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Domingo, 28 de agosto de 2005
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MARIANELA NUÑEZ EN EL ARGENTINO DE LA PLATA

“Prefiero roles románticos, pero me gusta bailar todo”

La bailarina, que vive en Inglaterra, se luce en El lago de los cisnes.

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Marianela es primera bailarina del Royal Ballet de Londres.
A los 14 años ya era una bailarina profesional. A los 15 ingresó al Royal Ballet de Londres. A los 20 fue ascendida a Primera Bailarina, la más joven de la compañía inglesa, y elegida como Mejor Bailarina del año. El sueño del éxito precoz, que toda aprendiz de ballet tiene desde el momento en que decide dedicarle su vida a la danza, se hizo realidad para Marianela Núñez, una argentina que hoy tiene sólo 23 años y una carrera en ascenso y que regresó a su país natal para presentarse en El lago de los cisnes (actuó el fin de semana pasado y seguirá hoy a las 17) en el Teatro Argentino de La Plata (Av. 51 entre 9 y 10). La acompaña su partenaire y actual novio Thiago Soares, un brasileño de 24 años dotado naturalmente para el ballet, que comenzó a estudiar danza hace tan sólo siete años y hoy ya es primera figura del Royal Ballet londinense. Ambos llevarán a escena, junto al Ballet Argentino de La Plata, en la versión del coreógrafo Gustavo Mollajoli, la historia de la princesa Odette, convertida en cisne por un hechizo de un vil mago, que sólo se romperá cuando un hombre le jure amor y fidelidad eterna.
“Me gustan los roles románticos –confiesa Núñez–, aunque, como todavía estoy empezando, quiero bailar toda clase de cosas, todo me gusta. Pero en lo clásico es donde me siento más cómoda.” Rubia, de largas piernas y rostro angelical, Marianela se formó desde los ocho años en la Escuela del Teatro Colón, bajo la dirección de Raquel Rossetti, y a los 14 ya pertenecía el Cuerpo Estable de la misma institución. En seguida fue invitada por Maximiliano Guerra a participar de sus giras por el exterior y, un año después, ya era parte de la escuela inglesa, donde en poco tiempo pasó de ser integrante del cuerpo de baile a solista y, finalmente, primera bailarina. “Sucedió todo muy rápido”, resume Núñez, tal vez sin darse cuenta de que su historia es la de una entre miles.
–¿Qué características debe tener una bailarina para ser aceptada en una compañía como el Royal Ballet?
–Los ingleses prefieren a las bailarinas delicadas y muy femeninas. También se fijan mucho en el manejo de brazos, el trabajo de pies y ésta es una de las compañías del mundo que más repara en la actuación, en el modo de interpretar los roles. Pero, por más talento que uno tenga, es la disciplina, la determinación y el trabajar duro lo que hace que uno pueda llegar a ser primera bailarina.
–¿Qué diferencias encuentra entre una compañía como la de Londres y el Teatro Colón?
–Son dos sistemas muy diferentes, radicalmente opuestos. Allá se le da más importancia a la cultura y por eso uno tiene más chances para crecer artísticamente. Por ejemplo, en el Royal tenemos 150 funciones anuales, y acá sólo hay 20. Me da mucha pena decirlo pero, en el campo del arte, acá las puertas están más cerradas que en otros países, por eso uno tiene que irse afuera para proyectarse.
Lejos de su tierra y su familia desde hace ocho años, Marianela vuelve a la Argentina por cinco semanas, no sólo para reencontrarse con sus seres queridos, sino también para hacerse conocer entre sus compatriotas. Ya en 2003 había representado El lago de los cisnes en el teatro platense, junto a Maximiliano Guerra y el Ballet Argentino de La Plata, preparada por Olga Ferri; esta vez regresa al mismo escenario para interpretar nuevamente a Odette y Odile, en una versión basada en la coreografía original de Ivanov/Petipa, con algunas actualizaciones realizadas por el director del Ballet Argentino y los pas de deux en versión del Royal Ballet de Londres. “Marianela es una de las mejores bailarinas de su generación y va a ir muy lejos –explica Soares–. Es una pena que la Argentina no conozca la bailarina que tiene; no sabe ni cerca lo que ella ha alcanzado a su edad. Ha trabajado con bailarines de la talla de Carlos Acosta, entre otros de gran importancia. Ella encanta a la audiencia con su expresividad, tan natural, y sobre todo con su técnica. Es increíble cómo consigue hacer las cosas más difíciles sin esfuerzo alguno. Para ella es tan sencillo como estar aquí tomando una taza de café.”

Informe: Alina Mazzaferro

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