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Miércoles, 7 de abril de 2010
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Se abre hoy una nueva edición del festival de cine porteño

El conocido “efecto abril”

Más de 400 películas en doce días volverán a alterar la agenda de la ciudad. Habrá films de directores consagrados (Haneke, Rivette, Sokurov, Bellocchio, Tsai Ming-liang y Bruno Dumont), pero la gracia es animarse a recorrer terra incognita.

Por Horacio Bernades
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Visage, de Tsai Ming-liang, un viejo conocido del público del festival.

Una vez más, como todos los años desde hace once, a partir de mañana el Bafici volverá a producir su conocido “efecto abril”, consistente en robar tiempo a los compromisos obligatorios, postergar los postergables y reagendar drásticamente encuentros y salidas. Entre largos, cortos y mediometrajes, hay más de cuatrocientas películas para ver y no se puede perder tiempo: ya se sabe que, con excepción de algún afortunado estreno posterior, ésta es la única oportunidad de ver esa clase de películas. Si bien las proyecciones para todo público arrancan mañana a la mañana (extendiéndose hasta el domingo 18 a última hora), la 12ª edición del Bafici quedará oficialmente inaugurada hoy a la noche, en el recientemente recuperado Teatro 25 de Mayo. Tras un par de breves discursos (el del ministro de Cultura porteño, Hernán Lombardi, y el del director artístico del Festival, Sergio Wolf) tendrá lugar, en el precioso teatro de Villa Urquiza, el estreno mundial de Secuestro y muerte, la impactante paráfrasis de Rafael Filippelli sobre el secuestro de Aramburu por parte de Montoneros. Cerrando un círculo que abrirá discusiones, la película elegida para la clausura (Los condenados, del catalán Isaki Lacuesta) plantea otra paráfrasis política sobre la Argentina de fines de los ’60 y comienzos de los ’70. Alusiva, en este caso, a la ejecución de dos integrantes del Ejército Guerrillero del Pueblo por parte de su líder, Jorge Masetti.

Cada vez más un festival de descubrimientos que uno de confirmaciones, el Bafici de este año no dedica paralela o retrospectiva alguna a los grandes nombres del cine de arte. Sin seguridades previas, habrá que asesorarse, prestar oídos a recomendaciones o apostar y dejarse llevar por la intuición. Es seguramente por eso que desde hace días proliferan, en suplementos, páginas de Internet y blogs, guías, datos y consejos para iniciados. Eso no quiere decir que la 12ª edición del Bafici no haya tenido en cuenta las películas más recientes de Michael Haneke, Jacques Rivette, Alexander Sokurov, Tsai Ming-liang, Marco Bellocchio, Hong Sang-soo y Bruno Dumont (todas ellas dentro de la sección Trayectorias, apartado Panorama), pero sí que cada vez más los consagrados del cine de arte no parecen constituir el eje sobre el que los programadores del Bafici (básicamente los mismos que los de las últimas ediciones) tienden a poner el acento.

Esa línea representa una movida de riesgo, una muestra de confianza en la capacidad de persuasión del evento y una apuesta a la fidelidad a toda costa del habitué, a quien se invita a aventurarse en la grilla, antes que pisar suelo seguro. Confirmación de coherencia con los postulados de base: si a algo apostó el Bafici desde los comienzos fue al cambio, al riesgo, a la aventura.

Buena cosecha

Si desde hace varias ediciones el número de documentales en competencia es creciente, la número 12 será la apoteosis de esa tendencia: la tercera parte de films de la Selección Oficial Internacional (6 sobre 19) lo son (o casi). Empezando por dos de las tres representantes argentinas: El ambulante (sobre un curiosísimo personaje, que hace cine ambulante por los pueblos del interior, con la propia gente del lugar como técnicos y actores) y Centro (que registra la vida cotidiana en el microcentro de Buenos Aires).

Lo otro que crece en la Selección Oficial Internacional es la presencia de cine latinoamericano, que este año totaliza la mitad menos una de las películas incluidas. Además de las tres argentinas (la comedia-FUC Lo que más quiero, ópera prima de Delfina Castagnino, es la tercera de ellas), competirán por los premios principales del Bafici la mexicana Alamar (que viene de ganar uno de los premios mayores de Rotterdam), la peruana Paraíso, la chilena La quemadura (otro doc, sobre una ex militante social que tras la caída del gobierno de Allende desapareció súbitamente), la brasileña Os famosos e os duendes da morte (exhibida en Locarno y premiada en los festivales de La Habana, Río de Janeiro y Valdivia) y Cuchillo de palo, que aunque es de producción española fue filmada en su país por la realizadora paraguaya Renate Costa. La sospechosa muerte de un tío homosexual en tiempos de Stroessner sirve de punto de partida para la investigación sobre el tema emprendida por Costa.

La mitad más uno de la Selección Oficial Internacional es igualmente prometedora, con puntos altos en el film de animación con plastilina Mary and Max (que viene de presentarse con gran repercusión en Sundance y Berlín), el semidocumental italiano La bocca del lupo (ganador de dos premios en Berlín en febrero pasado), la alemana Der Räuber (unánimemente considerada una de las grandes revelaciones de ese festival), la rumana Police, Adjective (de lo mejor de Cannes 2009), la palestina-israelí Ajami (reciente competidora de El secreto de sus ojos en la terna al Mejor Film Extranjero 2009) y la comedia de iniciación Les beaux gosses, consagrada Mejor Opera Prima francesa 2009 en los últimos premios César. Los elogios críticos no son menores para las tres representantes del cine indie estadounidense (Bummer Summer, Go Get some Rosemary y Putty Hill), para la española La mujer sin piano (ganadora de dos premios en San Sebastián 2009) y para la singapurense Red Dragonflies. La única representante asiática completa es la que será, si no fallan los pronósticos, una sustanciosa cosecha anual del Bafici.

De por acá y bien de acá

Con el nuevo cine chileno a la cabeza (una docena de películas en total, incluyendo varios documentales y el que es sin duda el mejor título del festival, Te creís la más linda [pero erís la más puta]) y una llamativa ausencia del ascendente cine uruguayo, algunas de las películas latino y centroamericanas a las que convendrá seguirles la pista son la mexicana Norteado, la costarricense Agua fría de mar, la brasileña Viajo porque preciso, volto porque te amo y la boliviana Zona Sur.

El cine bien de acá se despliega a pleno, como de costumbre, en esta nueva edición del Bafici. Se agranda la Selección Oficial Argentina, con trece competidoras en la línea de partida (dos más que el año pasado). Se incluyen, como puntos fuertes, las nuevas de Raúl Perrone (Los actos cotidianos), Carmen Guarini (Gorri, sobre Carlos Gorriarena), Enrique Piñeyro (que promete sacudir los adoquines del Abasto con su documental El rati horror show, sobre la corrupción policial), Inés de Oliveira Cézar (El recuento de los años, estrenada en Berlín y considerada su mejor película hasta la fecha), Santiago Loza & Iván Fund (Los labios) y Gonzalo Castro (Invernadero, con el escritor de culto Mario Bellatín como protagonista). Pero además Juan Villegas se une al debutante Alejandro Lingenti para hacer su versión de Ocio, la novela del barrial Fabián Casas. Y recomiendan prestar atención a los debuts de Clara Picasso (la minimalista El pasante) y Sebastián Lingiardi (Las pistas - Lanhoyij - Nmitaxanaxac, impensable cruce de cine antropológico con ficción conspirativa).

Desde ya que la exposición de cine argentino no se agota en esa sección. Las Noches Especiales estarán ocupadas por lo nuevo de David Blaustein (Fragmentos rebelados, sobre el cineasta desaparecido Enrique Juárez) y Luis Ortega (Los santos sucios, fantasía distópica con Alejandro Urdapilleta y el propio Ortega), además de Rompecabezas, elogiado debut de Natalia Smirnoff, que viene de competir en Berlín. Edgardo Cozarinsky presenta su nuevo paseo por las fronteras de documental y ficción, Apuntes para una biografía imaginaria, en una sección aparte. Jonathan Perel debuta con El predio, documental de observación sobre la actualidad de la ESMA. Verónica Chen, Daniel Gimelberg, Homero Cirelli y Ernesto Baca también exhiben sus nuevas películas en distintas secciones del festival y la sección Nocturna le hace lugar al sexo alla argentina. Basada en relatos de Oliverio Coelho y otros jóvenes autores, dirigida por la cantidad de realizadores que el título indica, si algo no hace Cinco es esquivar el bulto.

Mundo ancho y propio

Por fuera de las tres competencias oficiales (la tercera vuelve a ser Cine del Futuro, con diecisiete títulos), el ancho mundo del cine se expande por toda la grilla. Además del Baficito –que vuelve con nueve largos, dos mediometrajes y ocho cortos–, cerca de medio centenar de films de todos los orígenes se amuchan en la sección Panorama. Una cifra semejante de documentales se reparte en varias subsecciones (La Tierra Tiembla, Personas y Personajes, Flashback, Lugares, Métodos). Un seleccionado de grandes autores del cine contemporáneo lo hace en Trayectorias (todos los mencionados más arriba + James Benning, Thomas Arslan, Eyal Sivan, Harmony Korine, Nobuhiro Suwa, Naomi Kawase, John Gianvito y siguen las firmas) y la sección Cine + Cine incluye Metrópolis refundada, recuento del histórico rescate que el Museo del Cine de Buenos Aires hizo recientemente de una copia completa de Metrópolis.

La sección Música incluye documentales sobre Phil Spector, Miguel Abuelo, Charlie Haden, Frank Zappa, Edgar Varese y The Magnetic Fields, entre otros. Nocturna da lugar al neoblaxplotation, el pulp, la animación con plastilina, la primera incursión de Rob Zombie en la animación bizarra, lo nuevo del filipino Brillante Mendoza, y extremidades y subversiones varias. En Focos y Retros hay secciones dedicadas a conocidos del festival (Alain Guiraudie, Chris Petit) y otros a descubrir (entre ellos el dúo de documentalistas Tizza Covi y Rainer Frimmel y el realizador brasileño de vanguardia Rogério Sganzerla). Una sección que celebra los 40 años de la sección Forum del Festival de Berlín incluye tres documentales del transgresor realizador nipón Kazuo Hara. Entre ellos, The Emperor’s Naked Army Marches On, sobre un veterano ex combatiente, que llegó a librar una guerra de un hombre solo contra el emperador Hirohito.

En Focos y Retros se destacan dos secciones. Una apunta sobre el documental independiente chino actual, que entrega visiones no precisamente oficiales sobre el país llamado a liderar el mundo del futuro (el extraordinario dueto de docs familiares Oxhide y Oxhide 2, de la joven realizadora Liu Jia Yin, les hace eco desde otras secciones del festival). Finalmente, la sección Found Footage hará foco sobre una de las áreas de mayor desarrollo del cine contemporáneo: la que le saca el polvo al material encontrado (found footage) para intervenirlo, remontarlo, verlo con nuevos ojos. Algo no tan distinto de lo que un festival como el Bafici le solicita al espectador que haga con su enorme, diverso, aparentemente inabarcable menú de películas del mundo entero.

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