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Viernes, 10 de julio de 2009
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ENTREVISTA A SALVADOR SANZ, CREADOR DE NOCTURNO

Esa pasión por la aventura

Tras recibir halagos de grandes maestros de la historieta nacional como Oscar Chichoni y Francisco Solano López, el joven dibujante se quedó con la tapa de la edición número 33 de la revista Fierro, que saldrá mañana con la edición de Página/12.

Por Lautaro Ortiz
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Salvador Sanz vuelve con recurrencia al tema de la invasión.

El dibujante Salvador Sanz, creador de la historieta Nocturno –esa historia de hombres convertidos en pájaros o viceversa–, ha logrado durante dos años no sólo sorprender a los lectores de Fierro, sino hasta a los grandes maestros de la historieta nacional: Oscar Chichoni y Francisco Solano López no ahorraron elogios sobre la “imaginería y destreza técnica” de este joven dibujante de Villa Crespo. Y bien merecido lo tiene. Por eso, junto con la aparición del último capítulo de la serie, Sanz se lleva la tapa de la edición número 33 de la revista de historieta que saldrá mañana junto a este diario. Pero la historia de Nocturno no termina en Fierro: en breve será editada en formato de libro en la Argentina y a fin de año en España por la prestigiosa editorial La Cúpula.

Autor de Legión (Ivrea, 2006), Salvador Sanz encontró su lugar en la nueva Fierro en mayo de 2007. En aquellas cuatro páginas iniciales estaba el germen de lo que más tarde desarrollaría: la misteriosa y aterradora migración de pájaros que buscaban encarnarse en los hombres mientras duermen. Hay escenas para el recuerdo: la aparición del Nocturno entre bambalinas, el profundo sueño que los invasores impusieron a los habitantes de Puerto Madryn y la gran batalla final en el sur, entre otras de corte cinematográfico. Creador como pocos de climas oníricos, Sanz (1975) tiene la virtud de saber tensar la cuerda del misterio hasta arrancarle al lector de los labios las preguntas fundamentales para mantenerlos alerta: ¿cómo es todo esto?

“En realidad, buscaba reescribir el mito del hombre-lobo, pero de una forma personal, es decir, creando mis propias criaturas y su mitología”, dice el dibujante. “Me parece que lo interesante en toda historia que aborda el tema de la metamorfosis es la tensión que se genera entre personas que son normales a la luz del sol, pero que por las noches se convierten en criaturas salvajes. El punto de tensión entre esas dos maneras de vivir, claro, es la incomunicación. Eso fue la idea disparadora de la serie. Más tarde aparecieron otros elementos, como el personaje llamado Ciempiés. En realidad Nocturno no es la historia de la metamorfosis de un ser en otro ser, sino de un intercambio físico de dos especies diferentes: el hombre y los pájaros. Los pájaros toman el lugar de las personas, mientras que los humanos son trasladados al mundo de los pájaros. Como esos intercambios culturales entre estudiantes internacionales, sólo que los cuerpos de estas personas son tomados sin permiso durante las noches. Son secuestrados mientras duermen. Pero está mucho mejor explicado en la historieta...”

–Cuando salió el primer capítulo, en mayo de 2007, ¿tenía ya planificada la historia?

–Siempre que escribo y dibujo me gusta encarar largas series, densas, donde el mundo fantástico que desarrollo se vaya agrandando y, de a poco, se pueda ver su funcionamiento. De una manera extraña, las ideas van tomando forma en mi cabeza y todo empieza a tener sentido. Me gusta trabajar así, en vez de empezar por el final, como se escribe un guión tradicional. Hay una sensación de riesgo: no saber a dónde se va me exige mucha imaginación. Es como ir viviendo la historia a medida que la dibujo. Igualmente ya hay una estructura narrativa que me dice cuál es el camino que debo recorrer. En realidad, trabajé con una sinopsis muy general y abierta a muchas modificaciones. Por ejemplo, desde el principio supe que el desenlace sería en Puerto Madryn. Antes de dibujarlo hasta pensé viajar a esa ciudad, meterme en su atmósfera y ver qué salía. Al final el viaje no se dio y terminé trabajando con documentación fotográfica.

–El tema de la invasión es recurrente en la historieta. ¿Cómo encaró ese desafío para proponer algo distinto?

–La invasión está presente en mi anterior obra, Legión, y en esta serie que publicó Fierro también se habla del tema, pero acá la invasión es muy diferente, yo la llamaría una inmigración ilegal en nuestro mundo. Y tratándose de pájaros, la llamaría migración. Es que estas criaturas no parecen ser mucho más evolucionadas que nosotros como para dominarnos de la nada. De hecho se enfrentan a nuestra tecnología como aviones y misiles, y van a notar una especie de equilibrio en esa guerra.

–Su trabajo es el único, en esta nueva etapa de la revista, que retoma ciertos aspectos de ciencia ficción y el terror. Visto desde ese punto, ¿cree que Nocturno remite más a lo clásico?

–Sí, sí. Al mirar la Fierro es evidente que, entre estilos y temáticas más experimentales o modernas, mi dibujo parece más clásico. En el fondo Nocturno es una historieta de aventura, y hoy la aventura es un género raro de ver. Pero el género de aventura es muy importante en los grandes mercados de historietas del mundo. En cuanto al dibujo, a veces sólo lo veo como una herramienta para la historia que quiero desarrollar. Por eso aún no he investigado mucho en el aspecto formal, estilísticamente hablando. Mi experimentación en el dibujo pasa a la hora de crear personajes o paisajes irreales, donde me propongo crear algo novedoso.

–Hay muchas citas ocultas en la serie, libros, películas. ¿Cuáles fueron sus fuentes de inspiración o de documentación?

–El cine siempre fue una gran fuente de inspiración (Kubrick, Cronenberg), por los encuadres y la fotografía. Pero soy un seguidor del género fantástico en general, Philip K. Dick y Lovecraft son referencias ineludibles. En cuanto a la ilustración, autores como H. R. Giger y Wayne Barlowe son una gran influencia para mí. Pero también la música. Trato de escuchar música con un clima adecuado a la historia que quiero contar. Como si fuera la banda de sonido de mi obra. Eso me dispara muchos climas e imágenes.

–Los pájaros siempre han sido un material difícil para cualquier dibujante. ¿Cómo encaró ese desafío?

–Casi nunca había dibujado pájaros antes de encarar esta serie. Nunca me habían llamado demasiado la atención. Tuve que aprender a dibujarlos desde cero y miré muchas fotografías en Internet y libros. Me empecé a obsesionar un poco con el tema. Mirando Nocturno desde sus primeras páginas, creo que se nota la evolución en el aprendizaje. Ante la dificultad opté por inventar criaturas, es decir que mis pájaros están inspirados en aves reales o partes de ellas. Me faltó clasificarlas con nombres a todas, pero si se presta atención se las puede diferenciar bien.

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