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El azar debería haberlo depositado en la Argentina a fines de 2001. Allí donde lo social y lo político son senderos que se bifurcan, en el punto exacto donde se cruzan –el conflicto–, se inspira Peter Kuper, historietista estadounidense, colaborador del New York Times y la legendaria revista Mad. Sus ácidas viñetas acerca del 11-S y la era Bush lo volvieron referente del comic-periodismo. Para Diario de Oaxaca, su último trabajo, Kuper actuó como un verdadero cronista: se internó en uno de los estados más pobres de México para retratar el clima de ese país en 2006, signado por el violento accionar de la policía ante manifestaciones de grupos sociales (un episodio bien recordado es el de la huelga de maestros, aplacada por la represión). En el marco de Viñetas Sueltas, encuentro del que es invitado estelar, Kuper inaugura hoy a las 20 en Objeto A (Niceto Vega 5181) una muestra acerca de esta experiencia.
Un día de 2006, Kuper perdió la paciencia. Necesitaba salir del país. Descansar de una guerra a la que le atribuye “razones mentirosas”. También quería que su hija aprendiera otro idioma y mostrarle que el mundo era más grande. “Oaxaca terminó siendo más político que Estados Unidos”, recuerda él, que se encontró con un país en llamas. “Fue una oportunidad para entender que no quiero escapar a los problemas”, analiza Kuper. Chau relax familiar, chau año sabático.
Diario de Oaxaca es un cuaderno de viaje, con dibujos, fotografías y textos, que no se queda en los aspectos oscuros de Oaxaca. Hay algo de la flora y la fauna, las tiendas, las personas. Pero ¿cómo es que un norteamericano –cuyo español en ese momento era “horrible”– se cuela en las manifestaciones cual antropólogo en Latinoamérica? Kuper tenía su estrategia. “Si uno saca una foto la gente se enoja. La foto se saca y uno se va corriendo. En cambio, el dibujo requiere tiempo. La gente primero es tímida, pero poco a poco los niños te rodean, al final tenés una silla, amigos y besos. Mi arte es una traducción de lenguas”, se explaya el fundador de la revista alternativa Tercera Guerra Mundial Ilustrada.
En diarios, revistas o libros, Kuper, que creció con la guerra de Vietnam de trasfondo, persigue crear un discurso que se contrapone a la versión oficial. “Mi arte es fuerte porque tiene una razón: ir contra el silencio. A veces, las artes son las líderes de la información”, sostiene. “En los periódicos muchas veces vi fotos de situaciones muy alejadas de mi experiencia.” Y cita un ejemplo: “Antes de la guerra de Irak, había grandes marchas en Nueva York, con 300 mil personas. Los periódicos decían que había 10 mil. Son super derechistas”. En esa época, la censura, cuenta, no era explícita. “Pero los diarios decidían no publicar algo o cortaban mis dibujos por falta de espacio.” Por eso fundó aquella revista.
Satisfecho con Obama por sus “buenas intenciones”, y deseoso de que las tropas estadounidenses se retiren de Irak y de Afganistán, Kuper reflexiona también sobre el lugar que le cabe al comic-periodismo hoy. Exagera un poco: “Las historietas pueden salvar al mundo”. Se ríe de sí mismo y completa la idea. “La gente puede entender situaciones complicadas con más información y personalidad, no con objetividad. Bueno, la objetividad es falsa... La historieta es una forma de arte sin límites. En mi caso, la información es humorística, pero también hay alguna piña en el estómago”, opina. Luego, gira la cabeza. Ve un gato. Siente fascinación por “los bichos”. El gato lo estuvo rodeando durante toda la entrevista. Agarra un cuaderno que lleva a todas partes. Dibuja el paisaje, dibuja al gato. “Dibujar es mi religión”, asegura mientras lo hace.
Entrevista: M. D. Y.
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