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Sábado, 6 de septiembre de 2014
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El recuerdo de Cerati se repitió en los Premios Gardel

Una noche para los homenajes

Andrés Calamaro, que ganó como Album de Rock, no pudo ocultar las lágrimas al hablar del ex Soda. El gran triunfador fue Abel Pintos, que se llevó el de Oro por segundo año consecutivo. Babasónicos obtuvo cuatro y León Gieco fue premiado por su trayectoria.

Por Mario Yannoulas
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Pintos ganó el Gardel de Oro y tres estatuillas más por Abel.

Aunque no se haya privado de los viejos fastos de la alfombra roja, a la usanza de otras celebraciones de calibre, la decimoquinta entrega de los Premios Gardel a la música no va a ser tan recordada por las estatuillas como por su tono de homenaje urgente a Gustavo Cerati, en el día de su fallecimiento. Algunos dicen que lo que hoy más impacta de las noticias como objeto no es su velocidad, sino su capacidad de rebote: no su esencia, sino su omnipresencia. La pequeña parábola se levantó por la mañana del jueves y empezó a tomar forma definitiva cuando, a menos de diez minutos de ceremonia, el conductor Roberto Pettinato habló de una “noticia horrible” durante su stand up inicial. En efecto, en la noche del jueves, la noticia de la muerte de Gustavo Cerati era como una pelota de flipper: una vez lanzada al espacio, era cuestión de verla rebotar en la mayor cantidad de lugares posibles. Poco después, la cantante Sandra Mihanovich, que cocondujo el evento, le puso el sello periodístico a la velada: “Esta es la noche de Gustavo Cerati”, sentenció.

De Juan Falú a Ricardo Fort, de León Gieco a Agapornis, del “piberío biónico” a los “carajeros”, distintos vaivenes tomaron la entrega convocada por Capif –cámara que nuclea a los principales sellos discográficos del país–, llevada a cabo en el Teatro Gran Rex, con transmisión en directo de la señal C5N. Pero husmeando entre la escenografía inconfundible de glamour a media máquina y figuras infaltables (Calamaro, Babasónicos), la ceremonia balanceó los ánimos entre lágrimas y hormonas. El llanto, claro está, del lado de colegas y amigos recordando al creador de Soda Stereo –Abel Pintos fue original y convocó a la alegría–, cuyo clímax fue la angustia que los lentes oscuros de Andrés Calamaro no pudieron ocultar cuando le tocó recibir el premio a Mejor Album Artista de Rock por Bohemio. Leyó un amplio agradecimiento que acondicionó previamente para la penosa ocasión, y confesó: “Estoy nervioso como todos los días, pero más emocionado. La última vez que me entregaron un premio estaba Gustavo sentado al lado mío y fue el primero que se levantó para saludarme”. Poco después se lo vio más alegre, cuando se sumó a interpretar “El cosechero”, de Mercedes Sosa, en dúo espontáneo con el histórico Ramón Ayala, que acababa de tomar el premio a Mejor Album Artista Masculino de Folklore.

Quienes también lloraron, pero de emoción, fueron los tres integrantes de Carajo, al ser reconocidos en la categoría Rock Pesado/Punk a propósito de su placa doble Frente a frente, en la categoría estreno de esta edición. A los homenajes a Cerati y reconocimiento de influencias se sumaron artistas de pelajes varios como Pipi Piazzolla, de Escalandrum, que obtuvo el Gardel al Mejor Album de Jazz por Vértigo –había ganado el Oro hace dos años–, y Los Tekis, que ganaron la terna de Folklore Alternativo por su registro en vivo en ese mismo teatro.

La contraparte hormonal tuvo su gatillo en la sonrisa de Abel Pintos, cuyas fanáticas alzaron decibeles en la alfombra roja, colgaron banderas de apoyo del primer y segundo pullman y gritaron cada vez que se nombró a su ídolo en la ceremonia. Si desde el principio el bahiense parecía destinado a ser el protagonista de esta edición, el cierre de la jornada lo ratificó como gran ganador, al obtener el premio Gardel de Oro por Abel, su último disco, que fue lanzado hace casi un año y que se volvió Triple Platino a menos de un mes de haber salido. El cantante y ahora compositor había sido reconocido de igual manera el año anterior, convirtiéndose en el tercer artista en alcanzarlo por duplicado, junto con Cerati (en 2007 y 2010) y Charly García (el primero en obtenerlo dos veces consecutivas, en 2002 y 2003). Pintos cosechó un total de cuatro estatuillas, al triunfar también como Artista Masculino Pop, Producción del Año y Canción del Año, por el corte “Aquí te espero”.

Otros puntos altos del “hormonómetro” los registraron los empinados Tan Biónica (Mejor Album Grupo Pop por Destinología), los consagrados Babasónicos (retiraron cuatro Gardeles) y El Polaco (Artista Masculino Tropical). Todos ellos, al igual que Pintos, Los Tekis y Raúl Lavié –quien se destacó con su potente homenaje a Aníbal Troilo–, tocaron en vivo durante la ceremonia. Además, León Gieco fue distinguido con el Premio a la Trayectoria, y se proyectó el video que recuerda a las personalidades de la música fallecidas durante el último año. Apareció allí uno de los puntos controversiales de la entrega: la inclusión de Ricardo Fort en una nómina que también contemplaba a figuras como Nelly Omar, Juan Falú y, por supuesto, Cerati. Por su parte, al retirar su premio por Artista Canción Testimonial y de Autor, Gabo Ferro invitó a la discusión para “abrazar la crisis que atraviesa a la industria discográfica”, mientras que los integrantes de Agapornis (Grupo Tropical), que ganaron fama con su versión de “Persiana americana”, no hicieron mención alguna al ex líder de Soda Stereo.

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