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Martes, 18 de agosto de 2015
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Finalizó la sexta edición de Crack Bang Boom

Con chapa de clásico rosarino

El encuentro convocó a un 25 por ciento más de público que el año anterior, pese a que las condiciones climáticas hicieron temer por su éxito. Hubo un homenaje a Horacio Altuna y por primera vez se entregaron los Premios Carlos Trillo.

Por Andrés Valenzuela
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El cierre de Crack Bang Boom fue a puro cosplay y más de 70 inscriptos compitieron por el premio.

“¡Qué hijos de puta! No me esperaba esto”, lagrimeaba conmovido Horacio Altuna, mientras recibía el abrazo de colegas más jóvenes. La escena se dio tras bambalinas en la entrega de los premios Carlos Trillo, durante el festival internacional de historietas Crack Bang Boom, de Rosario. La organización lo sorprendió con un reconocimiento a la trayectoria, aprovechando que celebraba su medio siglo con el noveno arte. Fue uno de los muchos momentos para el recuerdo que dejó la sexta edición del imprescindible encuentro, que logró superar obstáculos climáticos y ruteros. Este año se vendieron un 30 por ciento más de tickets que en 2014. Si se proyecta la misma tendencia a los espacios gratuitos del festival y las actividades paralelas, la cifra de visitantes se elevaría hasta los 23 o 24 mil.

El miércoles, un día antes de la inauguración oficial del evento, el cielo auguraba problemas. La tormenta que se había cebado sobre el centro de la Argentina no fue amable con el área circundante. Rutas cerradas, campos anegados e inundaciones desalentaban a quienes querían llegarse hasta el Centro de Expresiones Contemporáneas, epicentro de CBB, y las sedes paralelas del encuentro. La lluvia, aunque leve, continuó jueves y viernes, ya con las actividades a plena marcha. Sin embargo, y aun temiendo una baja de público, los stands reconocían mejores sus ventas respecto del fructífero año anterior. “Es como si la gente de acá hubiera salido a bancar el festival”, comentaba a Página/12 un editor. ¿Pero había más público o no? La ampliación de los espacios respecto de la disposición del año anterior dificultaba comparar la afluencia de público con la edición 2014.

Las dudas se zanjaron el fin de semana, cuando finalmente volvió el sol a la ciudad y los rosarinos se volcaron masivamente a la zona ribereña, donde se concentraron los tres galpones centrales de Crack Bang Boom. El domingo ya muy tarde y, a poco de empezar la ceremonia de clausura, muchos seguían sacando entrada y comprando aceleradamente en los stands. El sol también propició la aparición estelar de Jill Thompson. Tras dos días de actividades reducidas, la dibujante norteamericana desplegó una energía y gratitud hacia sus fans como pocas veces se vio en el festival. El domingo dibujó y firmó libros durante más de siete horas e incluso desconcertó a la organización pidiendo que le sacaran una mesa afuera, para dibujar junto al río.

Los invitados nacionales también ayudaron a sostener el festival. Con Altuna y el ilustre metabarón Juan Giménez a la cabeza, se sumaron los talleres de Gerardo Baró y Luciano Saracino, las charlas de Mariano Taibo y Carlos Aón y la participación notable del escritor Leo Oyola, quien adelantó imágenes de la película Kryptonita, que adaptará su novela homónima al cine y se estrenará en enero.

Una novedad de esta edición fue la primera entrega de los Premios Carlos Trillo, que la organización dedicó a las publicaciones de historieta del año anterior. Los ganadores fueron elegidos por el conjunto de los invitados de las ediciones anteriores del festival, que favorecieron especialmente a muchos productos aparecidos originalmente en la revista Fierro, que acompaña cada mes a este diario. Así, Altavista de Fernando Calvi ganó el premio a “mejor obra para público adulto”, y Alejandro Burdisio compartió el galardón a “mejor portada” por su labor en la Fierro 95 junto con Julián Totino Tedesco (de La Liga del Mal 2). Además, el uruguayo Rodolfo Santullo volvió a triunfar en un premio argentino gracias a su guión de Malandras y Salvador Sanz fue reconocido como “mejor autor integral” por Angela della Morte 2. Además de estos créditos para la revista señera de la historieta nacional, hubo premios para el marplatense Gustavo Sala (por su libro Hijitos de puta), para El Bruno por su Escuela de monstruos 5, para Quique Alcatena como mejor dibujante (por La estirpe maralha) y los hacedores de La liga del mal ganaron como “mejor antología” por su segundo volumen.

Otros puntos destacados del festival fueron el taller de fanzines para chicos que funcionó en el Galpón de la Juventud (con algunas creaciones alucinantes) y el espacio que Crack Bang Boom dedicó el domingo (su día más concurrido) a otros festivales, brindándoles horarios de charla para que anunciaran sus propias convenciones. Comicópolis, BA Comics y Dibujados pudieron anunciar novedades, invitados y convocar a sus fans. Además, se realizó un pequeño homenaje al editor cordobés Diego Cortés, recientemente fallecido, y un enviado del Centro Cultural España en Córdoba confirmó a este medio la concreción de uno de los últimos proyectos en los que Cortés trabajaba antes de su sorpresiva muerte: la realización de un festival de historietas en su ciudad.

Desde hace años, CBB es un punto crucial para el calendario editorial comiquero y la voluminosa presentación de lanzamientos para la ocasión lo demuestra. La cuenta de novedades editoriales superó el medio centenar. No fue la única actividad profesional para el sector, además de las revisiones de carpetas de Eddie Berganza y Jill Thompson hay que sumar el tercer encuentro de la Asociación Argentina de Editores de Historieta y la aparición pública del segundo clúster editorial especializado nacional. A Nueva Historieta Argentina (que apareció durante la última Feria del Libro) se sumó ahora Big Sur, que comprende otra media docena de editoriales.

Como ya se hizo costumbre, el cierre fue a puro cosplay. Más de 70 inscriptos compitieron por el premio y una multitud copó la rambla rosarina. Para llegar del Galpón de la Música al C.E.C. uno podía demorar veinte minutos o más, aunque ambos están a menos de cincuenta metros. Para alegría de los fans y despejando las dudas que circulaban los primeros días, el director del festival Eduardo Risso anunció que la organización ya trabaja para realizar el próximo Crack Bang Boom.

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