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Jueves, 3 de abril de 2014
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Tres documentales sobre el comic estadounidense de los ’90

Secretos detrás del plumín

Dear Mr. Watterson celebra al creador de Calvin & Hobbes. The Image Revolution desmenuza el fenómeno entre autogestivo y ultraneoliberal de Image Comics. Y Comics in Focus: Chris Claremont’s X-Men aborda la figura del famoso guionista.

Por Andrés Valenzuela
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The Image Revolution, de Patric Meaney, analiza las contradicciones del sello Image Comics.

En los ’90, el comic norteamericano parecía ser el gran negocio: Marvel salía de la quiebra y sus ventas superaban los millones de ejemplares, los artistas se convertían en estrellas, la CNN hablaba sobre el fenómeno de las editoriales independientes y, entre otros motivos, la sobreexposición empujaba al retiro a Bill Watterson. Fueron años locos para una industria que se repartía entre los chistes de los diarios y los trajes de spandex. Este año el Bafici incluye tres documentales que retratan esa etapa enérgica e irrepetible. Dear Mr. Watterson (dirigida por Joel Allen Schroeder) explora y celebra al creador de Calvin & Hobbes y su obra magna. The Image Revolution (de Patric Meaney) desmenuza el fenómeno entre autogestivo y ultraneoliberal que significó la creación de esa editorial. Finalmente, por fuera de catálogo, en la sala Cronopios se proyecta Comics in focus: Chris Claremont’s X-Men (también de Meaney), que aborda la figura de Chris Claremont, guionista responsable del agigantamiento de la figura de los mutantes.

En Dear Mr. Watterson, Schroeder presenta una figura que no quiere ser mostrada. El homenajeado se retiró de la vida social y laboral en 1995, hace casi 20 años, al punto de que en algunos pasajes del documental se alude a “avistamientos” de su persona, como si se tratara de Pie Grande o el monstruo del Lago Ness. Pese a esta dificultad, el director se las arregla para dar una muy buena idea de la importancia de su figura y de su influencia en la tira cómica contemporánea norteamericana. Schroeder entrevista a medio mundo: curadores de museos, críticos de historieta, humoristas gráficos, fans de todas las edades, coleccionistas, a la viuda de Charles Schultz, a sus “jefes” en el syndicate que distribuía las tiras y figuras de la talla de Seth Green. Schroeder consigue rescatar la figura de Watterson y, a la vez, ofrecer un panorama sucinto de la situación actual del humor gráfico norteamericano. Todo ello sin dejar de lado la ternura indispensable que debe transmitir una película que intenta reflejar el fenómeno de los maravillosos Calvin & Hobbes.

Sin descollar en los rubros técnicos, Dear Mr. Watterson llama la atención especialmente durante todo el pasaje de la visita a Chagrin Falls, el pueblito donde el historietista pasó su infancia: es como ver en vivo y en directo los paisajes que dibujaba en su tira, por los colores y el ambiente. Además conviene prestar atención extra a la explicación de por qué el hombre se negaba a comercializar a sus personajes en merchandising.

Y justamente por el merchandising estalla la guerra que casi hunde (por segunda vez) a Marvel Comics. “Si vas a hacer una remera con mis dibujos, ¡al menos dame una!”, reclamaba un grupo de dibujantes a la editorial. Su pedido no tuvo ningún éxito y capitaneados por el hoy multimillonario Todd McFarlanne (Span) crearon el sello Image Comics, que de buenas a primeras arrasó en ventas y desplazó a DC Comics de su discreta segunda posición como editorial de superhéroes en Estados Unidos. “Nosotros le rompimos la columna a Batman y matamos a Superman”, alude el dibujante Rob Liefeld en el documental. Así de grande fue el fenómeno que obligó a la editorial decana a sacrificar a sus principales personajes para recuperar algo de terreno perdido ante los lectores y la mirada de los medios.

El caso de Image Comics está plagado de contradicciones: apareció por una necesidad en parte artística y en parte comercial de los autores por retener los derechos sobre su obra. Y aunque la experiencia los dejó con billeteras mucho más abultadas (y en algunos casos con excesos de nuevo rico a mansalva), desde lo artístico es poco lo que se puede rescatar de esos primeros años. Muy probablemente el mejor momento creativo del sello sea la actualidad, donde grandes figuras publican las historietas que no pueden en otras editoriales y donde aparecen fenómenos imposibles de replicar en otros espacios, como The Walking Dead. Es más, Robert Kirkman, creador de la serie luego adaptada a la pantalla, aparece en el documental para contar cómo se formó siguiendo la lucha autoral de sus ídolos y de qué modo llegó a trabajar con ellos.

The Image Revolution ofrece un gran trabajo de archivo, con material de la CNN y señales de cable norteamericanas, y entrevistas muy buenas a los propios protagonistas, desde el vociferante Liefeld hasta el discreto Jim Lee, pasando por el sensato Jim Valentino o el empresarial McFarlanne. Lo interesante del film es que no se queda sencillamente en decir “Marvel era la peste, maltrató a Kirby, los maltrató a ellos”, sino que explora a fondo un caso único en la historia del comic norteamericano.

Del mismo director, el foco sobre Chris Claremont recorre sus 17 años al frente de The Uncanny X-Men y la recreación de uno de los grupos de superhéroes más importantes de la historia. Aquí sí Meaney se enfoca en lo creativo, aunque no descuida el peso que la industria tuvo sobre la actividad autoral del guionista.

* The Image Revolution se verá mañana viernes a las 18.10 y el sábado 5 a las 13.45 en el Village Recoleta; última función el miércoles 9 a las 22.20 en el CCGSM.

* Dear Mr. Watterson va mañana a las 23; el 8 a las 12.05 y el 11 a las 23.35, todas en el Village Recoleta.

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