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Sábado, 30 de mayo de 2009
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Comienza una retrospectiva de Luis Buñuel

Ese soñador muy despierto

Aunque incluye rarezas como Susana: carne y demonio, la muestra que seguirá hasta el 12 de junio no sólo enfoca las películas realizadas por el español en su exilio mexicano: también se complementa con una impactante galería fotográfica.

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“La mejor explicación para El ángel exterminador es que, racionalmente, no tiene ninguna.”

“Buñuel sigue siendo un cineasta único”, señalaba el crítico francés Serge Daney. “Cada uno de sus films es, en cierto sentido, como un sueño. Los más logrados tienen la nitidez de aquellos que uno ha podido recordar completamente: su comicidad literal viene de aquí. Los menos logrados son aquellos que sólo recordamos por pedazos. ¡Qué importa!: Se trata siempre de sueños, de una capacidad de transcribirlos y de serles fiel. Fue en calidad de soñador muy despierto que Buñuel siguió la aventura del cine, como un hombre libre.”

Muchos de esos sueños, Buñuel (1900-1983) los soñó lejos de Europa, en tierras mexicanas, y para dar cuenta de esa parte fundamental de su obra el Complejo Teatral de Buenos Aires y la Fundación Cinemateca Argentina, con el auspicio y la colaboración de las embajadas de España y México, han organizado una retrospectiva denominada “Buñuel en México”, que se llevará a cabo desde hoy y hasta el viernes 12 de junio, en la Sala Leopoldo Lugones del Teatro San Martín (Av. Corrientes 1530). El ciclo estará integrado por trece largometrajes rodados por el genial cineasta español durante su largo exilio mexicano, que aprovechó para construir un cuerpo de obra único, donde confluyen el cine de neta raigambre popular y el espíritu de trasgresión propio de la inspiración surrealista. Se verán copias en 35mm enviadas especialmente al país por la Cineteca Nacional de México y la Filmoteca Española, en el marco del Congreso anual de la Federación Internacional de Archivos del Films (Fiaf).

Simultáneamente con esta retrospectiva, en el primer piso del Hall Central del Teatro San Martín se expondrán –por primera vez en América del Sur– 86 fotografías tomadas en México por el propio Buñuel que documentan su riguroso trabajo de búsqueda de escenarios y de ángulos de cámara para la puesta en escena de sus films. Esta exposición, denominada México fotografiado por Luis Buñuel, fue curada por Elena Cervera, responsable de la colección Museo del Cine de la Filmoteca Española, que llegará especialmente al país para inaugurar la muestra. “Contrariamente a la imagen de rodaje descuidado que tenemos de Buñuel –señala Cervera–, el director preparaba meticulosamente sus películas: su cine es preciso, no utilizaba material de más ni tiempo extra, y el montaje se limitaba prácticamente a unir el material rodado, puesto que había muy poco para elegir. De esta forma, las fotografías muestran la minuciosidad con la que hacía sus localizaciones.” Las fotografías se exhibirán junto al fotograma correspondiente, como una manera de poner de manifiesto el estricto control que Buñuel ejercía sobre la imagen.

La retrospectiva se inicia hoy con Gran casino (1947), la primera película que rodó Buñuel en su exilio mexicano, con dos de las grandes estrellas del cine latinoamericano de la época, Libertad Lamarque y Jorge Negrete. Mañana domingo va todo un clásico: Los olvidados (1950), rodada en los arrabales del DF mexicano de los años ’50 y premiada en el Festival de Cannes, luego de haber sido celebrada por el gran poeta mexicano Octavio Paz. Y el lunes se proyecta una auténtica rareza, Susana: carne y demonio (1951), un film de un acentuado carácter erótico. “Me pareció que debía hacer el argumento menos simple e introduje ideas visuales como esa de la araña o como la de la sustitución del objeto erótico por otro”, recordaría luego Luis Buñuel en su libro de memorias, Mi último suspiro.

La retrospectiva continúa el martes 2 con Subida al cielo (1952) –“Guardo bastante buen recuerdo de esta película”, le confesaba Buñuel a su amigo, el guionista Jean-Claude-Carrière–, el miércoles 3 con El bruto (1953), con Pedro Armendáriz y Katy Jurado, y el jueves 4 con una auténtica obra maestra, El (1953), protagonizada por Arturo de Córdova y Delia Garcés. “Es una de mis películas preferidas”, reconocía Buñuel. “A decir verdad, no tiene nada de mexicana. La acción podría desarrollarse en cualquier parte, pues se trata del retrato de un paranoico. Los paranoicos son como los poetas. Nacen así. Además, interpretan siempre la realidad en el sentido de su obsesión, a la cual se adapta todo.”

El viernes 5 se proyecta la insólita comedia La ilusión viaja en tranvía (1954) y el sábado 6 otra cumbre del período mexicano, Ensayo de un crimen (1955), también conocida como La vida criminal de Archibaldo de la Cruz, que Buñuel describía así: “En cuanto a Archibaldo, sé que no es un psicópata, sino más bien un hombre a quien las cosas no le resultan o le resultan mal. El desea asesinar, pero alguien se le adelanta en hacerlo, o las víctimas se mueren antes. Es un hombre bastante cuerdo, pero quiere realizar su sueño, su obsesión, como otros quieren escalar los Alpes o lograr la más exquisita planta de jardín”.

El domingo 7 llega nada menos que Nazarín (1959), con Francisco Rabal, sobre el cura Nazario imaginado por Benito Pérez Galdós; el martes 9, La joven (1960), rodada en inglés con Zachary Scott, y el miércoles 10 la famosa Viridiana (1961), con Silvia Pinal, Francisco Rabal y Fernando Rey, Palma de Oro del Festival de Cannes, para escándalo de la España franquista. El ciclo se acerca a su fin el jueves 11 con otro clásico, El ángel exterminador (1962), del cual Buñuel escribió: “El autor declara que no ha querido jugar con símbolos, al menos conscientemente. Puede ser que la mejor explicación para El ángel exterminador es que, racionalmente, no tiene ninguna”. Y la conclusión llega el viernes 12 con uno de los films menos vistos y más surrealistas del gran director aragonés, Simón del desierto (1965), basado en la vida de un personaje sorprendente del siglo IV, un santo llamado Simeón el Estilita que pasó más de cuarenta años en lo alto de una columna en un desierto de Siria, con el solo objeto de estar más cerca de Dios.

* Horarios y más información en www.teatrosanmartin.com.ar/cine

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