época y de absoluta actualidad a la vez. Es que el libro que Eduardo Galeano publicó en 1971 se transformó en un clásico casi inmediato, y con el tiempo y las sucesivas reediciones y traducciones siguió expandiendo su potencia. Pero nunca como ahora, analiza Luis Scafati, su lectura resulta tan reveladora, y habla tan en tiempo presente, como con el rumbo político que tomó la Argentina en particular, y América latina en general, en los últimos meses. El reconocido artista plástico está trabajando sobre Las venas abiertas: lo está ilustrando en una exclusiva edición que saldrá en fascículos, todos los miércoles a partir de mañana con este diario, sin costo extra.

“Estoy feliz con este encargo: es raro, porque de alguna manera he vuelto a mi trabajo periodístico, a salir en un medio masivo, y en un medio como Página/12”, dice el ilustrador, quien durante años trabajó en la revista Humor, y antes en la Hortensia, también en diarios como Clarín y Sur. “Por otro lado, en estos últimos años he hecho mucha novela y cuento, donde es importante seguir los personajes, el trabajo se encara de otra manera. En cambio ahora estoy trabajando con ideas, ideas políticas de un tipo con el cual coincido en un montón de cosas. Entonces puedo mandarme, puedo opinar también con el dibujo, o en todo caso acompañar esa opinión con la que coincido”, compara su trabajo. Los últimos libros que editó el ilustrador mendocino fueron, por ejemplo, Informe sobre ciegos, de Ernesto Sábato (Libros del Zorro Rojo), El castillo de Franz Kafka (Sexto Piso) y Cadáver exquisito (Loco Rabia).

–¿Qué encontró de nuevo en este libro tan emblemático, al momento de hacer su relectura plástica?

–Justamente, mi gran temor con estos libros muy conocidos es siempre ese: qué voy a encontrar de nuevo en una lectura que ya hice. Porque a veces, pasan los años y los libros no se sostienen para uno mismo. Quiero decir, lo releés y encontrás que se desinfló, que no era lo que creías que habías leído. En este caso, me pasó todo lo contrario. Es mas, ¡estoy entendiendo más!

–¿Qué, por ejemplo?

–Estoy entendiendo que desde la colonia a este hoy, con el macrismo en el poder, es el mismo libreto. Cambian las formas, cambian las vestimentas, cambian las armas, pero la cuestión de fondo sigue siendo exactamente la misma: estamos hablando del neoliberalismo, y de lo que el neoliberalismo, cuando se aplica, hace sobre los pueblos. Las venas abiertas empieza en la colonia y se extiende hasta casi hasta los 70, hasta que se publicó. Lo lees y se ve con tanta claridad esa cosa cíclica que tenemos; es tan claro, que resulta increíble. Lo que está pasando acá, en Brasil, en Venezuela, es lo que Galeano cuenta y denuncia en este libro suyo, ¡que ya va para los cincuenta años!

– ¿Y hubo algo que le llamó particularmente la atención?

– Tal vez la crueldad del ser humano, al punto que parece que fuera una parte nuestra. Lo veo en los tiempoos de la esclavitud, y lo veo hoy. Por ahí me decían: ojo, que no sean tan duros los dibujos. Yo no pude hacer mucho caso a esa recomendación. Porque es un libro duro, está contando una realidad jodida. Está contando cómo unos pocos sepultan a millones en beneficio de más pocos todavía; está contando que la vida no vale nada. Está contando lo que pasó, y está contando lo que pasa hoy. Hay algo en todo esto que te subleva.

–¿Qué le provoca entonces esa comprobación?

–Y, yo pienso en los jóvenes, en una generación que no tiene mucha idea de este libro. Entonces, que llegue en un fascículo ilustrado, de manera casi gratuita, porque sale lo que sale un diario, me parece fantástico como oportunidad. Por eso para mí este no es un trabajo más. Estoy muy entusiasmado, muy metido en el tema. Decía antes que lo siento como una vuelta al periodismo, pero en realidad a veces en el periodismo te pasa eso de que estás pasando de un tema a otro, como picoteando. Y acá hay un eje central, está todo muy claro explicado y contado, entonces el dibujo en ese aspecto gana. Además, trabajo con cierta tranquilidad, no tengo esa urgencia de la entrega de los tiempos periodísticos. ¡Aunque todavía no terminé todos los fascículos! (Risas.)

–¿Qué le gustaría que ocurriera entonces con esta edición, en esos lectores en los que piensa?

–A lo mejor les pasa como a mí, se les abre toda una visión histórica de esta realidad. Con eso, estaría más que satisfecho. Vos lees Las venas abiertas... y te queda totalmente claro que el macrismo en la Argentina no es una cuestión casual, o en todo caso no es solamente el influjo de cierto periodismo, de lo que llaman “los medios hegemónicos”. El libro marca claramente esa línea histórica, de un mundo dividido entre los países poderosos y los que están para ser saqueados.

– Se acuerda de cuándo lo leyó y qué significó para usted en ese momento?

–¡Lo leí cuando era muuuy joven! (Risas.) Cuando salió, en los 70. Ya no bien salió, era la Biblia: estaban Las venas abiertas, la revista Crisis, el poster del Che, los discos de Quilapayún y de Violeta Parra.. . ¡Para un estudiante de Bellas Artes en Mendoza, era parte del folklore! (Risas.) Y desde aquel momento, me ha acompañado siempre en mi biblioteca, yo lo tenía bien presente. Cuando me pidieron estas ilustraciones, lo busqué como loco en esa biblioteca, pero no lo encontré. Finalmente salí y lo compré de nuevo. Fue una muy buena compra.

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