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El escritor y defensor de los derechos humanos Andrés Fidalgo falleció el domingo en una clínica jujeña luego de padecer una larga enfermedad. Sus restos fueron inhumados ayer en el cementerio El Jardín del Castillo. Nacido en Buenos Aires el 7 de marzo de 1919, Fidalgo fue abogado defensor de presos políticos y de familiares de detenidos-desaparecidos en la provincia de Jujuy. Al comienzo de la última dictadura militar estuvo detenido a disposición del Poder Ejecutivo Nacional y, al quedar en libertad, eligió junto con su esposa, Nélida, ya fallecida, el exilio en Venezuela, donde estuvo entre los años 1976 y 1982. Fidalgo ocupó altos cargos en el Poder Judicial de la provincia ya que se desempeño como juez de Instrucción Vocal de Cámara y vocal del Superior Tribunal de Justicia. En lo académico fue distinguido como Profesor Extraordinario Honorario de la Universidad Nacional de Jujuy, en la Cátedra Libre de Derechos Humanos, ganándose el afecto de los jóvenes estudiantes. Fidalgo publicó su primer libro de poemas, Serenata, en 1943, que se complementa con otro poemario, Toda la voz (1971). También publicó los ensayos La copla, (1958); Elementos de poética (1961); Breve toponimia y vocabulario jujeño (1965) y Panorama de la literatura jujeña (1975). Junto con Herminia Bellomo publicó una bibliografía de la literatura jujeña. Otros trabajos fueron El teatro en Jujuy (1995) y Jujuy 19661983 (2001); Aproximaciones a la poesía (1986); Coplas y variaciones (1989). Además publicó el volumen de historia ¿De quién es la Puna?, otro de humor ¡Sonría por favor!” (1991) y Escritos póstumos (2003).

Andrés Fidalgo, defensor de los derechos humanos

Un poeta que luchó por la libertad