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Martes, 19 de agosto de 2014
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Lo que quedó de la quinta edición de Crack Bang Boom

La convención que siempre va por más

El encuentro realizado en ocho sedes de Rosario ratificó su posición de hito indispensable del calendario comiquero argentino. Este año, CBB sumó un nuevo pabellón con stands, un callejón de artistas y un renovado espacio de charlas.

Por Andrés Valenzuela
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Todos los personajes se dieron cita en el Crack Bang Boom.

Desde Rosario

“¿Quieren Crack Bang Boom 6?”, preguntó el dibujante y director del festival, Eduardo Risso, a la sala repleta que asistía a la ceremonia de cierre del evento. Le respondió una ovación. La quinta edición de la convención internacional de historietas, que concluyó el domingo en ocho sedes de Rosario, ratificó su posición de hito indispensable del calendario comiquero argentino. El público acompaña; su propuesta artística se supera año a año, los invitados colman las ambiciones de los fans y las editoriales organizan su trabajo para llegar al festival con novedades para presentar a los lectores.

Fuentes de la organización aseguran que aumentaron un 30 por ciento las ventas de entradas sobre la cifra alcanzada en 2013, lo que supondría un total de entre 18 y 19 mil visitantes, considerando todos los espacios. La cifra llama la atención, pero tampoco es impensable. Este año, CBB sumó un nuevo pabellón con stands, un callejón de artistas y un renovado espacio de charlas. Las filas para comprar las entradas, que normalmente sólo se volvían muy extensas el domingo, llegaban al río ya el sábado a media tarde. Y cuando la última jornada comenzó el concurso de cosplay, a orillas del Paraná, era casi imposible caminar por la rambla local y a dos horas del cierre la gente insistía en pagar su entrada y entrar al Centro de Expresiones Contemporáneas, al Galpón 11 y al Centro de la Juventud (de acceso gratuito y ocupado por los fanzines), tres de las principales sedes del festival.

De los invitados, valen algunas apostillas. Por ejemplo, el impacto que provocó en el canadiense Yanick Paquette encontrarse con la muestra Historietas x la identidad, cuando le explicaron sobre los desaparecidos y los niños apropiados por la última dictadura militar. La afabilidad del francés Loisel compensó para sus devotos la negativa del autor a firmar y hacer dibujos en nada que no fuesen sus libros o las postales del festival. Loisel, además, quedó muy impresionado con el caricaturista cordobés Alejandro Burdisio (conocido como Burda). El norteamericano Dan DiDio, coeditor en jefe de DC Comics, se ganó a puro carisma a los fundamentalistas de los superhéroes que amenazaban con ponerlo en aprietos durante su presentación. Nada de eso sucedió y cuando recibió la estatuilla que Crack Bang Boom entrega a sus invitados como agradecimiento, se llevó una cortina de aplausos entusiastas.

Entre los invitados argentinos, quizá los que hayan recibido un mayor impulso gracias a su participación hayan sido los integrantes de la revista Terminus, oriunda de la ciudad y que, al ser parte oficial del evento, ganó en visibilidad.

El callejón de los artistas, novedad de esta edición, satisfizo a muchos. Allí, los asistentes pudieron encontrar a invitados a ediciones anteriores del festival dibujando a mansalva, dedicando trabajos y vendiendo trabajos propios, incluso algunos originales. La iniciativa funcionó bien y conforme pasaron los días se incorporaron al sector otros autores, entusiasmados por el movimiento del sector y la respuesta del público.

Además, el festival albergó historietas de otros países. Desde lo oficial publicó, junto con la Editorial Municipal de Rosario, Johnny Jungle, de los franceses JC Deveney y Jérôme Jouvray (Francia era el país invitado), fruto también de los lazos que el festival supo establecer con su par galo Lyon BD. También hubo stands dedicados a la historieta boliviana, chilena, brasileña y uruguaya.

El lugar central de Crack Bang Boom en la historieta argentina actual se confirma con otros dos datos. El primero es que, nuevamente, delegaciones de otras provincias se acercaron a tomar nota para intentar reproducir el modelo en sus terruños. El segundo es que otra convención, Comicópolis (del predio Tecnópolis, de Villa Martelli), eligió el escenario central rosarino para anunciar sus propias novedades e invitados, que llegarán al país el mes que viene.

“¿Quieren Crack Bang Boom 6?”, preguntó Risso, y ante la ovación prometió: “Van a tener 6, 7 y todos los que podamos”.

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