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Periodicidades es una suerte de recorrido y diagnóstico sobre los males de hoy. Su autor recorre tanto la ciudad de Macri como los acontecimientos mundiales más importantes del último lustro y señala inequidades allí donde las ve. Lo hace, además, desde un cariño genuino por Buenos Aires y el planeta, que se plasma en un dibujo atento al detalle y bien trabajado. Tanto que por momentos el libro se acerca más a la ilustración de unas reflexiones que a la historieta propiamente dicha. Mezquita se revela aquí como un humanista, seguidor de la prédica de Silo, y pone en estas páginas –su primer libro como autor integral– todo lo que lleva dentro: ideas, angustias y esperanzas.
Pese a la extensa tradición cultural de Rosario y con su gran cantera de historietistas, la ciudad no tenía más presencia en el sector que un festival y una editorial pequeña. Esto se subsana, parcialmente, con la llegada de Términus, una revista independiente con historietas de género policial, terror y fantástico contemporáneo, con cierto énfasis en las conspiraciones. Tiene dos relatos continuados y un buen número de historias autoconclusivas. Entre los guionistas se destaca Ariel Grichener, pero el auténtico punto fuerte de la revista es el de los dibujos, donde se nota el empuje y garra de nuevos plumines y de algunos profesionales como Gabriel Peralta.
El segundo volumen recopilatorio de los personajes de Chanti pensados para los lectores más pequeños amplía el universo de Facu y su gato. Vacaciones, un jardín para mininos, un oso de peluche, elementos mágicos como almohadas de los sueños, dibujos que “saltan” de la hoja a las paredes o los efectos del líquido en los felinos son algunas de las muchas historias que propone el exitoso autor mendocino. Sigue valiéndose de un trazo bien definido, personajes sobre fondos bien sencillos, un trabajo centrado en los gestos de los protagonistas y la narración con textos debajo de la viñeta, pensados para la lectura conjunta entre niños y padres.
Uno de los rasgos más productivos de Wolverine, como personaje, es su longevidad, fruto del factor curativo del que quizá sea el mutante más famoso de la editorial norteamericana Marvel Comics. Esto permite a los guionistas traer las peripecias del canadiense con garras de adamantium cantidad de enemigos del pasado. Es el caso de este tomo, que reúne cuatro números de la serie estadounidense. Aquí la existencia de una chica que oficia de puente místico con entidades diabólicas pone a Wolverine otra vez en contacto con una serie de individuos perversos que desean –cómo no– dominar el mundo y –en una variante original– con un equipo de ex novias. En el dibujo, Pelletier hace una tarea discreta.
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