Finalmente, después de tanto andar, se concretó un sueño: el de Héctor Vilche –ex preso político– de exponer su ópera rock, íntegra, en público. Es la primera vez en la historia que el género ofrece una obra –-completa– destinada a repasar, retener y reivindicar la lucha por los derechos humanos durante la última dictadura. Y no es poco. Junto a su banda, Viejos, Sucios y Feos, uno de los fundadores de la Juventud Guevarista de los setenta logró colmar el lujoso teatro Coliseo de La Plata, con una apuesta que se nombra a sí misma: La era de las cavernas. “Esta es una obra que no hubiera querido escribir, pero como dijo un gran juglar, la verdad no tiene remedio”, había expresado alguna vez el cantautor, y el viernes pasó a los hechos a través de una concatenación de canciones sobre los desaparecidos, la lucha de Madres y Abuelas, el exilio, la supervivencia de los presos políticos, la resistencia, Malvinas y los instigadores “civiles” del proceso militar.
Actores en escena, más proyección de documentales de época y una banda rica en instrumentación (violín, saxo, teclados, coros vocales, flauta traversa, bajo, batería, dos guitarras) y en oscilaciones climáticas, operaron como un plafón sólido y variopinto para que Vilche desarrollara su intención en serie. Desde el pesado “Por algo será”, hasta la celestial “En el nombre del padre” (“las complicidades también vistieron sotana”); de la folkie “Madres” a un breve instrumental de color renacentista dedicado al doble dolor (y amor) de las Abuelas; de “Soles, gaviotas y caramelos”, tema nacido de sus cantos prohibidos en cautiverio a “Malvinas”, un alegato antibélico destinado a esclarecer el lado oscuro de la guerra; de “No hablo de dinero”, donde el autor desnuda las intenciones de los “dueños de la carnicería” (los Martínez De Hoz, la Sociedad Rural) a “Resistir es vencer”, un homenaje al slogan de los organismos de derechos humanos durante la dictadura, Vilche y su banda fueron hilvanando una ópera compacta con todos los componentes que le son propios, más un plus como eje: la electricidad corpórea del rock.
El evento, de organización impecable, contó con el apoyo de la Secretaría de Cultura y Educación de La Plata y la asistencia de ex combatientes de Malvinas, madres y abuelas de desaparecidos, sumado a un cúmulo de militantes de la causa que llenó de aplausos una noche hermosa. ¿El futuro? Vilche, preso y torturado durante seis años (1974-1980) en diversas penitenciarías, proyecta volver a exponer la obra en una especie de minigira que prevé abarcar paradas en la ESMA, Bragado, Trenque Lauquen y Zárate. Siguiendo las estelas de Rodolfo Walsh, el hombre de la melena rubia volvió a permitirse otro acto de rebeldía, esta vez sin rejas en el medio.
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