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Martes, 21 de octubre de 2008
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Quino y el cineasta cubano Juan Padr贸n, juntos en Madrid

Encuentro de Mafalda y el vampiro

El d煤o se arm贸 en el festival VivAm茅rica, donde cruzaron a sus criaturas y le dieron cuerpo a una charla en la Casa de Am茅rica.

Por Juan Cruz *
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Quino y Padr贸n produjeron juntos los Quinoscopios y pusieron en movimiento a Mafalda.

Desde Madrid

Esa Mafalda que dibuj贸 Quino parece que tirita de amor o de fr铆o, y el vampiro que le dibuja Juan Padr贸n le da calor, la anima a adentrarse 鈥渟olita鈥 en el oto帽o de Madrid. Mafalda ya no sale, Quino dej贸 de dibujarla, pero vino con 茅l para el festival VivAm茅rica, y aqu铆 se encontr贸 con Elpidio Vald茅s, el vampiro de Juan Padr贸n: 鈥溌ola, Mafaldita! 驴Qu茅 t煤 haces, mijita, tan solita pol Madrid?鈥. Se han puesto a dibujar en uno de los pasillos de Casa de Am茅rica, junto a sendas cervezas que toman como si estuvieran en una tertulia en La Habana. All铆 se encontraron Quino y Juan Padr贸n en 1984, cuando ya el primero era la celebridad que dio a la luz a Mafalda, y Juan Padr贸n era todav铆a un chiquillo pero ya ten铆a al vampiro Elpidio Vald茅s andando por el mundo y en La Habana. A Juan le dijeron 鈥淰iene Quino鈥. Se afeit贸, se visti贸 y se plant贸 en el aeropuerto. 鈥淏usco a Quino鈥, escribi贸 en un letrero, y desde entonces son u帽a humana y carne de celuloide. Le convenci贸, con la complicidad de Alicia, la mujer de Joaqu铆n Lavado, para llevar a la animaci贸n sus Quinoscopios (1985), y la misma mano los llev贸 a ambos a poner a Mafalda en movimiento cin茅tico en 1993.

Pero el trabajo fue lo de menos. Parece amor lo que padecen, de modo que cuando Elpidio le hace caranto帽as a Mafalda no es dif铆cil ver en el vampiro habanero a este Juan grande y melanc贸lico, director de cine, guionista, humorista, novelista, buscando y obteniendo el cari帽o con que lo recibi贸 este argentino que desmiente con su sencillez la fama e incluso la edad, 79 a帽os, 18 m谩s que su colega. Lo que no disimula es su risue帽a melancol铆a; su colega Rep le envi贸 este mensaje desde Buenos Aires: 鈥溌l茅grate!鈥. Es alegre por dentro, eso da m谩s placer. Hablan como si se supieran un gui贸n en el que el vampiro lleva la voz y Mafalda el gesto. Refunfu帽a Mafalda, mientras el vampiro recuenta la historia. Juan Padr贸n viene de la crisis (鈥渆n Cuba, la crisis es la vida鈥) y Quino invent贸 Mafalda sin saber que la crisis que iba a ver esa ni帽a iba a ser la crisis que a煤n sigue. 鈥淓s curioso: hoy dir铆a lo mismo de todo鈥. Acaso porque, lo dice Padr贸n, lo que Mafalda hizo fue reflexionar sobre la vida como si ella no fuera de ning煤n sitio.

驴De ning煤n sitio? Una vez le dijo un finland茅s: 鈥淯sted cree que Mafalda es argentina. Pero es finlandesa鈥. Y espa帽ola. En este pa铆s (donde se public贸 mermada por la censura franquista, que oblig贸 a Lumen a poner el letrero de 鈥淪贸lo para adultos鈥), Mafalda se convirti贸 en un emblema intergeneracional. Naci贸 sin pretensiones, como Elpidio, que naci贸 鈥減ara ayudar a que nos ri茅ramos de los vampiros鈥. Pero con el correr del tiempo Mafalda qued贸 como un adjetivo a su propio nombre: ahora se dice Quino y Mafalda como si fueran lo mismo.

Y lo son, dice Juan Padr贸n. Claro, Joaqu铆n Lavado lleva gafas grandes, es delicado y tranquilo, no vocifera, y Mafalda se enoja a veces, grita y, aunque es una existencialista (porque persiste en existir), pregunta como si el mundo lo pudieran arreglar sus preguntas. El no pregunta, escucha, con sus ojos grandes; dice Padr贸n que lo que le apasiona de los dibujos de Quino son los ojos; con sus alumnos en La Habana desmonta los personajes de su maestro, y se fija en la escenograf铆a. 鈥淓so es lo que aprend铆 de 茅l, a crear el mundo en el que viven sus criaturas; es fascinante. 隆Y lo copio! Pero no pienso pagarle derechos de autor...鈥

Son muchos a帽os de relaci贸n; despu茅s de aquel primer d铆a en La Habana, los matrimonios (Quino y Alicia, Juan y Berta) son amigos de veras; en una 茅poca Juan guardaba en La Habana la tapa del inodoro de Quino. 驴Y c贸mo es eso? En ese tiempo, los inodoros del hotel Nacional no ten铆an tapa, as铆 que Quino se llev贸 una de Buenos Aires, y cada vez que regresaba a La Habana Juan la sacaba de donde la tuviera guardada; cada vez que Quino anunciaba su visita, Juan gritaba: 鈥溌a tapa de Quino!鈥. Por supuesto, aparte de la tapa del inodoro ha habido much铆simo m谩s. A Juan le sirvi贸 Quino en bandeja el aprendizaje de la estructura y de la escenograf铆a de sus personajes (entre ellos, el del vampiro Elpidio), pero a Quino el cine de Juan le sirvi贸 para imaginarse a los personajes como si estuvieran andando, no s贸lo en el dibujo sino en la mente. 鈥淓so me dio libertad; en los dibujos yo pon铆a una escalera y ten铆a que seguir siempre, pero el cine me ense帽贸 que la escalera puede aparecer y desaparecer y no pasa nada.鈥

Quino y Juan hablaron de esto en la Casa de Am茅rica. Sobrevuela en el ambiente el p谩nico que se vive dentro y fuera de la realidad, y ellos estaban busc谩ndole humor a la cosa. 鈥溌縌u茅 estar铆a diciendo Mafalda?鈥, se le pregunta a Quino. 鈥淟o que dijo siempre; mientras la dibuj茅 me ven铆an a la mente lo que mis padres me dec铆an de la Guerra Civil , y lo que pasaba entonces en Argentina y en el mundo, y siempre hubo momentos como 茅ste en que Mafalda reflexionaba como una ni帽a que tuviera detr谩s una experiencia casi siempre dram谩tica.鈥 Enrique Pinti, recuerda Quino, dec铆a que el hombre cree tener cinco mil ideas, 鈥測 en realidad tiene cinco鈥. Esas cinco ideas estaban en Mafalda, y sirven, y servir谩n, para referirse al mundo, con la melancol铆a y con el rubor avergonzado con que miran alrededor Mafalda y el vampiro, ahora de paso, y solitos, 鈥減ol Madrid鈥.

* De El Pa铆s de Madrid. Especial para P谩ginaI12.

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