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Miércoles, 29 de junio de 2016
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El funcionario porteño volvió a atacar a los artistas

Lopérfido estigmatiza para defenderse

El cuestionado ministro de Cultura criticó a los actores y a las productoras que participaron del plan de fomento audiovisual del anterior gobierno. Los números lo desmienten.

Por Emanuel Respighi
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Lopérfido, en contra de un gremio que exige su renuncia.

Darío Lopérfido sigue estigmatizando a los actores y actrices argentinos. El cuestionado Ministro de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires afirmó que el plan de fomento audiovisual que impulsó a la industria de la pantalla chica entre 2010 y 2015 fue “el mayor fraude de la historia audiovisual argentina”, ya que sólo sirvió para hacer “negocios fenomenales”, que “compraron las voluntades de los kirchneristas fanáticos, porque los que actuaban eran siempre los mismos”. El ministro –que en enero había afirmado muy suelto de cuerpo que en Argentina “no hubo 30 mil desaparecidos, fue una mentira que se construyó en una mesa para obtener subsidios”– volvió a la carga contra un gremio que desde entonces exige su renuncia. La actriz Cristina Banegas, de larga trayectoria, fue una de las que ayer salió a defenderse de la acusación. “Las palabras de Lopérfido siempre son de taradas para abajo. Es muy cínico, es un horror esta persona, una vergüenza. Pensar que hemos sido comprados es una ofensa, un agravio, es injusto y fuera de lugar. Es una discriminación y una estigmatización total”, puntualizó la reconocida actriz en el programa Detrás de lo que vemos, en AM 750. Banegas ganó un premio Emmy Internacional por su actuación en Televisión por la inclusión, serie seleccionada de uno de los concursos del plan de fomento televisivo.

El ataque de Lopérfido a los actores y actrices que participaron del plan de fomento parece ser su respuesta ante el pedido de renuncia que distintos sectores de la cultura le hicieron a Horacio Rodríguez Larreta, jefe de gobierno porteño. Lejos de apaciguar los ánimos, Lopérfido se defiende atacando a los actores que hicieron pública su cercanía a algunas políticas implementadas por el kirchnerismo. “Se hicieron –afirmó el ministro– un montón de telenovelas y de series que no se vieron nunca. El impacto lo calculo en mil millones u 800 millones por año. De esa forma, ¿qué hicieron? Hicieron negocios fenomenales y compraron las voluntades de los kirchneristas fanáticos, porque los que actuaban eran siempre los mismos y las productoras eran las de (Claudio) Villarruel y (Bernarda) Llorente, que es la mujer del ex canciller (Jorge Taiana), la de Gastón Portal... Los actores eran Rita Cortese, Luis Machín, Alejandro Awada, Juan Palomino, Gustavo Garzón… O sea: los que eran fans del kirchnerismo, que de paso son los que piden mi renuncia siempre”. Lopérfido cuestionó el manejo del dinero de parte del Ministerio de Planificación y el rol de algunas universidades.

El plan de fomento audiovisual fue una de las políticas culturales más celebradas. Entre 2010 y 2015 motorizó a la industria televisiva local, más allá de la Ciudad de Buenos Aires y de la visión comercial que la signa desde su génesis. Sumando los concursos para la TDA, del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales y del Consejo Interuniversitario Nacional, fueron alrededor de 900 los proyectos financiados por el Estado Nacional, entre series de ficción, documentales y animadas, telefilmes y videojuegos. Todos los concursos fueron evaluados por un jurado de reconocidos profesionales del ámbito audiovisual de distintas áreas (productores, guionistas, directores). La política de fomento contó, además, con distintas clínicas de capacitación para los profesionales de las distintas provincias, propiciando la producción audiovisual en todo el territorio nacional.

Más allá de la heterogénea calidad de las obras –algo lógico en el proceso de fomento de cualquier sector que aspira a convertirse en industria–, al repasar la numerosa cantidad de actores, productoras y canales que participaron suena al menos injusta la afirmación de que la política estatal audiovisual “compró voluntades” y que los que actuaban eran “siempre los mismos”. En total fueron más de 400 los actores y actrices –de diversas ideologías– que participaron de alguna de las propuestas, muchos de los cuales son los mismos (y muchos más) que los que el sector privado suele contratar para sus ficciones.

Además de abastecer la TV Pública, las obras audiovisuales fueron emitidas por señales comerciales, como América TV, Canal 9 y Telefe, preferentemente para la programación de distintas ficciones, además de muchas otras provinciales. La única señal de TV en la que no se emitieron contenidos con financiamiento estatal fue El Trece, probablemente por desinterés de ambas partes, en público conflicto. Entre las productoras, fueron más de un centenar las que ganaron algún concurso, ninguna de las cuales produjo más de 3 ficciones. Underground (de Sebastián Ortega), Endemol y el Grupo Olmos), GP Media (de Gastón Portal y BBC Worlwide) y Professio Divinitus (produjo El otro, Los Rossi y La misión) encabezan el extenso listado con tres producciones, del que también forman parte productoras como Eyeworks Cuatro Cabezas, On TV, A+A Group, StoryLab, Cisne Films, El Perro en la Luna, Atuel SA, LC Acción, Nativa, entre muchas otras compañías que suelen abastecer de contenidos a señales comerciales.

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