Cuando a Paola Quain y a Mariana Marianetti les lleg贸 la hora de elegir un tema para la carcome-cerebros tesis universitaria, no lo pensaron dos veces. Mariana formaba parte del grupo Los Dardos de Rocha y tanto le copaba participar que le propuso a su compa帽era elaborar un an谩lisis sobre teatro comunitario. Incluso, la convenci贸 de aunarse al colectivo de La Plata. Empezaron a compilar entrevistas a los referentes de las agrupaciones paradigm谩ticas que eligieron: Los Okupas del And茅n, Catalinas Sur, Los Dardos y Patricios Unidos de Pie. Y, en una de ellas, alguien les dijo: 鈥淐he, hay otra persona que est谩 haciendo algo parecido鈥. As铆, dieron con la investigadora Marcela Bidegain, que hace dos a帽os public贸 Teatro comunitario. Resistencia y transformaci贸n social (Atuel). Sobre la base del ensayo que les permiti贸 a Quain y Marianetti la colaci贸n de la casa de altos estudios de La Plata, el tr铆o de autoras escribi贸 Vecinos al rescate de la memoria olvidada (ArtesEsc茅nicas), una investigaci贸n sobre grupos comunitarios de teatro, su emergencia y funcionamiento, adem谩s de un an谩lisis sociol贸gico de las estrategias y v铆nculos que definen su esencia. 鈥淟a idea de estos grupos es recuperar la historia sin hacer museo de ella. Recuperarla para intentar de entender un poco m谩s el presente鈥, explica Bidegain.
Con los 25 a帽os que celebra la agrupaci贸n de Catalinas, se festeja adem谩s un cuarto de siglo de la emergencia de grupos de teatros comunitarios vern谩culos. En efecto, el de La Boca fue el primero de los casi 40 colectivos desparramados actualmente en el pa铆s. Si bien algunas de sus particularidades son variables seg煤n la identidad del rinc贸n al que pertenezcan, son m谩s las constantes: est谩n compuestos por vecinos que no s贸lo act煤an, sino que se ocupan de la creaci贸n del gui贸n, los vestuarios, la iluminaci贸n y de cada detalle que haga a la puesta en escena, contrariando la mec谩nica convencional de divisi贸n del trabajo; las decisiones se toman en conjunto, 鈥渄emocr谩ticamente鈥, sin importar 鈥渧edettismos鈥 ni prestigios econ贸micos-sociales; en su composici贸n no hay restricciones etarias, como tampoco divisiones entre las generaciones m谩s pr贸ximas; y sus obras remiten al barrio, a la proximidad hist贸rica-territorial y a problem谩ticas vivenciables. A煤n m谩s, en todos ellos hay una intenci贸n superadora del artilugio esc茅nico: 鈥淟a idea es que el modo de hacer y pensar trascienda. Hay nenes que ahora se animan a decir cosas en la escuela cuando algo no les cierra o piensan que les est谩n contando algo que no se acerca demasiado a su realidad鈥, cuenta Quain en la charla con P谩gina/12.
鈥撀縀n qu茅 momento hist贸rico enmarcan el surgimiento del teatro comunitario?
Paola Quain: 鈥揈l punto de quiebre fue el retorno de la democracia. En ese momento hab铆a un c煤mulo de cuestiones subyacentes, arrastradas desde el per铆odo dictatorial, que no pod铆an expresarse. Cuando la democracia lleg贸 se empezaron a cristalizar proyectos en el espacio p煤blico para tratar de hacer frente a una situaci贸n de desarticulaci贸n de los lazos entre las personas.
Marcela Bidegain: 鈥揈n rigor, el teatro callejero no es algo nuevo. Pero durante la dictadura se llam贸 a retiro. De hecho, Adhemar Bianchi (director de Catalinas Sur) cuenta que cuando le propusieron trabajar en Catalinas, solamente aceptaba si se hac铆a en la plaza. Ten铆a claro que quer铆a aprovechar la arquitectura de Catalinas, que es un espacio de confluencia de los vecinos.
鈥撀縔 por qu茅 el teatro y no otras disciplinas?
P.Q.: 鈥揕o dice Ricardo Talento (director del Circuito Cultural Barracas): lo m谩gico que tiene el teatro es que todo el elemento que necesit谩s para expresarte es tu cuerpo. El teatro da la posibilidad de recuperar el 鈥渃on lo que ten茅s, ya pod茅s empezar a hacer cosas鈥. En esas condiciones, al partir de cero, se intenta recuperar el espacio p煤blico y revalorizar la capacidad del sujeto.
Mariana Marianetti: 鈥揂dem谩s, se quer铆an decir cosas que no fueran solamente de un partido pol铆tico, de una militancia pol铆tica. Cuestiones que tienen que ver con la historia de un barrio, de un pueblo.
P.Q.: 鈥揌ay algo que todos los entrevistados del libro marcaron: una vez que super谩s ciertas edad, no se te permite jugar ni desarrollar un espacio l煤dico.
鈥撀縀s un espacio que deber铆a brindar la escuela?
P.Q.: 鈥揘o s贸lo sucede en el sistema educativo, sino tambi茅n en otros 谩mbitos. 鈥淵a sos grande. Creciste y el juego se acab贸.鈥 El espacio l煤dico podr铆a generar respuestas a un mont贸n de problemas laborales y personales. Si se recorta ese espacio de creaci贸n todo el tiempo, se reducen las posibilidades de que surjan nuevas ideas. En el teatro comunitario, por su forma de trabajo, siempre salen muy buenas ideas.
M.B.: 鈥揕amentablemente, estamos limitados en cuanto a creatividad. Desde el colegio, que es una gran bloqueador de la imaginaci贸n. Los grupos comunitarios de teatro dan la posibilidad a un vecino, que estuvo todo el d铆a arriba de un colectivo o dentro de una oficina, de conectarse con su yo creativo, que es la imaginaci贸n y la creatividad, aristas que no est谩n desarrolladas en este pa铆s.
鈥揈n los testimonios de los referentes de este tipo de experiencias, recolectados en el libro, se percibe una diferenciaci贸n entre un adentro y un afuera, entre una comunidad macro y otra micro, que es la de los grupos...
P.Q.: 鈥揈se es uno de los puntos centrales, porque nos dio pie para empezar a pensar qu茅 es lo comunitario. El marco en el que vivimos es individualista en t茅rminos de relaciones econ贸micas y sociales. Por el contrario, los grupos son algo distinto, por los lazos de solidaridad que establecen los participantes. Trabajamos, entonces, los l铆mites del adentro y el afuera. Como en los libros a los que recurrimos las definiciones de comunidad no encajaban, empezamos a redefinir el concepto a trav茅s de lo que ve铆amos.
鈥撀縔 a qu茅 conclusi贸n llegaron?
P.Q.: 鈥揕as obras y sus textos surgen de los mismos integrantes, de la historia del barrio. No son textos cl谩sicos, sino historias relatadas desde la vivencia propia. Eso hace que todas las relaciones sean horizontales, que no haya verticalismos. All铆 est谩 el sentido comunitario. En todos estos grupos, las decisiones son realmente democr谩ticas.
鈥揧 al tratarse siempre de historias del barrio, 驴no se repiten tem谩ticas entre diferentes grupos?
M.B.: 鈥揘o. En realidad, se podr铆a trazar un mapa seg煤n los temas que cada grupo trata. Por ejemplo, Barracas necesita contar la inmigraci贸n porque hay una xenofobia feroz contra los bolivianos, paraguayos y peruanos. Y adem谩s, porque en su grupo tienen integrantes latinoamericanos.
鈥揕os lazos de solidaridad que establecen los participantes, 驴se sostienen m谩s all谩 del colectivo?
M.B.: 鈥揝铆, ellos lo dicen. 鈥淓l fin 煤ltimo nunca puede ser la obra.鈥 Y no lo es. La idea es que trascienda el modo de hacer y el de pensar.
* Vecinos al rescate de la memoria olvidada ser谩 presentado ma帽ana a las 19 en la sala Solidaridad, del Centro Cultural de la Cooperaci贸n, en Av. Corrientes 1543. Luego de la exposici贸n de las autoras, el grupo Almamate, del barrio de Flores, presentar谩 su espect谩culo Fragmento de calesita.
Entrevista: Facundo Gari.
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